Mientras no me olvides, no me habré marchado del todo

Capítulo 23 - Silencio

El salón está en silencio, lo único que se escuchan son las respiraciones y los pulsos acelerados de los presentes en la sala. Sé que por sus cabezas se están pasando miles y miles de cosas, intentando unos averiguar el significado de la canción y otros en cambio, intentando asumir que la canción es real.

 

Al mirarles, sé que algunos quieren hablar, intentar decirme algo e incluso a alguno se le nota la disculpa en su mirada. Pero no es a mí a quien tienen que pedir perdón, sino a Sofía. A veces tenemos que dejar atrás nuestro orgullo, y dar paso a la valentía, para afrontar este tipo de cosas, y por consiguiente, ayudar a aquellas personas que lo necesiten, ya sea amigo o desconocido, o simplemente conocido.

 

No soporto verles más así, ver esa guerra interna que tienen, por lo que suelto las manos de Marco que siguen aferradas a las mías cada vez con mayor fuerza. Me levanto, cruzo la sala bajo la atenta mirada de todos y salgo al jardín. Necesitaba aire fresco, necesitaba salir de ese agujero en el que sola me había metido, poder respirar y empezar a borrar todos los recuerdos que han emergido desde las profundidades de corazón.

 

Me siento en el suelo sin importarme si me mancho o no. Y así paso unos minutos, completamente en silencio, oyendo mis pensamientos, reconstruyendo lo que se rompió. Y cuando lo hice, ya estaba preparada para volver con los chicos y Sofía.

 

Sabía que habían estado hablando, a pesar de que en el exterior no había ni un solo ruido, en el interior de la casa todo era un caos. No les entendía muy bien lo que estaban diciendo, pero estoy segura que estaban hablando de la canción y de lo que significa. Pobre Dani… Deben de estar haciéndole un tercer grado para intentar averiguar lo que me hizo escribir esa canción. Pero de la misma forma sé que Dani no contara nada, no es nadie para contarlo. Solo yo y es algo que no quiero contar. Al menos no ahora y no a todos. Aunque puede que en algún momento acaben sabiendo la verdad, a pesar de que no es muy difícil averiguarlo.

 

Cuando vuelvo al salón todos se callan de repente, haciéndome saber que sí, que estaban hablando de mí. Vuelvo hasta mi lugar en el sofá y me acerco a Marco.

 

      -       ¿Podemos ir a casa? Ya se ha hecho tarde y estoy cansada – le digo al oído.

 

El asiente sin decirme ni una palabra.

 

Se levanta del sofá y coge nuestras chaquetas. Nos despedimos de todos de una manera fría.

 

Al llegar al coche de camino a su casa, ninguno de los dos abre la boca, yo porque no sé muy bien como se ha tomado este descubrimiento, y él porque creo que no sabe que decirme. En su mirada le veo confuso, unas veces parece enfadado y otras en cambio, se le nota preocupado y sufriendo.

 

Cuando llegamos a su casa nos dirigimos a su habitación y nos pusimos el pijama. Bueno yo en pijama y él en bóxers. Al meternos en la cama nos quedamos mirando al techo los dos. Sé que quiere decirme algo, lo noto. Así que espero a que hable, a que sea valiente y lancé la pregunta.

 

      -       María – me llama Marco.

      -       Dime – le contesto mientras me giro a mirarle.

    -       Esa canción la has escrito tú y sueles decir que lo que escribes está basado en experiencias tuyas – me dice mientras sigue mirando al techo sin atreverse a mirarme.

      -       Así es – le digo afirmando lo que ha dicho.

      -       ¿Te han maltratado? – me pregunta soltando la bomba y esta ve mirándome a los ojos.

     -       Sí – le contesto mientras vuelvo a mirar al techo para evitar su mirada y mis ganas de romper a llorar.

     -       ¿Qué paso? – me vuelve a preguntar mientras se acerca a mí y pasa un brazo por mi cintura.

      -       No quiero hablar de ello – le contesto un poco seca.

     -       ¿Por qué? Soy tu novio, estás cosas me las tienes que contar – me dice mientras se apoya en su codo para mirarme a la cara.

      -       Lo sé, pero hay cosas que la gente no quiere compartir – le contesto.

      -       ¿No confías en mí? – pregunta – ¿Es eso? Porque te recuerdo que en una relación tiene que haber confianza y contarse todo. Y esto es algo muy importante y serio, María – me sigue diciendo mientras noto que se está enfadando.

     -       Confío en ti, Marco. No tiene nada que ver la confianza para contarte que es lo que paso – le contesto mientras le miro.

     -       ¿Ah no? ¿Qué pasa que cada vez que tengas algún problema no me lo vas a decir? – sigue preguntando.




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