Milo y Kanon X

Capítulo 7

Opening: En el futuro lucharán, estas estrellas brillarán, un sueño vendrá para conquistar, dentro de la oscuridad, un héroe resucitará, como el fénix logrará surgir, ¡Milo y Kanon X!

Narrador: ¡En el anterior capítulo de Milo y Kanon X! Nuestros héroes se encontraron tanto con extraterrestres como con unos tipos raritos que comían ramen, pero en cuando se unieron a ellos, sus armaduras fueron robadas en partes. ¿Podrán nuestros héroes recuperar sus cosas? ¿Podrán encontrar a los malhechores? ¿Y podrán darse el beso que tanto esperaban nuestras fujoshis de parte Mu y Aioria? ¡Todo esto y más en Milo y Kanon X!

—Chicos, ¡tenemos que ir a buscar nuestras armaduras cuanto antes, ya que no sabemos quién podría atacarnos luego! —recalcó Mu.

—Sí, hay que recuperar tu armadura Mu, no sabemos quién más querría manosearte al no tener tu protección —aclaró Aioria.

—Seguro que vos Aioria -w-, y espero que tú no seas el chorro de las armaduras ¬¬ —lo miró Kanon acusadoramente, y Milo lo acompañó en su estupidez al apuntar al León con su uña cerca del ojo.

—¡REGRESAME MI CHOCOLATE, TRAIDOR! ¡SI NO TE SACO UN OJO! —lo amenazó Milo.

—¡Deja mi ojo en santa paz; yo no he sido!, aparte, ¡a mí también me robaron! —exclamó el castaño.

—No creo que su amigo quisiera robarles, después de todo, también anda vestido como ustedes. ¿Para qué querría robar ropas que ya tiene? ¡Deberás! —les dijo Naruto.

—Es verdad, además, yo conozco bien a Aioria, ¡y él es el más correcto de todos los caballeros dorados! —defendió Sasuke al castaño en lo que asentía varias veces.
 

—Cierto, pero también es el más engañado de todos, después de todo lo utilicé hasta el último momento al muy weon -w- —se rio Kanon.

—¿¡Y yo cómo iba a saber que eras un maldito en ese entonces?! —se quejó muy sacado de sus casillas. Y Milo bajó su uña y entonces dijo con seriedad.

—Tenemos que ir a buscar al culpable. ¡Mi chocolate está en peligro! —y de un momento a otro, se dan cuenta de que faltan personas en el grupo.

—¿Dónde están Kanda y el hemofílico? —preguntó el Geminiano mirando a todos lados.

—No sé, y no me importan, quiero mi chocolate -w- —aclaró Milo.

—No seas tan desconsiderado Milo. ¡Hay que ir a buscarlos! —le reprochó Mu.

—¡Sí, es verdad, vamos! —gritó Aioria con ánimos, y entonces empezaron a buscar. Mientras tanto, Allen y Kanda se encontraban a fuera de la aldea.

—No creo que haya sido una buena idea irnos de esa manera —dijo Allen algo cohibido, pues no conocía para nada la zona.

—No me molestes cabeza de frijol. Mira lo que ha pasado por querer confiar en ellos. Hemos terminado en un lugar peor —le reprochó mientras movía algunas ramas.

—Es verdad, pero lo que cuenta es la intensión —sonrió a medias y con algo de nerviosismo. Y Kanda que estaba hasta la puta madre, se detuvo de repente y le gritó.

—¡Intensiones mis huevos! ¿Cómo mierda vamos a salir de aquí ahora? ¡Y deja de comportarte como si estuviéramos en un día de campo! —chasqueó la lengua irritado, y se cruzó de brazos mirando a otro lado.

—Pero si te estoy siguiendo, aparte… ¿a dónde se supone que vamos? —le respondió casi llorando.

—Es verdad… No sé a dónde tenemos que ir —mencionó desalentado el pelinegro.

—¿QUÉ? —exclamó el albino y miró desesperadamente a sus alrededores, pero ahora que se daba cuenta, estaban en medio de un bosque. ¿Cómo mierda habían llegado hasta ahí?—. ¡Ni siquiera sé dónde rayos estamos! —cayó de rodillas lamentándose.

—Se supone que habíamos salido de la aldea, ¡NO QUE NOS INTERNAMOS EN UN MALDITO BOSQUE A TANTOS KILOMETROS! ¿QUÉ CARAJOS PASA CON EL ESCRITOR! —el espadachín empezó a pisar como loco el suelo.

Mientras tanto…

Milo se encontraba olfateando en lo que tenía una piruleta en la boca.

—Sniff, sniff. Está cerca, ¡PUEDO SENTIRLO! —exclamó.

—Pensé que eras un Escorpión, no un perro como para andar olfateando en dónde están aquellos dos weones —mencionó Kanon.

—No los estoy buscando a ellos, estoy buscando mi chocolate -w- —le recalcó.

—Ah, y yo por un momento creí que te estaba importando más la gente —aunque decía eso el gemelo, en verdad no parecía sentirse decepcionado.

—¡NUNCA! —gritó Milo.

—Déjense de pavonear, tenemos que encontrar a Kanda y al Ayen —sí, no estás leyendo mal el nombre, así lo pronuncio Mu.

—Sí, ¿pero por dónde empezamos? —preguntó el castaño.

—Lo más probable es que salieran a las afueras de la aldea, allí seguramente se perdieron —les informó Sasuke.

—¡O tal vez los secuestraron! ¡Deberás! —dijo con entusiasmo el rubio.

—¡Deja de decir “deberás” o te mandaré a otra dimensión! —le advirtió Kanon ya malhumorado.

—¡Miren chicos! —el caballero de Aries señaló unas huellas que estaban en el piso.

—¿Qué es eso? ¿Por qué está marcado el piso si no ha llovido ni nada? —preguntó Milo.

—¡Eso no importa, hay que seguirlas! —les anunció al grupo el joven ninja que estaba vestido de negro.

—Otra vez a correr -3- —se quejó Kanon, y todos empezaron a correr menos Sasuke y Naruto, quienes se pusieron a saltar sobre los árboles.

Un tiempo después…

—Estoy muy cansado… —el rubio al poco tiempo de decir esto cayó como mosquita muerta al suelo, y Sasuke quedó colgando de unas ramas.

—Maldita sea… no logramos avanzar nada —se quejó el otro ninja, pero esto se debía a que ellos estaban dando vueltas infinitas alrededor de la aldea.

—Pero si los hemos estado siguiendo a ustedes todo el tiempo —se mostró desconcertado Mu, y acto seguido, dejó escapar un pesado suspiro de repente, a pesar de que era un caballero muy jovial, estaba muerto de cansancio. Y Milo que se detuvo junto a todos, miró de atrás hacia adelante notando las huellas de todos en el piso—. Hemos estado dando vueltas nada más —mencionó y se comió un osito de gomita.



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En el texto hay: humor, parodia, los caballeros del zodiaco

Editado: 17.05.2020

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