Mil Estrellas Por Ti

Capítulo 15

Llegados el momento de entrar a la empresa, mi corazón estaba a millón, pero me sentía feliz, demasiado feliz, porque tenía al hombre que amo a mi lado.

Entramos tomados de las manos, sin temor alguno, y me gusto bastante que Stefano, no le importará hacer ese gesto por mí, entendería que no quisiera que nos vieran juntos por ahora, pero me hubiese dolido bastante, ya que, cuando estás en una relación, cuando estás con esa persona a la cual le vas entregando poco a poco de ti, les otorgas el poder de lastimarte.

Saludamos a la recepcionista, y antes de irnos a nuestras respectivas oficinas, nos besamos, y nos despedimos con la intención de volvernos a encontrar para irnos a almorzar.

Me sentía ahogada en un buen sentido, ya que, nunca había sentido algo tan fuerte como lo que estoy sintiendo por Stefano, por lo que él, miedo a que me deje, que se vaya arrepentir de lo nuestro, me estaba consumiendo por dentro.

No me gustaba el hecho de que haya estado con Carla, pero debo entender que eso es pasado, que él no me conocía ni yo a él, por lo que no debería enojarme ni sentirme celosa.

No debo, no debo.

Sonaba también en mi cabeza, pero en la práctica era muy difícil, pues, con Stefano había descubierto esa pequeña vena o instinto de posesividad, y no sabía si eso era bueno o malo.

Dejando de lado ese tipo de pensamientos, subí al asecensor y llegué a mi piso.

Mi primera observación era de que todos me estaban mirando, seguro que ya se habían enterado de que estaba de novia con Stefano, los chismes si llegan rápido.

No pude evitar pasar por el corredor contrario a mi oficina a mirar si Carla estaba en su puesto de trabajo, pero para mi sorpresa si estaba, y justamente cuando estaba llegando, nuestras miradas se toparon, y si las miradas mataran ya estarían 10 metros bajo tierra.

Me alejé rápidamente y caminé hacia mi oficina, pero por lo visto, este día estaba volteándose rápidamente, porque una furiosa Nathalia estaba caminando justamente hacia mí con mirada depredadora.

¿Y ahora qué le hice yo a ella?

—Tenemos que hablar —dijo casi gritando, por lo que todo el mundo se quedó viendo a la perfecta y fabulosa Nathalia Notas, perder el control.

—No tengo nada que hablar contigo —dije.

—Te metiste con la persona equivocada, Anastasia —me dijo de forma susurrante, pero ya que era muy tarde, ya que, el silencio de la oficina hizo retumbar esas palabras, que supuestamente serían mi condena.

—Yo nunca me he metido contigo, Nathalia, así que te pido que si no es nada de trabajo lo que tengas que hablar conmigo, limítate a hablar conmigo —no debería ni haberle respondido, pero Nathalia necesitaba que le colara límites, y que mejor forma que hacerlo en frente de todos los trabajadores.

Ella me miró con los ojos abiertos en par en par, y se fue, no sin antes de que me diera cuenta que fuera a hablar donde Carla.

¿Qué estarían planeando esas dos? de seguro que nada bueno.

✨✨

Luego de esa pequeña plática con Nathalia, nótese el sarcasmo, me fui a intentar a trabajar.

Necesitaba hablar urgentemente con Stefano, decirle lo que había pasado y preguntarle, sí se había acostado con Nathalia, porque, no entiendo él porque de su obsesión con Stefano.

Todos en la oficina sabíamos de su aventura con el jefe, pero ¿qué tendría que ver Stefano con eso?

¿Lo sabrá y por eso Nathalia se siente así?

No entiendo, necesito respuestas, y sobretodo que me digan la verdad, aunque me destroce por dentro.

Faltaban 5 minutos para poder almorzar, y yo me encontraba con los nervios de punta, los ruidos comunes de la oficina en vez se parecerme normales, me parecían abruptos y repentinos, debe ser mis nervios.

Siento que algo malo pasará, o paso, necesito ver a Stefano, traté de llamarlo, pero no me contestó, deberá estar ocupado, pero presentía que algo no estaba bien.

¿Y si algo le hubiese pasado?

No, no, debe ser la discusión con Nathalia y verla hablando con Carla como confidentes del alma, que me lleno de angustia, si, si, debe ser eso.

El reloj marco las 12, recogí mis cosas y me fui directamente a la oficina de Stefano.

—Hola, Margarita —salude a la secretaria de mi novio —¿Estará Stefano aquí? Es que lo llamo y no me contesta.

—Amiga, el señor hace una hora que fue. Me dijo que sí preguntabas por él, que debía a tener un asunto urgente, pero que volvería por ti.

No sabía que pensar, no sabía que...

—Muchas Gracias.

—Cualquier cosa te avisaré —me dijo con tono amable— seguro que no es nada— trato de tranquilizarme, pero sabía que algo había pasado, el desenlace de todas estas mentiras y sucesos se estaba abriendo paso y no sabía si estaba preparada para afrontarlo.



#11488 en Novela romántica
#6474 en Otros
#1921 en Relatos cortos

En el texto hay: romance risa amistad amor

Editado: 23.12.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.