Miguelito estaba sentado en su oficina esperando clientes.
De repente entró una chica.
—¿Esta es la oficina de detectives? –preguntó la chica.
—Eso dice la placa –respondió Miguelito- ¿Creo?
—Me llamo Minerva, pero de cariño me dicen Mine. Le voy a explicar que me trae por acá, hace días que mi esposo desapareció, y la policía no hace nada.
—Hay algo de lo que usted sospeche, o piense que pudo a ver ocurrido.
—Mi esposo siempre iba al muelle los domingos en la noche, nunca me quiso explicar de que se trataba.
—Muy bien, ya tenemos por donde empezar.
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Editado: 18.01.2024