Mientras dure

Capítulo 76

La mirada penetrante de Aaron se mantuvo clavada en mi durante unos minutos, se fijó en el atuendo que llevaba puesto. Reconoció su sudadera y podría jurar que vi como sus ojos cambiaban al instante, volviéndose tiernos. Una pequeña chispa que desató la nostalgia en mi corazón me hizo darme cuenta de cuan profundos eran mis sentimientos por ese chico idiota. Eso sí, él rápidamente supo como volver a su rostro frio e impasible con el que había interrumpido en casa de Abby y Cody.

Noté como Alice me daba un pequeño apretón de manos, se inclinó sobre mi oído y siseó con voz frustrada.

-No puedo creer que tenga el valor de presentare aquí – dijo ella -.

-Sabes que la diversión es uno de sus puntos fuertes – le recordé – seguramente aun le quedan fuerzas para seguir burlándose de mi.

O puede que quizás viniese a pedirme perdón, dijo una parte de mi. Suspiré. No debería ser tan optimista.

-Solo necesito una señal y lo saco de aquí a patadas – masculló Alice -.

Sonreí. Debía que admitir que a nivel de amenazas, Alice tenía matricula de honor.

Los tres nuevos integrantes de la reunión permanecían aun de pie frente a nosotros. Aaron tenía las manos metidas en los bolsillos de su pantalón. Lucas sonreía feliz ajeno a todo, como si no hubiese encendido una mecha explosiva que podría llegar a desatar la tercera guerra mundial. Y Alex … bueno lo cierto es que a Alex lo estaba ignorando por completo. Lo que menos me apetecía era ver como estaría curvando sus labios en algún tipo de sonrisa irónica de las suyas.

-¡Aaron! - gritó Cody con sorpresa - ¿Como es que has venido?

-¿Te fastidia que este aquí? - preguntó él irónicamente -.

-Lo cierto es que si – susurró Alice en voz baja -.

Cody soltó un bufido.

-¿Eres idiota? Como va a fastidiarme algo así – dijo Cody – pero Elena acababa de decirnos que tenías cosas que hacer.

Aaron giró su rostro hacía mi. Era la primera vez que lo veía mirarme con tanta indiferencia.

-Oh, así que es eso – murmuró él, pero no dijo nada más -.

-Es una suerte que estés aquí – dijo alegremente Cody – ¡vamos! uniros a nosotros, sentaros donde queráis.

Por suerte para mi a cada lado tenía situadas a Alice y Abby, de ese modo me libraba de que alguno de los tres se sentara junto a mi. Pero por otro lado no todo iba a ser un camino de rosas. Aaron y Alex se sentaron justamente frente a mi. Para mi desgracia.

-Elena, me alegro de volver a verte – dijo Lucas -.

Lucas ocupó el asiento vació al lado de Abby. Sonaba bastante sincero así que le respondí con una sonrisa.

-Lo mismo digo, Abby nos contó que tenías planeado venir este fin de semana a Berkeley – respondí -.

-Así es – asintió con la cabeza – mi compañero de cuarto en la residencia no conocía Berkeley por lo que le propuse hacer una pequeña escapada.

-Ya veo – musité asintiendo -.

Es una enorme coincidencia que después de todo Lucas compartiera habitación con el estúpido de Alex. Me dí un golpe con la palma de la mano sobre la frente mentalmente. No podía creer como tarde tanto en unir las piezas de aquel rompecabezas. Aun recordaba cuando Aaron dejó caer que podrían llegar a conocerse esos dos, y también recordaba como le dije que aquello era una estupidez. Stanford era demasiado grande como para llegar a unir a esas dos personas en un mismo sitio. Y mira por donde me equivocaba.

-Lucas, no me digas que esta es la Elena de la que me hablaste – dijo de repente Alex – ¿la misma que dijiste que estaba saliendo con un tipo un poco idiota?

El pobre de Lucas comenzó a sonrojarse por completo. Miraba de reojo a Aaron y este le devolvía la mirada entrecerrando los ojos. Que no explote la bomba, que no explote la bomba, que no explote la bomba, repetí en mi cabeza una y otra vez.

-Si bueno … esto … - Lucas balbuceó – el tipo no es tan idiota de todos modos.

Creí ver por un segundo como Aaron dejaba escapar una leve sonrisa. Pero creo que solo fue mi imaginación.

-Parece ser que el mundo es demasiado pequeño – bromeó Alex -.

Y tu eres demasiado idiota.

-Si, claro eso parece – murmuró Lucas – espera.

Lucas nos señalo a ambos con su dedo indice mientra abría la boca formando una o.

-¿Vosotros os conocéis? - preguntó él -.

-Claro que no se conocen – intervino Alice -.

-Me alegro de verte, Alice – le dijo Alex -.

-Siento que el sentimiento no sea mutuo – frunció el ceño ella -.

-Entonces es cierto, si se conocéis – dijo Abby asombrada -.

-¿Cómo? - preguntó Cody, el pobre no se enteraba de nada -.

-Es una larga historia – dije con la mano desdeñosamente -.

-Me encantan las historias – opinó Aaron -.

Giré la cabeza en su dirección y lo miré con el semblante serio. ¿Aquello estaba pasando? Quería que hablase de eso frente a todos. No sabía en que tipo de juego mentales intentaba hacerme caer, pero no funcionaría.




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