Mientras no me olvides, no me habré marchado del todo

Extra I - BASTA DE ESPERAS

Mis ojos se abren despacio sintiéndome en paz desde hacía mucho tiempo. Miro al techo, al techo de mi habitación para después girarme y encontrar un cuerpo dormido a mi lado. Observo como duerme e instintivamente una sonrisa se me escapa. Me acurruco más en él y después paso mis dedos por su mejilla, pasando por sus brazos y su pecho. Siempre me ha encantado verle dormir, está tan guapo.

 

Sigo acariciándole cuando a mi mente vuelven todos aquellos recuerdos. Esos momentos de agonía después de que despertara en la habitación del hospital.

 

 

Inicio del Flashback

 

 

Miro nerviosa a Marco que se encuentra sentado en el borde de la cama. Sus manos atrapan las mías y me mira con esos ojos que ahora brillan de una manera especial. Sé que no se cree que esté aquí.

 

      -       Voy a llamar al médico para decirle que has despertado – me dice con una sonrisa dulce.

     -       ¡No espera! – le digo mientras le retengo de la mano cuando hace un amago para levantarse – Necesito que me contestes a un par de cosas antes – le miro suplicante.

    -       Dime amor – me dice mientras una de sus manos me acaricia mi mejilla – yo simplemente cierro los ojos ante su tacto como si llevara mucho tiempo sin sentir hasta ese simple gesto suyo.

     -       ¿Qué día es hoy? ¿Cuánto tiempo llevo aquí? – pregunto dudando por conocer la respuesta.

      -       Has estado tres meses en coma cielo – me dijo triste – yo pensé… pensé que ya no ibas a despertar nunca más – termina de decir mientras sostiene mis manos con firmeza.

     -       Yo… - intento decir mientras me recompongo de la noticia – recuerdo el accidente, recuerdo como volcamos y te recuerdo a ti diciéndome que no me durmiera – suelto de repente cuando las imágenes llegan a mi mente de manera rápida. Mi corazón empieza a acelerarse - ¿Cómo pasó? – pregunto confusa.

       -       Un coche no sacó de la carretera – me dice Marco mientras desvía la mirada de mí y sé que me está mintiendo, cuando me oculta algo no es capaz de mirarme a la cara.

       -       ¿Qué no me estás contando Marco? – le pregunto seria – no me mientas, sé que me ocultas algo – le incito a que me cuente que está pasando.

       -       Fue Miriam quien nos sacó de la carretera – dice finalmente después de quedarse unos segundos en silencio – no quería verme feliz si no era con ella – dice mientras agacha la mirada – lo siento amor.

     -       ¿Ei? – le digo mientras le acaricio con una mano su mejilla y después le levanto el mentón para que me mire a los ojos – tú no tienes la culpa de nada amor ¿vale? No la tienes. Te quiero – le intento hacer ver que la culpa de lo que nos ocurrió no fue de él.

 

Sé que piensa que todo esto ha pasado por su culpa, por enamorarse de mí pero no es así, es de Miriam y de los celos enfermizos que tiene. Quería a Marco a toda costa y como no salían las cosas como ella quería llegó a ese punto. Menos mal que ahora no podrá hacernos más daño.

 

Otro recuerdo viene a mi mente y es entonces cuando me doy cuenta. Miro hacia abajo, hacia mi cuerpo y lo veo plano. No debería de estar plano, han pasado ya tres meses, debería de notarse. Entonces… Dios ¿por qué? Instintivamente comienzo a llorar y a llorar. Nunca había sentido esto, nunca me había sentido tan rota por dentro.

 

Marco preocupado se acerca corriendo para abrazarme. En sus brazos lloro desconsoladamente sin poder decir una sola palabra.

 

        -       María, amor ¿qué te ocurre? ¿te duele algo? – me pregunta desesperado al verme así.

       -       Lo he perdido – afirmo mientras con los ojos aún llorosos lo miro a los suyos. Al oír lo que digo sabe de lo que estoy hablando.

       -       Sí amor, perdiste a nuestro bebé – me dice mientras me mece entre sus brazos y deja que llore en ellos – recibiste un duro golpe en el abdomen y tuviste un aborto inmediato. Los médicos no pudieron hacer nada por salvarle.

 

Los dos lloramos en silencio, compartiendo nuestro dolor, el dolor por nuestro bebe que aún no había nacido y que no hemos tenido la oportunidad de conocer. Como siempre nos arrebatan lo más importante cuando menos nos lo esperamos, pero no podemos hacer nada, nada, simplemente recomponernos y seguir adelante.




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