Llego el capitulo numero 3 del fan fic Milo Nieves.
¿Están listos?
Lean con gusto.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Ante los rostros serios e impactados de los dos presentes.
El peli cerúleo, con los ojos bien abiertos al igual que su boca, trata de tragar saliva, aunque siente tan pesado el malestar-¿Qué… Quieres decir? Mu- Milo Nieves, entrecierra sus ojos, con suma preocupación, mientras lleva ambas manos contra su pecho, para sujetar el collar de flama imperial con fuerza.
El pelilila, baja levemente la cabeza, aprieta sus labios, dejando escapar un suspiro pesado, mientras afila su mirada para verificar que nadie más los escuche. Aunque trate de mostrarse tranquilo y sereno, siente un enorme miedo y terror por estar hablando de más, pero, el gran cariño que le tiene a su amigo, es mucho más grande que eso.
Se termina dando valor, para levantar su rostro y acercarse lo más posible al oído del más joven, para comenzar a advertirle -Escuche príncipe. El rey consorte Odiseo, desde hace tiempo y muy seguido, ha encargado ciertas joyas con algunas piedras preciosas, que tanto mi papá y yo hemos tenido que buscar, como él nos las ha dado para trabajar…- Su voz cada vez se vuelve ama pesada y baja, con un toque de temor en ser escuchado por estas especulaciones a su alteza.
Aioria, solo alza una ceja incomodo y enfadado pro que tenga que decirle algo así tan cerca al peli cerúleo, siendo algo tan obvio -Eso es normal- Gira sus ojos con los brazos cruzados -Ustedes hacen la joyería para la familia real. Y el hecho que tengan que buscar piedras preciosas, específicas y difíciles de encontrar sería más una excentricidad del rey, o que se las de para sus malditas piezas de joyería, lo volvería en un capricho- Realmente no le encuentra lo extraño a lo que Mu está diciendo.
A lo cual, el joven joyero, lo mira y asiente -Es cierto. No solo el rey Odiseo nos ha dado piedras para ciertas joyas- Sonríe para Milo Nieves -Incluso el rey Écarlate lo llego hacer- Rápidamente retoma su rostro de seriedad – Sin embargo, no es lo mismo y puedo decirlo con pruebas, gracias a los años que mi familia ha trabajado para la realeza de este reino- Replica, para ver el rostro incrédulo del Omega -Él nos ha ordenado replicar cada joya que su papá recibió al volverse el esposo del difunto rey. No existe, hasta el momento ni una que no haya sido copiada, de las que llego a tener, pero…- Calla unos segundos, para continuar -Cada joya es diferente en sus propiedades, en lo que puede hacer- Sus ojos verdes se afilan, de manera seria.
- ¿Y qué pueden… Hacer? - Milo Nieves traga saliva, con sus ojos envueltos en miedo e indignación.
Mu, mira directamente al príncipe -Los cristales prismáticos absorben el poder de las personas. Su elemento vital- Alza sus hombros -Aunque se logra mediante un ritual previo- Explica con cautela.
El joven guardia, se acerca también para aclarar sus dudad -Dijiste que la última joya que han hecho, tiene un cristal prismático, ¿Cierto? -
El pelilila, asiente. A la vez que extiende sus manos hacia delante, como si también hablara a través de ellas -El rubí cataliza el poder del fuego, lo aumenta y expande. El zafiro es un elemento del frio, una joya que no se debería de dar aquí, pero él la ha llego a tener en su posesión y dárnosla para hacerle un anillo- Frunce el ceño, demostrando incomodidad, sin embargo, su rostro se tensó y a la vez enfado -Y el diamante, la joya más peligrosa de todas-
Ese principito, sintió un frio recorrerle la espalda, pro al rostro temeroso del pelilila -¿Po-Por qué lo es?- Su pequeña boca tembló, a la vez que traga saliva con pesadez.
Por unos minutos llega a callar, pues la tormenta sigue en su apogeo y los truenes vuelven a caer, iluminando los rostros de los tres jóvenes presentes, con un serio rostro y voz apagada como susurrante -Esa joya, puede atrapar en su interior, la vida de una persona, para dejarla confinada en un abismo silencio, para siempre- Su lenguaje corporal evidencia, desesperación, terror, y bastante cautela, a la vez que suspira con pesadez, casi como si un enorme peso siguiera sobre sus hombros.
- ¿Qué? – Exclama con bastante incredulidad y miedo el joven príncipe -Pero eso… No es posible- Se gira para ver al castaño claro, como buscando una explicación - ¿Cómo las joyas pueden llegar a hacerlo? -
-Eso es imposible…- Sentencio con severidad el guardia, aunque su rostro también tiene unos tintes de preocupación.
Mira a ambos -Así como el elemento del fuego yace en nuestro interior- Se toca el pecho, con su mano derecha -Y el frio en otros- Inclina su cabeza levemente hacia la izquierda -Ese don que se nos ha dado, y puede utilizarse a nuestro favor con la magia y el ritual indicado- Deja que de su diestra, algunas chispas salgan para evidenciar su punto de vista -Al igual que los elementos de la naturaleza, si sabes buscar bien- Su voz se vuelve más suave como una sonrisa tenue y ojos brillantes -Tienen su propia vida, su propio poder, están impregnados de la tierra fértil en la que existimos, y no podemos dar de hecho que esa magia no exista- Explica con tranquilidad y bastante emoción -Todo puede contener poder y magia, las piedras preciosas, los minerales, la flora y fauna, pueden tener más fuerza de lo que creemos- Ambas manos se posicionan delante de su rostro para dejar ver llamas rojas ardientes -Solo que uno debe explotarlo y eso puede llegar a ser muy peligroso- Suspira, a la vez que su semblante se descompone en señal de descontento y aflicción -Me temo, que todo esto se pueda estar relacionando con su próximo cumpleaños- Observa preocupado al príncipe.
Siente un tremendo escalofrió recorrer su espalda - ¿Mi cumpleaños? - Sus ojos azulados se demuestran en un gran susto, a la vez que lleva su mano derecha en puño, a nivel de su pecho.