Los mejores labios que había probado, sin duda, eran los de Anastasia.
Luego de terminar nuestra sesión de besos en el restaurante, la lleve a casa, y acordamos seguir saliendo.
Creo que este era uno de los mejores días de mi vida, el primero era haber visto, y ahora que aceptará salir conmigo.
Carla, no había escrito, llamada o dado señales de luz, lo que me parecía increíble, pero no creíble. No quisiera estar paranoico, pero sé que tengo que estar alerta, y Anastasia también, por eso le confesé mi relación con Carla, sí es que se podría llamar así, para que tuviera cuidado y para ser sincero con ella. Mi madre siempre me decía, que la sinceridad era fundamental para iniciar una relación, y yo siempre le hacía caso a mi mamá.
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Habían pasado 2 semanas desde nuestro primer encuentro, y todo estaba saliendo de maravilla. Anastasia siempre era cariñosa conmigo, aunque a veces se ponía seria y un poco reacia hablar, nuestras salidas siempre eran agradables y divertidas. Desde que nos besamos, no nos habíamos besado, pero en mi caso, no por falta de ganas si no por respeto, se veía que Anastasia en ese aspecto era
muy tímida, pero eso no me importaba, sé que cuando ella confíe en mí, me cuente más cosas sobre ella, sobre sus padres y sobre su vida en general, se sentirá mucho más cómoda conmigo.