Mientras no me olvides, no me habré marchado del todo

Capítulo 50 - Huellas

HUELLAS

 

Nos sentamos en el sofá, uno enfrente del otro.

 

      -       María, yo te quiero – me mira suplicante – te amo, lo de antes solo ha sido una tontería – sigue diciendo.

      -       Marco… - intento decir pero me corta.

     -       Sé que llevamos un tiempo distantes, que no nos vemos, pero yo te sigo queriendo, no es motivo para dejarlo, todas las parejas… - sigue diciendo Marco.

      -       No quiero cortar contigo – le digo mientras le corto.

     -       Tienen baches pero hay que superarlos – sigue diciendo sin enterarse de lo que le he dicho - ¿Espera que has dicho? – me pregunta mientras no puedo evitar reírme.

      -       Que no voy a cortar contigo Marco, te amo – le digo mientras veo que suspira de alivio – Es otra cosa la que quiero hablar contigo.

     -       Vale, menos mal – dice aliviado – Cuando una chica dice “tenemos que hablar” quiere decir que ya no quiere estar con su novio.

      -       Este no es el caso – le digo mientras me acerco a él y le acaricia la mejilla.

      -       Pues cuéntame, que eso tan importante – me dice ahora curioso.

    -       Primero quiero pedirte perdón por no haber estado contigo estos últimos días, siento haberte mentido, sobre todo esta tarde que no he estado con mis amigas de la Universidad – le digo sincerándome.

      -       ¿Cómo? – pregunta sorprendido y asustado otra vez - ¿Con quién has estado María?

     -       Con Isco – le contesto sin rodeos y veo como sus ojos se abren de la sorpresa – Y antes de que empieces a imaginar cosas que no son, quiero decirte que entre Isco y yo la única relación que tenemos es de amistad – le sigo diciendo rápidamente antes de que saque conclusiones precipitadas.

      -       ¿Qué hacías con él? – pregunta serio.

      -       Le estaba ayudando a preparar una sorpresa a Iris, quiere pedirle que sea su novia – le contesto.

      -       ¿Y por qué no me lo habías contado? – pregunta sin entender nada.

      -       Acordamos Isco y yo eso – le digo – Es que eres un bocazas, no eres capaz de guardar un secreto y al final Iris se iba a acabar enterando – le contesto mientras sonrío.

      -       Vaya gracias, que confianza tenéis en mí – dice serio – Y no soy ningún bocazas – me dice esta vez con una sonrisa en su boca.

 

Se acerca peligrosamente a mí y comienza a hacerme cosquillas.

 

      -       Para Marco – le digo mientras sigo riéndome.

      -       No hasta que retires lo dicho – me contesta mientras se ríe.

      -       No – le contesto – porque no miento ¿verdad? – le pregunto mientras me levanto y me pongo a horcajadas sobre él.

      -       No te equivocas amor – me dice.

 

Y se acerca lentamente hasta mí, hasta mis labios, fundiéndonos en un beso dulce y largo.

-       No sabes lo que te extrañaba amor – me dice Marco mientras nos separamos.

 

      -       Y yo a ti amor – le contesto mientras juntamos nuestras narices – pero aún no hemos hablado de eso importante que tengo que contarte.

 

Aunque me hubiera encantado seguir con ese precioso momento, no quería estropearlo, no quería decirle lo que tengo que decirlo porque puede que todo lo que tengamos se arruine. Pero tengo que ser valiente y tengo que decirlo.

 

      -       Marco… - intento decir.

 

Marco se acerca más a mí y me coge las manos y las entrelaza con las suyas, intentando tranquilizarme y darme ánimos para que hable.

 

      -       Marco, estoy embarazada – lo suelto de repente mirándole a los ojos.

 

Me quedo observando su reacción. Se queda pálido y no reacciona.

 

Mis nervios crecen, miro para todos lados porque no quiero verle. No puedo.

 

      -       ¿Estás segura? – pregunta de manera entrecortada.




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