Prólogo

Sigo un horario, no es estricto ni nada, pero parece que mi días son los mismos,  nada nuevo, estuve dos años en coma, no recuerdo nada, según periódicos que he leído de ese día. 

Fue un 10 de Junio, según testigos cercanos al momento, yo iba corriendo, no mire a los lados y una camioneta iba pasando. Al parecer las personas hicieron oraciones por mi recuperación, colaboraron para algunos gastos médicos, quede en coma, solo antes de eso recuerdo que fui de visita para donde mis abuelos, hay meses en blanco, empiezan desde Diciembre hasta ese día.

— ¿Sofía que estabas haciendo en ese lugar?

— ¿Por qué no miraste a los lados?

— ¿Duermes bien?

— ¿Qué fue lo viste estando en coma?

— ¿Qué es lo que recuerdas? 

— ¿Sofía estas bien?

— ¿Sofía?   

Estoy cansada de esas preguntas, las tengo presente en cada momento, creen que no las quiero responder. Que evito a todo momento sus preguntas y la verdad es que no se responderlas, ni si quiera a mí. Cuando creo entender algo, sale algo más, que me confunde y vuelvo al inicio, con más preguntas sin responder, esto me estresa, me da constante dolores de cabeza, me he aislado de todos, empiezo a escuchar música o leer, hacer eso me relaja y me aleja de esta realidad.

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¡Bienvenidos al segundo libro de esta tetralogía! (saga de cuatro libros)

Muchas gracias por acompañarme en esta travesia, nos vemos pronto en los siguientes capítulos.

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