Mientras las estrellas te hablen de mí

Capítulo 18

Durante las siguientes semanas, Altair y Vega se la pasaron juntos casi todos los días. Siempre tenían algún pendiente de trabajo pero encontraban el tiempo para charlar de sus vidas o para contarse cosas. Altair siempre la hacía reír, lo que ya no era tan nuevo. Y ella a su vez, siempre tenía algo interesante que contarle, y él se estaba acostumbrando. Habían logrado terminar todos los nuevos diseños para Starlight String y en poco tiempo Vega comenzaría a actualizar y renovar toda la imagen del sitio. Y en cuanto a M&Co. y CRYSTVL, el equipo de trabajo que habían conformado, estaba trabajando al cien por ciento de su capacidad. Ambos hacían un gran equipo, y Vega tenía que admitir que el tiempo se le había pasado volando, cosa que no era muy común últimamente.

 

Ya había acordado con Matías que solo se quedaría con este proyecto. La idea de tener que encargarse por completo de CRYSTVL y abandonar SS le rompía el corazón, así que no tomaría parte. Quería dejarle todo a Matías pero este no aceptó porque dijo que su madre quería que ella se quedase con la empresa, así que el trato al que habían llegado es que serían socios. De esta forma, ella todavía podría estar involucrada pero no sería necesario dedicarle su vida entera.

 

Altair no corría con la misma suerte. Cada día que pasaba, su graduación estaba más y más cerca, y pronto tendría que entregarse por completo al trabajo que su padre esperaba que cumpliera. A veces, Vega le enviaba por mensaje ofertas de trabajo para ilustradores que encontraba por allí, con la esperanza de que al menos lo pensara y quizás en un futuro se atreviera a probar. Pero de momento, él parecía bastante conforme con las responsabilidades que tenía ahora mismo.

 

Entre paseos con Orión por las tardes, almuerzos con Izan para continuar con el trabajo de M&Co., mañanas chocando en los pasillos de la universidad o cruzando miradas antes de entrar a sus respectivos autos en el estacionamiento, Altair y Vega comenzaban a ser más y más cercanos.

 

Al final, Zöe tenía razón. Tenían muchísimas cosas en común. Tenían una obsesión extraña con cantar canciones de ruptura de Taylor Swift aunque ninguno de los dos hubiese pasado por una con todas las de la ley. Se ponían de fondo películas animadas mientras estaban en la habitación de Altair, Vega dedicada a escribir códigos y él sentado boceteando ideas. Podían pasarse horas de esa forma, hasta que Zöe se aparecía porque si estaban en su casa al menos debían dedicarle una media hora de atención, sus palabras exactas no las de ellos. Corrían juntos por el parque en compañía de Orión y cuando menos lo esperaban se trataba de intentar atraparse el uno al otro. Vega había comenzado a investigar sobre constelaciones y cada vez que se veían mencionaba una nueva con algunos datos curiosos, Altair la sorprendía todo el tiempo pues siempre sabía mucho más de cada una de ellas. Era como una enciclopedia andante y ese se había vuelto uno de sus juegos favoritos.

 

Para ella era increíble lo diferente que era su relación luego de darse la oportunidad de conocerse, luego de aclarar las cosas y ofrecer las disculpas apropiadas. Era como haber pasado por un nuevo comienzo, un nuevo encuentro. Disfrutaba muchísimo la compañía de Tai, estar cerca de él la ayudaba a relajarse, a sentirse menos fuera de lugar. Le gustaba lo que sentía cuando estaba con él. Le gustaba la sensación de que ya se habían conocido antes y ahora solo estaban reconociéndose.

 

—¡Vega! —la llamó Adara mientras ella las buscaba por todo el lugar con la mirada.

 

Acababa de tener una reunión con los empleados de M&Co que eran parte de su proyecto y ahora se había dado el tiempo para ir de compras con Zöe y Addie para la fiesta de graduación que Liam Moretti estaba organizando para su hijo. Obviamente, Altair no estaba muy feliz al respecto, pero para Zöe era emocionante, así que tampoco hablaba mucho sobre ello, no quería arruinarle el momento a su hermana que disfrutaba tanto los festejos. Cuando Vega le contó lo que harían esa tarde, le dijo que se divirtiera y no pensara en él, tampoco quería aguarles la fiesta. Pero de todos modos, para ella era últimamente era imposible no pensar en él, así que sería una tarea complicada.

 

Saludó con una mano a sus amigas y se acercó con mucha prisa. Adara ya estaba dando brinquitos de felicidad viendo escaparates y no quería hacerlas esperar.

 

—Pensé que no llegabas —le dijo Zöe. Ella bufó.

 

—Ya sabes, trabajo. Pero aquí estoy, no me lo perdería por nada.

 

Entraron a una tienda y una de las dependientas comenzó a asesorarlas. Zöe ya sabía exactamente lo que estaba buscando pero Adara estaba muy indecisa entre varias opciones. Vega todavía no escogía nada, dudaba de que comprara algo. Ya tenía un vestido en casa, perfecto para la ocasión.

 

—¡Al menos pruébate uno! —le pidió Zöe—. Quiero ver qué tal te queda ese rojo de allá.

 

—¿Cuál? ¿Ese? Porque creo que Addie se vería hermosa en él —se lo quedó mirando como considerándolo y Adara negó y arrugó la nariz.

 




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