Bajo por las escaleras de mi casa y me dirijo hasta el coche para poner rumbo a Valdebebas. Voy un poco justo y solo espero que no haya mucho tráfico porque si no se van a enfadar.
Mientras voy al entrenamiento mi mente comienza a viajar a través de mis recuerdos, aunque siempre acaban en los mismos. En mis recuerdos con mi madre. ¡La hecho tanto de menos…! Que no podéis haceros una idea.
Aunque mi mente sigue vagando por esos recuerdos quiero contaros un poco como soy, porque me imagino que os estaréis preguntando como soy. Al menos eso espero. Sinceramente no soy nada del otro mundo, un chico moreno, de ojos marrones. Nada en mí me hace especial, que me haga ser diferentes al resto de los chicos de mi edad. La verdad, la verdad es que soy yo y creo que a fin de cuentas es lo que me hace ser especial en cierta manera, y por ende, me hace ser un futbolista diferente, porque sigo siendo aquel chico que luchaba por alcanzar sus sueños y tenía los pies en el suelo. Un chico que cuando fue adolescente perdió a su madre, y en la etapa más difícil, ya no tenía a su pilar fundamental en la vida. Pero en cierta manera, este hecho es el que me ha hecho ser fuerte, me ha hecho valorar las cosas más insignificantes, esas cosas que merecen la pena, un chico que no se deja engatusar por el dinero y por la fama.
A pesar de tener la cabeza bien asentada, aquí en Madrid me siento solo, mi padre viene de vez en cuando pero sigue trabajando en Mallorca y mi hermano tiene su vida ya allí. Por lo que mudarme aquí, solo, con 20 años no fue nada fácil. Y ahora… Ahora me siento demasiado agobiado porque todo el mundo espera grandes cosas de mí, que yo también, pero todo a su debido tiempo, aún me quedan muchas cosas que aprender. Así que la presión es máxima, porque quiero llegar a ser un jugador indispensable en el equipo, quiero ser titular. Pero para alcanzarlo necesito mucho sacrificio, esfuerzo y trabajo duro.
Llego a Valdebebas y aparco en la plaza de coche que a cada uno de nosotros nos han asignado. Entro por el edificio y me dirijo al vestuario para cambiarme. Cuando entro están casi todos listos para salir al campo, menos yo claro está. Últimamente estoy algo distraído.
- Ya era hora de que llegaras – dice Sergio.
- Lo siento Capi – le contesto mientras me dirijo a cambiarme rápidamente.
Mientras me ato las botas siento que alguien se acerca a mí y se sienta a mi lado.
- Marco – me llaman y me giro para mirarle - ¿Estás bien? – me pregunta.
- Estoy bien Isco ¿Por qué lo preguntas? – le pregunto.
- No sé, últimamente estás un poco raro, distraído, no estás aquí – me dice en tono preocupado.
- Estoy bien – le vuelvo a preguntar para que deje de preocuparse.
- ¿Es por ella verdad? – me pregunta mientras posa una mano sobre mi hombro.
- Si y no – le respondo – Me dolió lo que me hizo, pero ella no me merecía, así que ya está olvidado, no merece la pena sufrir por alguien que no merece tu sufrimiento. Tú mejor que nadie lo sabes – le contesto a Isco.
- Lo sé y me parece que es la mejor decisión que puedes tomar pero… Vuelve con nosotros ¿vale? – me dice mientras nos damos un abrazo.
- Lo prometo – le contesto mientras sonreímos.
Isco… ¿Qué es para mí Isco? Es una de las personas más importantes que tengo aquí en Madrid, es mi compañero, mi amigo, mi hermano. Estamos aquí el uno para el otro. Y doy gracias por tener a alguien como él a mi lado.
Salimos en dirección al campo. Isco intenta hacerme bromas pero yo no estoy con mucho humor. Me acaba de venir a la cabeza momentos de mi vida que quería dejar enterrados, así que Isco me deja solo con mis pensamientos y se va con Dani y Theo.
Por el camino no hago más que pesar y pensar, como no otra vez, sobre todo. No paro de darle vueltas a las cosas, en sí las decisiones que tomaron fueron las correctas o no, sí hice bien o no. Tampoco me enorgullezco por lo que hice pero… En ese momento ya me daba igual todo, no me merecía aquello, no cuando la quería. Pero sé que lo que hice no fue lo correcto o ético. Aunque lo hecho, hecho está. Así que ahora solo necesito aire fresco, necesito volver a respirar, olvidar el pasado y comenzar a respirar mi realidad ahora.
A pesar de todas las expectativas que me había impuesto, de olvidar, de volver a ser yo otra vez, de pasar página…No me esperaba lo que me iba a pasar, no me esperaba lo que iba a pasar, no esperaba que volviera a sentir, a ilusionarme por la vida… Pero cuando alguien entra en tu vida, tiene la oportunidad de ponerla patas arriba. Y eso es lo que ella hizo conmigo.