Millonaria por sorpresa

CAPÍTULO 4

 

Jonatan

 

¡Porrrrr Diossssss!

Ya en la calle, me pregunto por qué la mayoría de las mujeres esperan algo de mí una vez que me han hecho un ordeñe de lácteos premium.

Algunas se quedan abrazadas, si voy a su apartamento quieren saber a qué me dedico o se quedan aferradas a mi torso esperando que me quede a dormir.

Muy pocas son las que hacen sus cosas de manera eficiente, en silencio, en discreción, prefiero aquellas que ni siquiera conservan un nombre en mi memoria ya que la mayoría de esos sacudones son completamente olvidables. Yo solo hago mis asuntos en discreción, doy lo que espero recibir, por supuesto.

Sin embargo, sucede. Rara vez sucede una excepción que me hace querer saber cómo se llama y agendar su número de teléfono una vez que me da el cuero como para querer repetir o conservarla como un polvo fijo en mi vida sexual.

El tablero frente al Lamborghini me marca que tengo una llamada entrante. Con el mando, acepto la llamada y digo al otro lado:

—Amor, aquí estoy.

—Cariño, me llamo Ronnie, quiere saber dónde estás.

Ooooh, ¡caramba!

Ronnie es mi compañero de trabajo más fiel, mi mejor amigo y mano derecha en todos mis negocios, la empresa se ha edificado gracias a nuestra asociación sólida como un pepino que lleva una semana sin soltar el jugo.

—Dile que en breve estaré por la oficina, he salido a mi sesión de psicología.

A la cual estoy llegando quince minutos tarde, por cierto.

Cuando esto sucede, le pago doble la sesión, aunque no es algo que me suponga gran preocupación.

—Por qué no le atiendes el teléfono, mejor. Cielo, ya sabes que estoy con los detalles de la boda, he venido a ver unos vestidos magníficos.

—Eso es genial, mi vida. Por favor, no le atiendas a Ronnie. Luego estaré por allá… —Entra una llamada y es lo justo que esperaba—. Cielo, me está llamando él, luego nos vemos, ¿sí? Te amo.

—Okay, cielo. Cuídate. Te amo.

—Yo también.

Cuelgo y atiendo a Ronnie.

—Amigo, la acabo de fregar—me dice.

—Descuida, todo controlado. Tendría que haberte avisado que saldría.

—Me dijo tu esposa que tendrías terapeuta.

—No es mi esposa. No aún.

—Ya acéptalo, amigo. Te vas a casar, tendrás una familia feliz y deberás dejar el estilo de vida que llevas.

—Mi estilo de vida es feliz, de un hombre trabajador y normal.

—¿Ah, sí? ¿Entonces qué hacías que aún no llegas al terapeuta?

—Eso no te incumbe.

—Claro que sí, nos conocemos desde que estábamos en la Escuela de Negocios. Deberías cambiar de terapeuta para ver tu adicción, creo que no están funcionando las técnicas que aplica y por eso sigues yendo con él.

—Estamos avanzando en el asunto.

—No lo veo, eh.

—Claro que sí, ya estoy cerca de conocer la causa de mi adicción.

—¿Y cuál es?

—Secreto profesional.

—El secreto es para él, no para ti. Yo soy tu mejor amigo, casi tu hermano.

—Ya he llegado. Aparco y bajo, luego te cuento. Pero cuando esté preparado—. Suelto una carcajada que le quita cualquier sensibilidad a mis palabras.

—Eres un cabr…

Cuelgo.

Tras aparcar el coche en el aparcamiento privado del edificio, bajo y encuentro que el ascensor de este lado está bloqueado. Rayos. Doy la vuelta y llamo para ver a mi terapeuta, sin embargo, una chica se cruza conmigo en la puerta.

Una hermosa mujer, de tez negra, ojos grandes y los labios hinchados. Parece haber estado llorando.

—Di…Disculpe—me dice mientras se restriega los ojos.

—Disculpa tú. ¿Estás bien?

Niega con la cabeza, pero luego asiente.

—Descuida—le digo, su perfume se mete en mi nariz y mis ojos se posan en sus senos apretados, pero tan cubiertos de tela… Le arrancaría la blusa con los dientes—. ¿Puedo…ayudarte en algo?

—N…No… ¿Es usted Jonatan?

Asiento.

—El doctor Guillen le espera arriba.

—Oh, eres paciente de él.

Asiente.

—Bueno… Espero mejore lo que sea que haya sucedido—le digo.

Ella me mira.

Sus grandes ojos negros brillan con una capa de lágrimas. Me dedica una tímida sonrisa y, sin poder mediar palabra, se va.

Santo cielo.

Una nueva inspiración durísima comienza a crecer en mis bajos instintos. ¿Quién era esa hermosísima mujer?

 



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En el texto hay: deseo, millonario, lujuria

Editado: 16.05.2022

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