Mientras dure

Capítulo 58

Mientras salíamos de la cafetería con nuestras bebidas, Eric comenzó a contarme la conversación que había tenido con Alice después de dejar a mi hermana en el apartamento. Resulta que yo había estado en lo cierto, y Aaron fue quien le propuso el plan de fingir ser pareja, a Alice. Creo que nunca dejaría de sorprenderme ese chico.

-Me reconforta saber que no me equivocaba al menos en eso – murmure dándole un sorbo a mi bebida -.

Las dos últimas clases de aquel día, se habían aplazado debido a una asamblea en el aula magna de la universidad. Por lo que Eric y yo aprovechamos para pasarnos por la cafetería antes de irnos a casa. Agradecía el reconfortante sabor helado de la granizada de limón que me había pedido. Con aquel bochornoso calor algo así me sentaba de maravilla. Las temperaturas habían subido por lo menos un par de grados más que ayer. Estaba segura de que si pusiese un huevo frito sobre el asfalto, se freiría completamente.

-En realidad es graciosa la situación en la que hemos acabado los cuatro – comentó Eric -.

Lo mire de reojo.

-Si te refieres al intercambio de parejas que hemos hecho sí es un poco surrealista – bromeé -.

-Elena hieres mis sentimientos – dijo Eric – y yo que pensaba que era el chico de tus sueños.

Le di un pequeño codazo.

-Ya sabes a lo que me refiero – reí- tu y yo somos muy parecidos, pero reconozcámoslo seriamos una pareja demasiado normal.

-Estas diciendo que Aaron y tu sois…

-Tranquilo, puedes decirlo – sonreí – somos idiotas por completo, pero quizás eso es lo que más me gusta de lo que ambos tenemos.

-Tengo que reconocer que me gusta veros juntos, el ser tan diferente es lo que hace que se complementéis tanto el uno al otro – dijo Eric -.

Solté un suspiro.

-Aunque nunca sabes por donde va a salir alguien como Aaron – murmuré -.

Caminamos hacia un pequeño banco de mármol gris situado en el patio principal. Los estudiantes se encontraban en los alrededores de aquel patio, ya fuese sentados en bancos conversando o sobre la hierba. Representaban fielmente la típica imagen promocional de universidad, en la que ves a los estudiantes tumbados sobre la hierba del campus. Suelen aparecer felices y sonriendo, como si la universidad fuese una fiesta constante. Puse los ojos en blanco. Sí, la universidad puede ser una fiesta, pero si no te esfuerzas lo suficiente, tú puedes llegar a convertirte en la piñata de la fiesta.

Hice un puchero mirando a los distintos grupos que se agolpaban sobre la hierba. Si no me hubiese puesto aquella falda plisada de color blanco, estaría sentada con Eric también allí. Pero llevando eso era imposible. Lo que menos quería era tener una enorme mancha verde de césped en la ropa. Por ese motivo no solía ponerme mucha ropa de color blanco, era horrible para las manchas.

-Aaron es un gran tío – comenzó a decir Eric – un poco loco eso sí, pero un gran tío.

Me cruce de piernas sobre el banco. Le di un sorbo a mi bebida.

-Quizás si me hubiese enamorado de ti las cosas hubiesen sido más tranquilas – sonreí -.

-Tienes razón, pero ¿Qué hubiésemos sido sin las emociones constantes que nos producen esos dos? – preguntó Eric con una sonrisa -.

Asentí con la cabeza. Incline mi vaso hacia el suyo para que hiciésemos un pequeño brindis.

-¿Qué piensas sobre la visita al parque de atracciones esta tarde? – comenté -.

-Aunque no lo creas estoy bastante emocionado – me sonreía Eric – hace muchísimo que no voy a uno.

La verdad es que la última vez que yo fui a un parque de atracciones debía tener un par de años menos que mi hermana. Recuerdo que fuimos a visitar a mi tía Helen a su ciudad, y era la feria en aquel entonces. Técnicamente no era un parque de atracciones en sí, pero había bastantes atracciones en las que montarse así que es más o menos lo mismo de alguna manera. Tenía un poco de pánico a las alturas, al contrario que mi hermana, así que en el momento que nos montamos en la pequeña noria que había allí sentí como el miedo me invadía. No quería moverme en ningún momento, pensaba que si permanecía totalmente quieta en mi asiento había menos probabilidades de que aquellos sillones cayesen contra el suelo. ¿Que puedo decir? soy una miedica integral.

-Con que tenga un pequeño carrusel en el que pueda montarme, me conformo – asentí -.

Eric soltó una pequeña carcajada.

-¿Tienes un poco de terror a las alturas? – me preguntó -.

Bufé.

-¿Un poco? – puse los ojos en blanco – multiplícalo por cien, y ni aun así te acercarías al nivel de pánico que le tengo.

-No me lo esperaba para nada – me sonrío él -.

-¿Y eso?

-Pensaba que eras una adicta a la adrenalina – bromeó -.

-Que tenga interés en una relación con Aaron no quiere decir que me gusten las emociones fuertes – le saqué la lengua -.

-Esa ha sido buena – reía Eric -.

No pude evitar acompañarlo, y terminé soltando una carcajada.




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