En un nuevo día, y en la espera a que me viniera a buscar mi novio, sí, lo que oyeron: Novio.
Podrán decir que todo fue tan rápido y tal vez un poco raro, pero Stefano y yo en las últimas salidas, nos fuimos conociendo más y llegamos al punto de querer oficializar la nuestro. No sé, ni como paso ese momento, lo que sí recuerdo es que Stefano, me llevó a comer un helado y después a pasear en un parque y de repente el me dijo:
—¿Cuántos hijos quieras tener? —
y yo le respondí:
—No lo sé, tal vez dos, pero primero necesito un novio.
Esa respuesta me había salido natural, y sin doble intención, ya que, eso era lo que pensaba, primero necesito un novio, una pareja para forma un familia, puede ser un pensamiento un poco chapado a la antigua, pero quiero hacer las cosas así para mi vida, mi futuro.
Él se me sonrió, y mientras me agarraba de la mano, me dijo:
—¿Quieres ser mi novia?
Obviamente, no dude ni un segundo y me lance a sus labios, besándolo con fervor, y él me respondió con la misma pasión.
Nunca pensé encontrar a alguien a quién amar y sobretodo a alguien que me corresponda ese sentimiento.
Ese fue sin dudas, el mejor de los días, con solo pensar en ese beso, una sonrisa boba de forma en mis labios, y tenía ganas de experimentar muchas cosas más con él, pero quería ir con calma, pero mis hormonas contradecían ese pensamiento, cada vez querían más, ¡Uuuuuf!, ¿No hace calor por aquí?
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—Voy a colocar The Weekend —le dije mientras conducía hacia la oficina.
—Lo que tú quieras, cariño —¡Awwwww!
Me centré rápidamente en colocar la música, y tener mis manos ocupadas, porque sé que notará que estoy nerviosa.
—Está nerviosa —me paralicé.
—No, n-no claro que no —me las arregle a decir, mi corazón estaba que colapsa de emoción y nervios por parte iguales.
Me sonrío, y dijo mientras ponía su vista en mis ojos:
—Conmigo, no debes estar nerviosa, nunca —y agarró rápidamente mi mano y la beso, para seguir conduciendo como si nada.
Yo estaba que me deshacía como flan.
Llegamos a la oficina, y la pregunta que trate de evitar decir desde el momento en que fuimos novios, volvió de nuevo: ¿Está bien que todo el mundo se entere de lo nuestro o…?
—Anastasia —dijo, creo que él está pensando lo mismo —Quiero que salgamos agarrados de la mano, quiero que todo el mundo sepa que eres mi novia —no respiré y no dije nada.
Al ver que no contesto, me dijo nervioso —Claro, solo si tu quieres cariño.
—Si, si, quiero —y le di un beso casto en los labios, que rápidamente se convirtió en algo más, no podría cansarme nunca de sus labios eran tan adictivos.
No sabía en qué me estaría metiendo en la boca del lobo por presentarme con Stefano y que todo el mundo se enterará que somos novios, pero si sabía algo, valdría la pena, por el simple hecho de volver a besar esos labios.
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¿Qué tal este capítulo?
Me gusto bastante, a decir verdad.
Espero sus comentarios, me encanta leerles.
No olviden darle amor a mi segunda historia publicada: Los Elegidos de la Muerte – Eres Solo Tú.
Hasta la próxima.