Mientras vemos el Atardecer - Libro 01

Capítulo 04

Adán no duro mucho escribiendo, así que solo se fue, ni siquiera me dio las gracias por haberle prestado la tarea, que mal educado. Aprendan; sean feos pero educados.

— ¿Y tú visita que paso? No me digas que ya lo espantaste con tu amargura y por eso se fue, si sigues así terminaras como tu tía Julia sola y amargada —Dijo mi madre al llevar del negocio que tienen mis padres, es una ferretería.

—Y yo que pensaba que al fin habías encontrado a alguien Sofía. –continuo mi mamá

—Mamá. Es solo un amigo y vino solo por la tarea

— ¡Mentira! —Salió diciendo mi hermana de repente —si se dieron besitos, se quedaron callados por mucho tiempo.

—Sofíaaa, explícame eso —respondió mi mamá con su mano en su pecho y con cara de sorpresa, hasta se podía decir que hasta emocionada coloco sus codos en la mesa, unió sus manos y se sentó, como si fuera a escuchar una gran historia.

— ¡Eso no paso! mejor recogeré mis cuadernos que deje en la mesa —me aleje de ellas con mi cara de seriedad como siempre; para huir de esas locas.

Isabela 

¿Entonces que paso?

Sofía

No pasó nada, no empieces tú también.

Cuando te digo que no pasó nada, es porque así fue, si  pasara algo como tú y mi hermana piensan, ya les habría contado todo

Isabela 

Está bien, si tú lo dices. Me tengo que ir voy a salir a comprar, Luca me acompañara

Sofía

Me lo saludas

Isabela ha sido amiga de Adán también, incluso antes de conocerme a mí y ahora es mi amiga. Desde que le dije que él venía a estado molestándome con eso, igual que mi hermana; Luca es su mejor amigo desde que los conozco a los dos siempre he pensado que harían bonita pareja, pero no es así y al parecer tampoco pasara nada entre ellos.

La vida tan injusta como siempre, pero tengo fe, de que si, algún día terminaran juntos; aunque tenemos que tener en claro que no todos los finales son felices.

***

Pasaron varios días desde que Adán vino a la casa, me encuentro pensando en porque no ha venido y los días que han pasado; en mi mente pasan mil y un temas de conversación que pude a ver hecho estando él aquí. Y preguntarle acerca de ¿cómo era eso de escuchar la música que el atardecer pedía? 

¿Le gusta el café? Porque si no le gusta tendremos problema, porque a mí me encanta el café, aunque eso es lo de menos o porque de repente quiso venir a mi casa para que le pasara la tarea; cuando simplemente podía a verle tomado fotos a las mismas y pasárselas sin ningún problema.

Estamos a mitad de noviembre, y ya mi familia estaba hablando acerca de qué día viajaremos a donde mis abuelos para pasar la navidad con ellos. Ir de viaje me emocionaba, solo ver los paisajes durante el camino, escucho mis canciones favoritas y crear recuerdos con mis abuelos y con los demás familiares de mi padre.

Son buenas personas me dan dinero para el camino de regreso, para comprarme algo en alguna tienda del camino y yo lo único que hago es reunir para comprarme otras cosas —Sonaste como una persona interesada—perdón, solo diré que son buenas personas y no las veo muy seguido solo cuando es navidad o hay alguna celebración importante.

— ¿En qué piensas Sofía? —hablo alguien, sacándome de mis pensamientos en tono agradable y ofreciéndome una taza de café, esa persona fue mi mejor amiga Victoria

—En nada importante Vic —respondo y los pensamientos referentes a Adán siguen resonando en mi mente

—Te conozco, te pasa algo y no me has dicho.

Tiene razón, ella es la única que no le he dicho que Adán vino a la casa simplemente porque sé cómo se pondría, soy ese tipo de persona que se ilusiona rápido y desde que paso aquello con cierta persona—que luego les cuento—ella se ha vuelto más sobreprotectora conmigo.

No entendí, no que no le iba a decir

— ¿Adán? ¿Quién es Adán? 

Hubo un pequeño silencio y luego volvió hablar

—Adán ¡Claro! El tipo que te quito la pulsera “prestada” morada de lana que compartías conmigo, ¡En señal de nuestra amistad! Y nunca te la de volvió, ¿Ese ser? ¿A que vino? —finalizo acomodando sus lentes para luego tener una ceja alzada y los brazos cruzados, por su piel blanca podía notar lo roja que estaba, no le molesta el hecho de que Adán vino, sino que me pidió la pulsera y jamás me la devolvió.

—Solo vino para que le pasara la tarea, no se estuvo mucho aquí.

—Mmm…aja ¿y qué más? —seguía igual de molesta.

—Más nada, sabes como soy, no suelo hablar casi…y él pues bueno tiene la letra fea —finalice haciendo una falsa sonrisa.

—Si tiene la letra fea y lo sé porque me ha tocado hacer trabajos con él, mejor dicho hacer yo todo y solo poner su nombre en la parte de quienes participaron en el trabajo. 

Victoria y Adán estaban en varias clases juntos, mientras que yo solo compartía una clase con ella y con Adán varias, pero a pesar de eso no cruzamos tantas palabras.




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