No supe cuanto tiempo estuve en aquella misma posición, sentada sobre el suelo y hecha un ovillo. Quizás solo fueron segundos o puede que minutos, pero el tiempo para mi se había detenido después de escuchar las palabras que Aaron acababa de decirle a Alex.
No, nunca la he visto por aquí. No, nunca la he visto por aquí. No, nunca la he...
El sonido de su voz martilleaba en mi cabeza una y otra vez mientras repetía mentalmente esas fatídicas palabras. ¿Que le había hecho decir eso?. ¿En que momento todo había terminado de esa forma?. La cabeza estaba comenzando a dolerme. Tenía que salir de allí. Necesitaba volver a casa. Tenía que hablar con Aaron de inmediato.
-¡Elena! No sabía que estabas aquí – Eric acababa de entrar en el aula - ¿que haces sentada en el suelo?
Levanté la cabeza lentamente hacía Eric, y este palideció. En menos de un segundo estaba agachado a mi lado.
-¿Que te ha pasado? - preguntó con preocupación - ¿Has discutido con Aaron?
-Aaron – musité con la mirada perdida -.
-Me estas preocupando – susurró bajito -.
-Acaba de irse – dije -.
-¿Estas hablando de Aaron? - me puso un brazo sobre el hombro – le pasa algo raro, hace un momento actuaba diferente.
Asentí con la cabeza lentamente.
-Lo escuche hablando – comencé a decir – se ha reencontrado con Alex.
-Sí, se han ido juntos – respondió él frunciendo el ceño -.
Solté un suspiro.
-Eric voy a irme a casa – me levanté de mi sitio -.
-Te llevare.
Acepté sin decir una palabra. Algo me decía que mi vida iba a complicarse más aun. No entendía la reacción de Aaron, es imposible que creyese las mentiras tan estúpidas que le dijo Alex. ¡Maldito Alex!. ¿Por que tenía que aparecer ahora cuando todo parecía ir sobre ruedas?.
Casi mecánicamente me subí en el coche de Eric. Le di gracias mentalmente por no hacer ningún tipo de comentario. Permanecí el viaje de regreso a casa mirando por la ventana. Lo único que me apetecía en esos momentos era llegar a casa, tumbarme en la cama y que al despertar todo quedase en una pesadilla. Alex seguiría en Stanford y Aaron y yo seguiríamos con nuestra peculiar vida.
-¿Quieres que suba contigo para que no estés sola? – se ofreció Eric -.
Me giré hacía Eric, comprobando que acabábamos de llegar a mi bloque de apartamentos.
-Tranquilo – intenté sonreír – me duchare y me tumbare un poco en la cama.
-De verdad no me importa.
-No te preocupes – murmuré – ya es demasiado el hecho de que te saltes una clase para llevarme a casa, definitivamente soy tu mala influencia.
Eric me dedicó una sonrisa amable que consiguió tranquilizarme un poco.
-Solo tienes que hacerme una llamada si necesitas compañía – dijo él -.
-Gracias por traerme Eric, no se que haría sin ti – le agradecí -.
Salí del coche después de volver a darle las gracias una vez más a Eric. Me agarré al posa manos de las escaleras para que me diese un poco de apoyo. En aquel momento no podía tenerme en pie. Mi cabeza estaba hecha un lio.
Saqué las llaves del interior de mi bolso, y la metí en la cerradura. Después de un breve clic, la puerta se abrió. Colgué el bolso en el perchero junto a la puerta. Caminé con la cabeza gacha hacía el salón donde para mi sorpresa alguien estaba esperándome sentado cómodamente en el sofá.
Parpadeé sorprendida antes de responder.
-¿Que haces aquí? - pregunté sorprendida -.
-No se de que te sorprendes, vivo aquí – contestó Aaron con un tono de voz raro -.
-Pensé que estarías con.. - intente decir pero él me corto -.
-Con Alex – terminó la frase por mi -.
Un silencio incomodo se extendió entre nosotros, rodeándonos y consumiéndonos.
-Yo iba a contarte que..
-¿Ibas a contarme que acababas de reencontrarte con tu ex novio? - dijo Aaron en tono irónico – me tranquiliza que pensaras hacerlo.
-Estaba en shock por lo que acababa de ocurrir, no esperaba verlo aquí – respondí con sinceridad -.
-Ya veo, así que ese es el motivo – dijo él -.
-¿Por que pienso que no estas creyendo lo que te digo? – murmure -.
-Puede que después de encontrarte con Alex cambiaras tu percepción hacía él y no me contases nada ya que tenías planeado encontrarte con él sin que yo me enterase – contestó -.
Abrí los ojos de golpe. Pero en que mundo se me pasaría por la cabeza hacer algo como eso.
-¡Aaron! ¿te estas escuchando? Eso es una estupidez – me crucé de brazos -.
-Quien sabe – dijo – cosas más raras se han visto.
-Cosas más raras se han visto – dije lentamente - ¿¡Que tipo de cosas!? ¿A eso te refieres?