Los días pasaban, los campos se llenaban de vida, las flores crecían, el tiempo pasaba y poco a poco y con ello mi desesperación. Un mes había pasado, un mes desde que la conocí y un mes desde que ella se marchó de mi vida para a lo mejor no volver más.
¿Y por qué no he hablado con ella? Porque creo que necesita tiempo para asimilar todo lo que la está sucediendo, tiempo para ella, para que vuelva su sonrisa a iluminar el mundo. Además, yo tengo que estar concentrado en los próximos partidos, aunque no es fácil, siempre aparece en mi mente. Y es que habíamos llegado a la fina. ¡S, a la final de la Champions! Y necesita concentración. ¿Y la echaba de menos? Por supuesto. Me encantaría simplemente volver a oír su voz, escuchar lo que hace durante el día, como se siente o simplemente oírla hablar de cualquier tema. Pero creo que esta vez tengo que esperar a que ella me llame. Espero que lo haga pronto. ¿Por qué? Porque a veces una persona tiene la necesidad de alejarse del mundo, de la gente que le rodea. A veces se necesita, para volver a encontrarse a uno mismo, para recuperar la persona que eras. Y es lo que creo que ella necesita. Desconectar del mundo, de todos, y aunque eso me doliera, también a mí. Ni si quiera había hablado con Dani e Isco, y mira que lo intentaron. Pero se ha cerrado en banda.
Sólo me queda esperar, esperar y de mientras termino mi maleta para ir hacia el aeropuerto. Cuando llegamos todos ponemos rumbo a Cardiff, rumbo a la final. Mi padre, mi hermano y mis amigos van a ir a ver la final. Tengo ganas de verles, pero también estoy muy nervioso. Mucho. Es una final importante, nos jugamos mucho y yo… Yo nunca he disputado una final de este calibre, pero… Estoy preparado.
Cuando llegamos los fans nos están esperando en el aeropuerto y en la entrada del hotel.
- Madre mía cuanta gente – dice Dani.
- Y que lo digas – le contesto flipando un poco con la gente que se arremolina en la entrada.
Después del entrenamiento en el estadio, nos dirigimos al hotel, cenamos y nos vamos a la habitación. Comparto habitación con Nacho quien se encuentra hablando con su mujer, María.
Intento dormirme pero no puedo.
- Marco ¿estás bien? – me pregunta Nacho.
- Sí – musito simplemente.
- No te creo, no estás bien – me dice mientras se sienta en mi cama.
- No te preocupes – le digo.
- Cuéntamelo, venga – me insiste – Es María ¿no? – vuelve a decirme.
- Sí – le contesto mientras agacho la cabeza.
- ¿Qué pasa con ella? – vuelve a preguntarme.
- La echo de menos – le confieso.
- Estás enamorado y coladito por ella, chaval – afirma mientras se ríe y me da una palmada en la espalda.
- Esto… - intento decir mientras me sonrojo.
- ¿Hay algo más verdad? – pregunta otra vez.
- Sí – le digo – llevo tiempo sin hablar con ella y quiero volver a escuchar su voz.
- ¿Y por qué no la hablas? – intenta averiguar el motivo por lo que no lo hago.
- Porque creo que necesita tiempo para estar sola después de la muerte de su cuñado – le digo.
- Tienes razón, pero tarde o temprano tendrás que hacerlo – me dice – le vendrá bien hablar con alguien y distraerse y quien mejor que tú para hacerlo – me dice mientras levanta las cejas.
- Calla anda – le digo mientras reímos.
Nacho se va a dormir y yo me debato en si mandar a María un mensaje o no. Finalmente, mis ojos pesan demasiado y al final me vence el sueño.
Estoy en los vestuarios del estadio, terminando de colocarme las botas. Algunos jugadores están saliendo al pasillo para ver a sus familiares, ya que nos van a dar la oportunidad de que les veamos unos minutos antes de comenzar.