No entiendo que es lo que me estaba pasando, porqué actuaba así, pero estaba muy nervioso, bastante diría yo. Además, todos mis compañeros nos están mirando a los dos, pero sobre todo a mí, ya que no dejo de mirar a María. Pero es que no puedo dejar de hacerlo, cuando la miro, me recorre un cosquilleo agradable por mi piel.
Como hemos terminado el entrenamiento me dirijo al vestuario para cambiarme cuando entro todos se me quedan mirando.
- Vaya con Asensio – dice Sergio de repente.
- Ya, ya – le contesta Dani Carvajal mientras ambos se ríen.
Y no entiendo absolutamente nada de lo que están hablando. Nada.
- ¿De qué habláis? – les pregunta para enterarme.
- Y se hace el loco – dice Lucas mientras se ríe.
- ¿Qué? – pregunto sin entender nada.
- A ti te gusta la prima de Ceballos – dice Isco mientras se ríe.
- ¿Qué? No que va – digo rápidamente mientras miro a Dani para convencerle.
- No nos puedes engañar – dice Bale.
- Te has quedado empanado mirándola – continua diciendo Theo.
Todos en el vestuario empiezan a carcajearse y a vacilarme con María. Con la chica morena de ojos color chocolate que me ha cautivado, que me ha dejado prendido.
¿Estoy enamorado? Es muy pronto para averiguarla, solo sé que por ahora me llama mucho la atención.
Después de ducharme y vestirme, y entre broma y broma, finalmente acabo de meterme en el coche para poder llegar a casa y descansar un poco. Al llegar a casa me encuentro con que no hay nadie, ni mi padre ni mi hermano.
A veces cuando estoy en casa no dejo de sentirme solo y angustiado, ya que a decir verdad estaba solo, no había nadie. Pero aun así, sabiendo que tengo a mi padre y a mi hermano, no dejo de sentirme solo. Me sigue faltando algo, bueno a alguien, en concreto a mi madre. Aunque he aprendido a vivir con ello, muchas veces cuando me encuentro en esta situación no puedo dejar de pensar en ella y cuanta falta me hace en mí día a día.
Uno nunca deja de necesitar a una madre. Nunca.
Me hago la cena, algo ligero para seguir con la dieta. Al acabar me siento en el sofá y me dispongo a ver una película cuando suena el timbre de la puerta. No sé quién puede ser, porque no esperaba a nadie.
Abro la puerta y me encuentro a un Isco muy sonriente.
- Traigo palomitas – me dice mientras entra por la puerta como si fuera su casa.
Isco se dirige hasta el salón, se sienta y espera a que llegue hasta él.
- ¿Qué haces aquí? – le pregunto curioso.
- Venga a ver una película y a hacerte compañía – me dice sonriente.
- Bueno está bien – le digo mientras sonrío – vamos a ver que película vemos – le contesto.
Nos sentamos a ver la película y como la película me aburre mucho salgo al jardín y me siento en el borde de la piscina. Al cabo de un rato oigo que unos pasos se acercan hasta que se sientan a mi lado. Giro la cabeza y me encuentro con los ojos de Isco.
- ¿A ti tampoco te gusta la película? – le pregunto mientras me río, porque la verdad es que la película era un poco aburrida y eso que lo hemos elegido nosotros.
- Sí pero además quería hacerte compañía un rato, que hace mucho que no pasamos mucho tiempo juntos solos, ni charlamos… – me dice mientras me da una palmada en la espalda.
- Se de lo que quieres hablar Isco pero no tengo ganas de hablar de cómo me siento con respecto a lo que ha pasado hoy– le digo con un deje de derrota mientras apoyo mis manos sobre las piernas y recuesto mi cabeza sobre ella.
- Está bien pero que sepas que me tienes aquí para hablar – me dice Isco – pero creo que tienes que hablar.
- Lo sé – le contesto.
- ¿Qué te ha pasado con María? – me pregunta intentando sacarme información.