Mil razones para dejarte ir.

45. Terreno desconocido.

—Entonces ¿va a quedarse? —cuestiona mi mamá.

Asiento, mirando a Alina hablar con él con alegría.  

—¿Por qué aceptó la invitación de Alina si había dicho que no se acercaría a ti mientras estabas dudosa? —vuelve a preguntar siguiendo mi mirada.

—Porque Alina le escribió desde mi celular, él creyó que era yo quien lo invitaba. Pero no a la barbacoa, si no a hablar con él sobre lo que sucedió

Había leído los mensajes que le envió, por eso sabía que le había dicho.

—Tu hermana me sorprende cada día más

—No tanto como a mí —busco con la mirada a Zach que habla con mi papá y el suyo sobre algo—. Sigue sin hablarle a Zach

—Algo me contó —murmura mamá—, pero no te aflijas por eso. En algún momento se hablaran de nuevo, ya lo verás

Desvío mi vista hacia ella, quien está sonriendo detrás de su copa de vino.

—¿Por qué tan segura?

—Porque conozco a Alina y su extraña fijación hacia sus amenazas a base de castración

No puedo evitar reír ante esto, logrando que Sebastian y Alina nos observen. Dejo de reír de inmediato, para ver a Sebastian sonreírme y guiñarme un ojo antes de volver su atención hacia Alina.

—Mmm —murmura mamá—. Interesante

—¿Qué cosa? —pregunto mirándola.

—Lo que acaba de pasar —explica—. Quizás Sebastian no te diga lo que siente por ti cariño, pero sus actos solo dicen que esta loco por ti

Siento mis mejillas arden.

—Solo fue un guiño mamá

Ella sacude su cabeza.

—Corrió a verte en cuanto pensó que le habías pedido que viniera, no se inmutó en absoluto cuando tu padre lo presentó como tu novio, cosa que no es cierta pero...

–¿Por qué demonios ha dicho eso? —pregunto recordándolo de pronto.

Esta vez es mamá quien ríe pero no lo suficientemente fuerte como para que todos la oigan.

—Creo que Sebastian lo tomó por sorpresa con su presencia, como a todos, y dejó salir las primeras palabras que se le ocurrieron —ella le da un sorbo a su vino—. Por suerte para ti, los únicos que se incomodaron un poco con la noticia fueron los Lewis

—Siguen con una absurda idea en su cabeza de que Zach y yo seremos pareja

—No es tan absurda —asegura ella—. Como sea ¿en qué estaba? Ah, sí. Se quedó en una reunión familiar a pesar de lo que sucede o no sucede entre ustedes y acaba de mirarte como si quisiera saltar sobre ti —su ceño se frunce—. Ahora que lo pienso, eso ha sido un poco intenso ¿no?

—Mamá...

—Sé que insistes en no tener la charla de sexo seguro de nuevo cariño, pero dime por favor que están siendo cuidadosos

Mis ojos se abren ante sus palabras y niego con rapidez.

—No vayas allí

—Tengo que hacerlo —insiste—. Fui joven, sé lo que es tener las hormonas enloquecidas hasta el punto de cegarte, también sé lo que estar con chicos como Sebastian, en realidad sigo estando con uno. Tu padre me da esas miradas casi a diario

—Y yo no necesitaba saber eso —replico haciendo una mueca.

—Solo dime que te cuida Alice y te dejaré en paz

Suspiro, sacudiendo mi cabeza.

—No hay nada que cuidar, Sebastian y yo no hemos rebasado ese límite mamá

Sus cejas se alzan, obviamente sorprendida y parece meditar sus palabras un poco mientras bebe más vino.

—Eso no me lo esperaba —admite luego de un segundo.

Asiento para volver a ver hacia dónde Sebastian y Alina continúan hablando.

Decido darle un vistazo a su cuerpo entero, que está cubierto por unos jeans oscuros, una camisa arremangada en sus codos que no se ha molestado en meter dentro de sus jeans y su cabello como siempre, perfectamente despeinado. Luce guapo y extremadamente apetecible. Desearía ir hasta allá y besarlo hasta el cansancio, deslizar mis manos bajo su camiseta y acariciar los músculos que vi anoche, esos que se han quedado grabados en mi mente.

Junto a mí, mamá aclara su garganta, haciéndome mirarla y romper la pequeña fantasía que estaba teniendo.

—No sé si ya tomaste una decisión con respecto a él o no cariño —habla cuando la miro—, pero es obvio que lo que sucede entre ustedes es fuerte, muy fuerte y ya sea que dure el resto de tu vida o solo un par de semanas, será mejor que en un futuro lo recuerdes como sucedió y no como un qué habría pasado ¿no crees?

—Supongo que si

—Pero siempre, siempre haciendo que respete tus límites ¿de acuerdo? No hagas nada si no sientes que es el momento de hacerlo

—En pocas palabras estas diciéndome que no tenga sexo con Sebastian ¿cierto?

Ella sacude su cabeza, riendo.

—Por supuesto que no, eso lo diría tu padre, yo si quiero tener nietos algún día

—Mamá —susurro cubriendo mi rostro.




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