Milo y Kanon X

Capítulo 5

Opening: En el futuro lucharán, estas estrellas brillarán, un sueño vendrá para conquistar, dentro de la oscuridad, un héroe resucitará, como el fénix logrará surgir, ¡Milo y Kanon X!

Narrador: En el anterior capítulo de Milo y Kanon X, nuestros amigos lograron resolver el secreto de la homosexualidad en los caballeros, ¿pero habrá sido todo? Después del suceso, Mu se quedó a vigilar afuera, mientras tanto, Milo y Kanon mandaron a Aioria a que le hiciera compañía. Viéndose obligado y sin nada más que hacer, Aioria cedió al deseo de sus amigos. Más adelante, cuando el caballero de Leo y el de Aries parecían compartir un momento mágico, Kanon decidió intervenir con sus maléficos planes. ¿Pero dejarán salirse con la suya a Milo y a Kanon? ¡Eso lo veremos precisamente ahora!

—Me pregunto por qué cerraron las puertas —dijo el caballero de Aries, mientras tanto, Aioria estaba parado a su lado.

—¡No sé!, ¡pero esto no se quedará así! —fue entonces que el caballero de Leo comenzó a tomar aire, y empezó a soplar la puerta—. ¡Soplaré, y soplaré, hasta tirar la puerta abajo! —gritó, y su compañero se le quedó mirando con los ojos cuadrados cuando lo vio hacer eso.

—Sabes… no estamos en el cuento de los tres chanchitos y el lobo —le informó, y luego se puso a golpear la puerta—. ¡Abran la maldita puerta; queremos entrar! —poco después recibieron una respuesta.

—¡Se joden, la casa ahora es nuestra! —se le escuchó reír con ganas del otro lado a Kanon—. Y ahora tenemos con que chantajearlos para que hagan lo que nosotros queramos —allí volvió a carcajear.

—¡Ya déjense de pendejadas! ¿Qué acaso no tienen sueño? ¡Nos la pasamos la mayoría de la noche desvelados! —Milo gritó enojado.

—Yo sí dormí, ¡sólo que tú te la pasaste mirando el techo! —le alegó al cansado Escorpión—Aunque ya son las diez —agregó.

—¿Tan rápido?, no me di cuenta, pero tú duermes con los ojos abiertos, ¿no viste?

—No, yo no me puedo mirar a mí mismo.

—Sí que puedes, hazlo en un espejo, aunque lo romperás.

—Ándate al carajo ¬¬ —respondió con molestia.

—¡Ya déjense de juegos, y abran la puerta, si no, la tiraré a bajo! —exclamó el caballero de Aries.

—¡Soplaré y soplaré…! —no llegó a terminar la frase que su compañero lo interrumpe.

—¡Cállate Aioria, por última vez, no estamos en esa clase de historia! —de tan enojado que estaba Mu, literalmente aparecen unos cuernos sobre su cabeza, y Aioria en respuesta sale corriendo hacia una columna a esconderse.

—¡Eres el diablo!

Entre todo ese marullo, una luz cae del cielo de repente, y dejó escuchar también unos gritos que no sabían de dónde provenían, pero esto no termino allí. Al tocar la luz el suelo, miles de piedras volaron cerca de la casa de Aries, y le da una en la cabeza a Aioria.

—¡Ah! —el joven León lastimosamente cayó al suelo contando las estrellas que estaban sobre su cabeza.

—¡Wow! ¿Vieron eso chicos? —observaba desde lejos el único de los dos santos que estaba consciente. Aunque más tarde se ve a Milo y a Kanon salir de la casa.

—¡Tal vez fue un ovni! D= ¡NOS INVADEN LOS EXTRATERRESTRES! —gritó Milo.

—Es oficial, están metiendo cualquier cosa para hacernos trabajar el doble y torturarnos —Afirmó Kanon.

—Mejor, así nos pagan más —esta frase ya está repetida, así que notarán que el creador se está quedando sin ideas. Pero por ahora, disfruten observando a Milo comerse otro osito gomilona—. Yumi -w-

—Al carajo otra vez contigo Milo, desde que empezamos no nos han pagado ni un puto centavo —le recalcó Kanon.

—Es que aún no acabamos con la serie, ¿qué no ves que otra vez hay que hacer una odisea?

—Ok, ok, yo haré de Odiseo y tú serás Ulises =D

—Son los dos unos animales, ¿no ven que Odiseo y Ulises son lo mismo? —los regañó Mu.

—D=! Yo no dije eso, lo dijo el re animal de Kanon.

—¡Jodanse los dos! —los señaló con el dedo el gemelo. Mientras ellos discutían torpemente, Aioria que estaba medio agonizando por el golpe, pudo ver entre las nubes de polvo cómo dos figuras empezaban a arrimarse.

—¡Ahí están, nos invaden! —el castaño se levantó lo más rápido que pudo y empezó a correr de un lado hacia otro sin saber qué hacer.

—¡Yo me encargo! —Kanon sacó una foto de la cámara y se la arrojó a uno de los extraterrestres que estaba entre el polvo e inmediatamente, se escuchó un grito muy humano.

—¡Me muero! —la voz parecía venir de un chico muy joven, quien salió corriendo mientras un chorro de sangre salía de su frente. Su aspecto físico era muy llamativo: tenía ojos grisáceos, una enorme cicatriz que pasaba por su ojo, y su cabello era blanco. Al igual que Aioria, éste corría por todo el templo manchando todo con su sangre, y en lo que pasaba esto, el otro personaje se asomó por entre la niebla: éste tenía el cabello largo, negro y ojos del mismo color que el chico, aunque era un poco más alto que él.

—¿Quiénes son? ¡Son Akumas! —preguntó a los gritos mientras se preparaba para desenvainar su espada.

—¿Qué carajo son Akumas? —le devolvió la pregunta con otra el mismísimo Kanon.

—No sé, pero capaz que se golpearon muy fuerte la cabeza —le dio como opción Milo, quien ahora estaba comiendo una barrita de chocolate, pero es apuntado en ese instante por una espada y su rostro se pone azul del susto.

—Soy Kanda. ¡Más vale que me digan dónde estamos si es que valoran sus vidas! —les advirtió el morocho.

—¡Cálmate! —la mano de Kanon le hizo bajar poco a poco la espada—. Nosotros no hacer daño. ¡Nosotros ser amigos! —de alguna manera éste inútil pensaba que en verdad eran extraterrestres, y en lo que él hablaba con Kanda, Mu y Aioria se miraron entre sí—. ¿En qué poder ayudar a ustedes? —en ese momento se escucha a alguien caer, y todos voltearon a ver; era el peliblanco que se resbalo con su propia sangre.



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En el texto hay: humor, parodia, los caballeros del zodiaco

Editado: 17.05.2020

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