Mil grados enamorado

12 de agosto.

No sé si llegues a leer esto, lo sabré si es que decido enviártelo... Quizás cuando sea el último día en que nos veamos.

En esta noche inmensa, pienso en vos, mucho más de lo que debería. Sinceramente no tenía idea de que en tan poco tiempo una persona, en mi caso, tú podria causar tanto alboroto en mis sentimientos. A veces quiero verte, a menudo quiero tocarte, a diario quisiera abrazarte, lo sé, tal vez apeste a romance y buenas intenciones, y si, es verdad.

Me preguntó, si tu sonrisa de fábula, podré contarla yo algún día, si las notas que tomo de tus ojos podré tocarlas algún día. Y si las matices de tu ser, tomarán haciendo a mi lado algún día.

Seré honesto, me encantaría que está confesión quedara guardada en mis notas, y que tú y yo estuviéramos congeniados. Lo sé, quizás no debería aferrarme, pero como no hacerlo, mujer de ojos cafés, tienes eso que mi corazón busca desesperado.

Se hace tarde, no sé si piensas en mi, cómo yo en ti, si miras al cielo buscando encontrarme como yo a ti, si le cantas al aire, mientras yo le cuento a la luna que me enamoraste y tal vez ni lo pensaste.

Esta confesión no debería seguir, o amanecería escribiendo, ya tal vez con los ojos mojados.

Así que, con los ojos bien secos, por si acaso, te digo mujer. No sientas pena, por esta carta, no sientas la necesidad de llamarme, escribirme y darme consuelo si la llegas a leer, el hecho de que esta confesión exista, refleja la aceptación de todas las respuestas posibles, un "No" un dichoso "Si" o un augurio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.