Milo Nieves (camusxmilo) Yaoi

Capítulo 6 (Polvo Morado)

Aquellos ojos que volvieron a su tono “Natural”, se llenaron de inmediato de lágrimas, negando con la cabeza, sintiendo que se volvería loco por tantas emociones y situaciones que está viviendo y tratando de procesar en tan poco tiempo.

Y esto era lo último que podría pasar… Ver a uno de sus mejores amigos, con heridas sangrantes, una coloración de la piel extraña, como expresiones de dolor en ese rostro siempre calmado, ahora pálido.

Los dos extraños se quedaron mirando a esos dos chicos inusuales, pero principalmente quien lleva un cabello agua marinó se queda bastante impresionado por esa mirada, esos mismos ojos que tiene alguien que conoce y respeta mucho.

Pero no solo eso le hace reacción en su cuerpo, sino que también en el instante en que pudo verlo mejor, aunque este derramando una cascada de lágrimas y sea un desastre, algo muy extraño ocurrió en su corazón, como un potente escalofrió, a la vez que una singular emoción, que intento ignorar en el instante de las miles de preguntas y ese rostro entristecido que suplica una respuesta.

---Horas Después---

-No existe mucho por hacer- Un rostro de una mujer adulta, con lentes, deja ver un rostro triste y compasivo.

-¡¡¡No!!! ¡¡¡Eso no puede ser!!! ¡¡¡Tiene que existe alguna manera!!!- Aioria, es quien rápido replica.

-Lo lamento mucho- Ella solo habla con un tono suave y calmado, acostumbrada a que a veces los familiares o conocidos del mismo no aceptan la realidad -Pero esas heridas, fueron provocadas por él mismos- Suspira, explicando con calma -Asumo que es porque entablo una gran batalla o debió usar todo su fuego interior al extremo, que hirió gran parte de su cuerpo- Señala con su mano extendida que en efecto los brazos tienen piel quemada en algunas partes -Sin embargo- Entre cierra sus ojos, algo preocupada -Pero… La regeneración y curación de su cuerpo, por alguna razón o situación está completamente bloqueada, como si un agente bacteriano hubiera entrado en su torrente sanguíneo para evitar que sus células y glóbulos blancos y rojos, no permitieran que sanara por si solo- Eso es lo que ella intenta explicar, aunque en realidad no había visto algo así antes, por lo menos no en vivo.

El guardia niega con la cabeza, sin poder aceptar lo que ha dicho la médico -Pero, de le algún antibiótico o alguna otra medicina, que le ayude a sanar- Señala de igual forma los vendajes que le han puesto -¡¡¡Ni siquiera ha logrado que pare la sangre y sigue manchado los vendajes que ya se han cambiado dos veces!!!- En efecto aquella curación no ha servido de mucho, no deja de supurar con sangre -¡¡¡Tiene que hacer algo!!!-

Ella comprende la desesperación -No, no existe más que solo esperar-

- ¿Esperar? Si usted misma dijo que Mu está agonizando en este momento-Aiora se encuentra bastante enojado -¡¡¡Si se espera más tiempo, morirá!!!- También es su amigo, también lo aprecia y quiere mucho, es evidente que se encuentre angustiado por que el pelilila pueda morir.

-No existe otra manera- Baja la mirada, recogiendo sus objetos médicos con calma -Medicamente, ya nada se puede hacer. Lo siento- Aquella mujer de cabellos rojizos y ojos carmesí, les acaba de informar la difícil respuesta, sabiendo que a pesar de ser el medico real, teniendo una enorme reputación, ella misma tiene límites. Mira al joven príncipe, dedicándole una compasiva mirada -Lo siento mucho, Milo Nieves. Pero no puedo hacer más-

Ese omega de cabellos cerúleos, se encuentra con una cara de absoluta tristeza, sentado en la orilla de la cama, a un lado del pelilila, lamentando su mal estado.

Este peli cerúleo solo asiente con la cabeza baja, dejando escapar algunas lágrimas -Esta bien, Marín…- No puede decir más, su corazón está por competo destrozado por todo lo ocurrido en tan pocas horas.

Aquella doctora, decidí retirarse, a pesar de las protestas del castaño claro, quien le exige que salve a Mu, sin embargo, ya nada más se puede hacer ahora.

El pelilila está en cama, respirando pesadamente, con las marcas de quemaduras en sus manos y brazos, las cuales se parecen a verse detenido casi llegando a los hombros, pero seguía siendo un tema peligroso, pues de estas quemaduras en la piel aun dejan escapar gotas de sangre, sin dejar que las heridas se cierren, ha estado provocándole hemorragias que no se detienen por mucho tiempo.

Claramente esto le va ocasionar muy pronto una muerte prematura, si no se controla de una vez por todas.

-Esto es una locura, ¡¡¡¿Qué está pasando en este reino?!!!- Aioria habla con fuerza y enojo, parece un animal enjaulado, apretando los puños y dando vueltas por toda la habitación.

Ni siquiera se ha concentrado en los dos extraños que permanecen en silencio junto a ellos, ahora con las caras descubiertas.

-Se está volviendo un infierno… Uno peor de lo que debería ser…- Habla el joven príncipe, tomando la mano con cuidado del inocente joyero, acariciándola con suavidad - ¿Qué paso? ¿Qué te paso Mu? - Deja que algunas gotas de sal caigan sobre esas quemadas manos, parpadea varias veces, aspirando por la nariz, apretando sus labios con amargura y angustia.

Aioria, cruza sus brazos casi clavándose las uñas en los antebrazos, dándole antes un golpe a la pared más cercana. Se siente impotente por no a ver protegido a un amigo y al corazón del príncipe, pero es allí que sus ojos verdes se fijan en los extraños y ahora que el pelilila no se encuentran en un peligro capaz de ser salvado, decide mirarlos con bastante atención, y un ceño fruncido, alzando una ceja.

-A todo esto- Habla con un tono profundo, acercándose a ellos posicionándose entré ellos y la cama donde Mu y Milo están - ¿Quiénes son ustedes? ¿Cómo es que encontraron a Mu? - Entrecierra sus ojos, sintiendo a estos dos hombres como una amenaza - ¿Ustedes saben que fue lo que paso? - Pregunta con cautela, pues no está sintiendo nada bueno que venga de estos dos.

Aquellos forasteros, con miradas serias y extrañas, observan a ese guardia que esta amenazantemente interponiéndose entre esos dos Omegas, uno inocente y otro lamentándose.




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