Mientras no me olvides, no me habré marchado del todo

Capítulo 27 - AÑO NUEVO... 2

Hoy comienza un nuevo día, abro la ventana de mi habitación y respiro el aire helado de una fría mañana de invierno en Madrid. En el ambiente se nota y es que hoy es noche vieja. Sí, el último día del año. Y la verdad es que este año ha tenido muchas cosas, buena y malas. Es un año que recordaré toda la vida, pero la vida sigue y con ella yo también. Un año en el que encontré esa persona a la cual cuidar y proteger siempre.

 

El día pasa tranquilamente, hoy es un día raro, como en todos los días señalados, desde que mi madre no está siempre han sido diferentes, además de que solamente cenaremos mi padre, mi hermano y yo.

 

El día transcurre sin ningún tipo de acontecimiento, cuando llega la cena, nos sentamos los tres en la mesa para cenar. Se nota que falta alguien pero entre todos intentamos que no se nos note. Pero a veces nos cuesta porque estas fiestas son para pasarla en familia, y sin mi madre es como que nos falta la mitad de nosotros. Y sé que allá donde esté, hoy está aquí con nosotros.

 

 

Queda unos minutos para que den las doce y comience el nuevo año. En la mesa está todo preparado. Mi hermano con las aceitunas y mi padre y yo con las uvas.

 

Al rato comienzan las campanadas, mi hermano hace de las suyas como siempre y se acaba atragantándose, provocando una risa por mi parte, casi perdiendo el ritmo, pero finalmente consigo tomarme todas las uvas a tiempo.

 

Nos saludamos y felicitamos todos el año nuevo y tras la ventana comenzamos a ver los cohetes y fuegos artificiales. Estoy tan entretenido con mi padre y mi hermano que no me doy cuenta de que me habían llamado. Que mi chica me había llamado. Así que salgo al balcón de mi habitación para llamarla. Al quinto tono María me coge el teléfono.

 

         -       Hola cariño – me contesta.

         -       Hola amor – contesto – Feliz año nuevo, ojalá poder estar contigo ahora – digo.

        -       Feliz año a ti también Marquito. Y lo sé cielo, pero este año queríamos estar solos – me contesta y lo entiendo perfectamente.

        -       Ya sé, por cierto se me olvido decirte que no te he contestado antes porque no he oído el móvil – digo casi gritando ya que mi hermano ha puesto la música a tope y acaban de llegar nuestros amigos a casa para sacarnos de fiesta – esto está lleno de gente y de música. Lo siento – digo finalmente.

       -       Ya veo ya – me contesta mientras oigo como se ríe – pues no te entretengo más. Mañana hablamos. No bebas mucho. Te quiero – me dice.

          -       Yo también te quiero peque – contesto y colgamos a la vez la llamada.

 

Salgo de la habitación y mis amigos al final me acaban convenciendo para que salga de fiesta con ellos. Aunque ojalá no hubiera accedido.

 

Llegamos a una discoteca, a una de las más famosas y tomamos algo en el reservado. Al cabo de un rato aparecen unas amigas de Mallorca y entre ellas… entre ellas mi ex Marina.

Ella me mira y yo intento estar lo más alejado posible de ella, no me da muy buena espina para ser sincero. Pero ella no tiene esas intenciones ya que se acerca a mí.

 

           -       Marco ¿podemos hablar? – me pregunta Marina.

           -       ¿Qué quieres Marina? – pregunto.

        -       Quería pedirte disculpas por lo que nos pasó y me gustaría pedirte que fuésemos amigos – me dice.

          -       No quiero pensar en eso Marina, ya lo olvidé, alguien mucho mejor me hizo olvidarme del daño que me habías hecho, una chica maravillosa y 10 veces mejor que tú – respondo.

         -       No creo que sé mejor que yo, además, probablemente solo quiera fama y dinero – me dice haciéndose la chula y prepotente.

          -       ¿Pues cómo tú entonces no? – suelto sin más – Pero créeme, no le llegas ni al suela de los zapatos, es mucho mejor que tú y me ama y yo a ella. Pero no me apetece discutir contigo – digo mientras vuelvo a moverme al ritmo de la música.

        -       Bueno… eso ya se verá, pero sí, yo solo quiero volver a ser tú amiga – me dice bailando ella mientras se acerca cada vez más a mí.

 

Cada vez que ella se acerca yo doy unos pasos hacia tras, no puedo creer lo que creo que está haciendo, ¿está tirándome los tejos? No puedo creérmelo, después de todo lo que nos ha pasado, después de lo que me hizo sufrir…




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