María y yo seguimos bailando sin parar de mirarnos, sin apartar la mirada el uno del otro. El concurso iba a ser muy largo, la pareja que durara todo el tiempo bailando ganaba, así que en vez de baile lo que de verdad importaba era la resistencia.
- ¿Bueno qué tal llevas tu estancia en Madrid? – intento sacar un tema de conversación con María.
- La verdad es que muy bien, necesitaba cambiar de aires – me dice.
- Me alegro. ¿Y cuántos años tienes? – la vuelvo a preguntar mientras la miro fijamente.
- 21 igual que tú – me dice riéndose.
- ¿Y Natt es tu hija? – le sigo preguntando para intentar saber más cosas sobre ella.
- Nooo es mi sobrina – me dice y yo suelto un suspiro de alivio.
- Pensé que sí porque os parecéis muchísimo – la digo, aunque no estaría en contra de que así lo fuera, pero no se… Creo que es demasiado joven para ser madre.
- Todo el mundo me lo dice, pero es igualita que mi hermana, su madre – dice María.
- ¿Y tienes novio? – pregunto más interesado por saber su respuesta.
- No – me contesta mientras se sonroja y no puedo evitar sonreír después de oír su respuesta - ¿Y tú? – es ella quien me pregunta.
- ¿Yo? Que va – le contesto mientras me sonrojo también.
Estamos un rato en silencio mientras bailamos sin dejar de mirarnos hasta que una bocina nos devuelve a la realidad. El juego había acabado y sin darnos cuenta del tiempo que había pasado, habíamos ganado.
Después del concurso nos fuimos todos al Bernabéu para comer en el restaurante. Durante la comida todos los jugadores y sus familiares se dedicaron casi a hacerla un interrogatorio a María, ya que era la nueva. Los más interesados eran Isco que se encontraba enfrente de Dani, que estaba colocado a la izquierda de María, y por supuesto, yo, que me encontraba enfrente de ella. Aunque sí que es cierto que no hacía muchas preguntas, pero estaba atento a todo lo que ella decía, a todo lo que contestaba.
Al terminar de comer los familiares se dirigen al campo donde hay un escenario grande donde están poniendo música, diferentes carpas con distintos juegos, un futbolín hinchable, un mini campo de fútbol… En definitiva diferentes actividades sobre el fútbol. Nosotros no vamos con ellos, antes de eso tenemos una reunión, pero después nos darán la oportunidad de pasárnoslo bien con las familias.
Durante la reunión con el Míster y el presidente, los chicos no han parado de hacerme burla con el tema de María. Pero aunque les odie por lo que me están haciendo, tienen toda la razón del mundo. Cuando la miro en mi mundo solo está ella y gira en torno a ella.
Cuando llegamos al Bernabéu, la busco con la mirada y la encuentro con Natt hiendo de un lado para otro. Aunque me lo estoy pasando bien, siento una mirada puesta sobre mí, de la misma manera que mí mirada también se ha puesto sobre ella durante toda la tarde. Nunca me había pasado esto, pero no puedo dejar de mirarla, es como si mis instintos, mi subconsciente me dijera que no lo dejara de hacer, que me acercara a ella. Pero soy demasiado tímido como para hacerlo, además de que quiero que disfrute junto a su sobrina.
Antes finalizar la jornada con los aficionados se va a hacer un concurso de talentos, en la que todo el mundo puede participar y puedo llevar a cabo cualquier tipo de actuación, desde malabares, hasta magia e incluso bailar.
Me siento en una toalla en el césped junto a Dani, Isco y Lucas como todos los presentes, con la mirada fija en el escenario. Me lo paso muy bien viendo las actuaciones hasta que llega una que no nos esperábamos nadie.
Encima del escenario está Natt, con un micrófono en la mano y una suave melodía empezando a sonar. Y en ese momento mi mirada viaja hasta María y veo como sus ojos se empañan, como se emociona al verla allí arriba.
Natt empieza a cantar con una voz muy angelical. Aunque con el paso de la canción se empieza a poner nerviosa y a desentonar. Entonces es cuando me doy cuenta y observo que la mayoría de la gente se está riendo y eso causa que la pequeña cada vez se ponga más nerviosa.
María se levanta del suelo y se va acercando al escenario. Por el camino veo que nos ve a su primo, a Isco, a Lucas y a mí que nos estábamos riendo de la pequeña, aunque no de ella, sino de lo adorable que es. Pasa por nuestro lado y nos lanza una mirada fulminante, de esas que si mataran ya estarías muerto.