Mil Besos comprados

Capítulo 2: Volver a casa

*Adolfo*              (suena un teléfono)

─ Amigo, Adolfo ¿cómo estás? ─ dice la voz de un joven─ oyes va haber una mega fiesta en casa de los Smith te anotas

─ Mike porque me molestas a estas horas, acaso no sabes ¿qué horas son?

─ Al parecer al que se le olvido fue a ti, ya casi es mediodía

─ Mediodía dices…acaso no sabes que anoche me dejaste enganchado con esas dos rubias…la verdad te debo de agradecer la nochecita…   

─ Mira mi buen brother, que te parece si nos vemos al alrededor de las 9pm en galaxia…te prometo otras dos gringas como te gustan

─ No me hagas reír, ya sabes que, para mí, esas mujeres no significan nada, solo pasar un rato y no más, a las mujeres ni todo el amor ni todo el dinero…y si puedes pasarla bien sin compromiso mejor.

─ ¡Ay! Adolfo, algún día llegara la que te haga cambiar de opinión, mírame a mi pronto a casarme con Lucy Smith

─ y por ella me enjaretas tus conquistas para que tu noviecita no se entere de tus movidas de faldas que tienes…

─ Te lo he dicho mientras este soltero disfruta, una vez que te enamores, ya no es lo mismo, porque entonces solo tus ojos, tu boca y tu mente serán para ella…

─ Quizás pero mientras llegue yo seguiré así

─ Entonces que te anotas o no

─ Ok, te veo en la casa de tu novia y de ahí nos vamos a galaxia…

Adolfo arroja el celular, a la cama…llego pasada de las 5am a su departamento, su vida ya le parecía monótona, a pesar de ser el hijo de un gran empresario en México, aquí en San Diego, había conseguido por propio esfuerzo labrarse un provenir se había asociado con su Amigo Mike Wilson, y juntos habían levantado poco a poco su empresa de juegos de videos, lo cual le había permito darse lujo de no depender económicamente de sus padres, quienes aún siempre como cada mes y puntual le depositaba una gran suma de dinero para sus gastos, al ser el único hijo y por lógica el heredero de la gran fortuna. Su Padre tenía dos años rogándole que regresara a México, ya que deseaba retirarse para viajar por el mundo con su esposa y así disfrutar de su vejez plena, pero él no deseaba eso, él quería seguir siendo libre, y regresar a México, implicaba dos cosas que él no tenia en planes, y a pesar de su deseo de regresar a su patria y mejorar el negocio familiar, ya que con su experiencia había conseguido contactos internacionales, él siempre había soñado que algún día ser el presidente de la empresa de su padre y colocarla en los mercados a nivel mundial, pero su padre le había dejado bien clara la cosa, regresaba y se hacía cargo de la empresa pero con limitaciones que él como gran soñador no estaba dispuesto aceptar, o le daba todo el poder pero tenía que cumplir con un solo deseo de su madre y eso implicaba casarse y tener una gran familia, y eso no iba suceder nunca, debido que hace 4 años atrás entrego su corazón a Mónica Sáenz, quien le había traicionado y lo había convertido en un hombre frío y distante con las mujeres, y que juro nunca amar otra vez, que ninguna mujer volvía jugar con él y sus sentimientos, por eso ante todos e incluso ante los ojos de sus padres era un hombre sin escrúpulos y cuando una chica que se cruza en su camino la tomada como juguete al aburrirse la dejaba, por lo que se le convirtió en un hábito de conseguir lo que quiere, aunque eso implique tener comprarlo o arrebatarlo a la fuerza y como buen hombre de negocio nunca le gusta perder.

Coloco en un vaso con agua dos aspirinas, había bebido demasiado la noche anterior, que le retumbaba la cabeza, solo recordaba que su amigo Mike le había presentado un par de rubias pero ellas a ver que a pesar de su coqueteos hacia él, no pasaba nada decidieron abandonarlo y buscar otra compañía más candentes que un hombre que solo mantenía sus ojos fijos en el vaso de wiski, ante la fama de mujeriego que su amigo Mike le había impuesto, cosa que no era verdad, pero él por vanidad y orgullo propio hizo creer a su padres que sí era un seductor empedernido.

Abrió su laptop, miro la cantidad de e-mail sin abrir, como siempre papá le enviaba un mensaje de urgente, abrió el email.

 

Hijo mío:

Nuevamente te suplico que regrese a casa, te necesito a mi lado, no estas por decirte que valoro mucho tu esfuerzo y dedicación a lo que haces, pero creo que es tiempo que regreses a casa, tu madre y yo te extrañamos, no te basto con pasar 6 años lejos de nosotros, sabes que te amamos, te necesito, ya me siento cansado y deseo retirarme de los negocios, para disfrutar mis últimos días de mi vejez junto con tu madre, creo que ya es tiempo que regreses a casa y tomes el lugar que te corresponde…

p.d. llama a tu madre, tienes dos semanas que no le hablas…

te amo y espero reflexiones sobre tus actos y tu estilo de vida

atentamente,

tu padre

 

Se llevo las manos a la cabeza, lo misma petición cada vez que le escribía o hablaban, él amaba a sus padres demasiado, pero no estaba dispuesto a someterse a sus deseos, regresar implicaba no solo volver junto a ellos, sino que también establecerse definitivamente y buscar una buena esposa que le diera hijos.




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