Un 1 año Después
—Están hermoso como tú —dijo Stefano mientras tomaba nuestro hijo, Fabrizio en sus brazos.
No pude evitar reírme.
—Eres tan hermoso, mi niño —le cuchichee a Fabrizio mientras miraba con atención un cabello suelto de mi moñera y lo toma con sus dedos.
—Esperemos que no sea tan insoportable como tú —susurro Stefano con voz burlona mientras se alejaba.
—Stefano, cállate, si no quieres que hable de más —grite mientras lo veía alejarse —Ya que lo tienes cámbiale el pañal y bañalo —vi a los lejos que se giro y me miró fijamente —Te amo —añadí y lo ví esbozar esa hermosa sonrisa que me derretía hasta el alma.
—¡Por dios! Dejen de demostrar afecto frente a los pobres —dijo Clarissa riéndose.
Se preguntarán qué hacía ella aquí, bueno les haré un resumen, luego de que "fuera", y digo fuera de esa forma, porque realmente después de todo lo que me hizo, tomo sensatez y fue a pedir ayuda...a Stefano, le agradezco enormemente que lo haya llamado, en solo recordar ese momento en qué Carla y Gary me empujaron en las escaleras y pensaba que moriría me entraba ansiedad, luego de ese episodio empecé a sufrir ataques de ansiedad y sumado a la muerte de mi madre, empecé a ir a terapia luego...de mucho tiempo, primero fui al doctor y me recetó los calmantes pero me sentía como un zombie en vida y recordar el dolor de la perdida de mi madre m hacia mantener en ese estado, sí no hubiese sido por Clarissa y nuevamente mi esposo Stefano no estaría aquí para contarlo, pero volviendo al punto inicial, luego de que Stefano me llevará al hospital, y pasará el mes, Clarissa se presentó en mi casa pidiéndome disculpas y que quería acercarse a mí, ya que técnicamente yo era el único pariente que le quedaba, ya que sus padres le dieron una gran suma de dinero para que se largará lejos de ellos y no los volviera a fastidiar, obviamente la rechace no quería tener nada que ver con la prima que tenía, bueno tuvo lazos con Gary, sabía que ella no era mala persona, pero no podía confiar en ella, simplemente no podía olvidar lo que hizo e intento a ser, aún así ella se presentó todos los días hasta que le pedí ayuda para volver a mí, para volver a lo que era antes, dirán que estaba loca pero no quería hablar con Stefano y como ella había vivido en carne propia las personalidades de Gary, porque sí, resultó que sufría de transtorno bipolar, realmente no pensé que sufriera de nada pero bueno, ¿quién soy yo para pensar lo contrario?
Le redujeron la condena y a Carla la mataron en una celda, nadie fue el suceso, por lo visto alguien que también la odiaba se desquitó de ella, pero sentía inquietud, no quería pensar que todo fue un plan de sus padres para salvar pero no tenía pruebas y estresarme no me ayudaría nada.
—Anastasia, otra vez ¿estás en tu mundo? —pronuncio de forma sarcástica Clarissa mientras se levantaba de la silla —Luego vendré para hablar más a gusto —y simplemente se fue.
Poe lo visto, nunca tendríamos una relación normal, no la odiaba, ni me sentía incómoda, pero por lo visto ella se sentía así, o no lo sé.
—Clarissa, espera —grite mientras la seguía —disculpa sí te ofendí, a veces pienso tantas cosas a la vez y me pierdo —aclare —pero quisiera que vinieras otra vez a visitarnos.
—Nada me gustaría más —respondio con una sonrisa en su cara y se fue.
—No sé si hice bien en integrarla en nuestro círculo —suspire mientras sentía la mano de Stefano acariciarme la espalda.
—Para serte sincero todavía tengo mis dudas con ella —suspiro —pero creo que deberíamos darle una oportunidad —me dijo mientras quedábamos frente a frente y me daba un beso en la frente —a la primera de cambio, dejaremos este lugar y nos iremos muy lejos, tú y nuestro hijo son lo más importante para mí —decia mientras me besaba el cachete, la punta de la nariz, la sien y por último en la boca.
—Creo que deberíamos ir a ver Fabrizio —susurro mientras rompía ese beso apasionado, ese beso que me recordaba a nuestro primer beso y a nuestra primera vez.
—Esta dormido y lo deje al cuidado de la niñera —susurro a su vez mientras me cargaba a horcajadas —tengo otros planes para nosotros.
Sonreí, me sentía tan feliz por esta vida que Dios me regaló, está segunda oportunidad de volver a amar y tener una familia, a pesar de que mi madre no estuviera conmigo, siempre la tendría en mi mente y corazón.
—Te amo, Anastasia.
—Te amo, Stefano.