Mientras vemos las Estrellas - Libro 02

Capítulo 15 — Galletas

14 de Febrero

Sofía Clark

Han pasado varios días no sé nada de Elliot, he ido al mirador y no lo he visto, me he quedado sola en el pasto viendo las estrellas sola, ellas son las únicas que me hacen compañía, escuche el álbum de Olivia Rodrigo como me dijo Elliot, hasta le deje un mensaje al respeto.

Sofía Noé 8:00am

¡Ya las escuche todas, es extraño tu gusto musical! Licencia de conducir, me imagino que la escuchas cada que conduces por los suburbios. 

Y antes de este mensaje esta uno de él, el ultimo que recibí.

Elliot Joel 8:00am

¡Buenos días, tu sol está brillando de nuevo! No olvides tomar agua y sonreír un poco, te ves hermosa cuando sonríes, por favor no me golpees por lo que acabo de decir. Me iré a trabajar nos vemos luego, pequeña.

Elliot Joel 12 de Febrero 8:15am

Trabajando duro o apenas trabajas.

Elliot Joel 13 de Febrero 12:35pm

Café y galletas. ¿Quieres?

Le respondí que si al instante, le pregunte porque no había ido al mirador estos días, no obtuve respuesta. Ha de estar ocupado, no me sorprende que ya se aburrió de mí, que ya no quiera saber de mí, he tratado de no pensar en el beso y es fácil fijar mi atención en otras cosas, cuando tu madre te dice algo como.

— ¿Qué estabas haciendo asomada en la puerta a las 3 de la mañana? Por un momento creí que era un fantasma y resulta que eras tú. 

Lo más razonable es decir o llegar a la conclusión de que soy sonámbula, esa es una respuesta lógica, y a mí no me andan sucediendo cosas lógicas, si no lo contrario, mi cabello de la nada crece tanto de la noche a la mañana crezco unos pocos centímetros de lo normal, ahora esto. Tengo sueños extraños en donde soy yo, en la noche, vigilando a la espera de algo.

La voz: A la espera del fin del mundo o del tuyo…

Esa voz de nuevo, tenía tiempo sin escucharla. ¿Qué quieres de mí?

La voz: fácil, tu cuerpo y tu alma.

¿Eres una especie de demonio?

La voz: Que me hagas esa comparación me ofende soy más que eso, soy el inicio de todo, y si es posible su fin.

Y si necesitas mi cuerpo, ¿dónde está el tuyo?

La voz: Oculto, en lo más profundo del mar, tu cuerpo es muy familiar al mío, somos familia, solo es algo que tú no estás enterada aun, hay tantas cosas que tienes que saber Sofía Noé Clark Parcet, ese es tu nombre.

— ¿Durmiendo tan temprano? —era Oriana, apenas se notaba su embarazo.

— ¿Qué hora es? —. Pregunte, toque mi cara, estaba toda sudada, tenía calor, demasiada, corrí al baño a tomar una ducha. Estando en este enfrente de mi estaba un espejo, tenía miedo de ver mi reflejo en el y cuando lo hice, no pasó nada. Alguien toco la puerta del baño, haciéndome salir de mi trance. 

—Sofía, Sofía, un chico llamado Elliot te está llamando—. Era Oriana de nuevo.

La voz: Disfruta todo el tiempo que tengas que pases con ese chico, porque el fin de tu mundo se acerca.

—Yo…yo lo llamo luego…

—Es que está aquí, te espera en la sala, me alegra que ya tengas un amigo, aunque es lindo, si no estuviera comprometida yo desde hace tiempo seria su novia.

Ignore eso, y salí del baño, sin antes fijarme en que en mi mano ya no tenía ninguna cicatriz, se curó por completo. Perdón por lo que voy hacer ahora, tome una navaja y la pase con rapidez por la palma de mi mano, quería verlo con mis propios ojos. Sangraba, y al instante se curaba sola la que podría haber sido una cicatriz y otra razón para terminar una semana en el hospital.

Me vas a decir que fue eso o tengo que adivinar.

La voz: No es para que estés jugando con navajas.

—Hola perdón por haber estado tan ausente estos días, lo que pase es que—. Coloque mi mano en su mejilla tan suave, me fije en sus ojos, tenía ojeras, estaba lleno de cansancio.

—Trabajando duro o apenas trabajas—. Solté una risa él también, nos abrazamos, estando así de cerca podía olerlo, olía a galletas y café.

—Pedí un auto prestado esta vez no te iras caminando al mirador, ya le pedí permiso a tu madre para salir—. Nos separamos, tomo mi mano en la que anteriormente le pase una navaja.

Tome mi teléfono y mi llave, me despide de señora mamá y de Oriana. Eran las 6:16pm, en el auto no dije nada, no mencione nada de lo ocurrido, nada de lo que en mi mente escuche tal vez solo sea que me he vuelto loca al fin. Mi tía estaría feliz de verme en un psiquiátrico con tal de decir que ella tenía la razón siempre de que yo estaba loca.

—No has dicho en nada en el camino, ¿todo bien? perdón es mi culpa por estar tan ausente, yo debo explicarte…yo…—lo detuve.

—Elliot no me debes explicaciones, solo somos amigos—. Respondí de una forma fría, mi vista solo estaba en mis converse negras.




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