Capítulo 4:

Opening:

En la universidad nos atrapaban siempre,

las cagadas nunca nos faltaban,

nos copiábamos sin pautas,

y director siempre nos congelaba.

¡Vamos! ¡Juntos!

¡Nos volveremos más tontos!

¿Listos? ¡Let’s go! ¡Yugioh-gx! ¡Ah, ese no es!

¡Enciende! ¡Enciende! ¡Tus cosmos al máximo!

¡Enciende! ¡Enciende! ¡Las pocas neuronas que tienes!

[Instrumental fachera]

¡Por fin me copiaré!

¡Yugioh-Gx! ¡Oh no, otra vez!

¡Enciende! ¡Enciende! ¡Tus cosmos al máximo!

¡En la nueva temporada de Milo y Kanon X te tienes que encender!

Narrador: En el anterior capítulo de Milo y Kanon X… después de que Milo quedara tuerto por culpa de la sala oculta, se reunieron con Radamanthys y los demás caballeros que estaban intentando sacar alguna figu buena de los muertos que dejaron a su paso, cosa que les resultó imposible, ya que en ese momento Kanon y Milo los desafiaron a un duelo de figus, no obstante, la sala oculta los había engañado y les dio en su lugar, las cartas de Yugioh, cosa que no los terminó por afectar porque vino enseguida en su ayuda Mu, trayendo con él las verdaderas figus, aun así, terminaron, de alguna forma, jugando con los tazos de Pokémon, para finalmente, competir embocándolos dentro de unos barriles, cosa que terminó en disputa porque Aiacos se disfrazó de topo y salía a agarrar los tazos para así asegurarse, la victoria de Radamanthys, cosa que hizo enfadar a nuestros protagonistas, dejando también en evidencia, el voyerismo de Afrodita. ¿Podrán nuestros amigos superar las siguientes trampas que les planten sus enemigos? ¿Será que Itachi tendrá protagonismo ahora? ¿Será que la autora se olvidará de redactar sobre Dohko y su discípulo hoy? ¿Aprenderán nuestros amigos a diferenciar, tazos, figuritas y las cartas de Yugioh? ¡Todo esto y más en el capítulo de hoy!

Todos los caballeros de oro que estaban allí presentes, se pusieron a observar los delirios de los protagonistas, quienes, por alguna razón, estaban disfrazados; esa fue la única solución que le encontraron al tema del cosplay de topo que se usó para hacer trampas, y que, por algún motivo, lograba compensar la decadente situación.

—Ah… esto sí me gusta. Me siento muy calentito -w- —anunció Milo sobándose lo que era el pecho con una mano; él estaba disfrazado como la cajita Cindor vengadora (la mascota de esta marca).

—No sé qué te hace tan feliz… —se quejó Kanon usando el traje versión frutilla—. ¿Y por qué yo tengo la caja de color rosa?

—Porque eres el pasivo —aseguró con orgullo.

—Deja de decir pavadas… —le reprochó.

—Ahora que hablan de frío, se puso fresco de golpe —comentó Radamanthys, quien observaba cómo estaba empezando a bajar el sol y entonces, se abrazó a sí mismo tembloroso.

—¿Querés que te preste un traje de topo? —le ofreció Aiacos.

—A mí me sobró uno de cajita de dulce de leche —le alcanzó también Milo.

—Muy amables de su parte… —iba a agarrarlos, pero luego se rescató y los tiró a la mierda—. ¡No! ¡Paren ustedes dos! ¿No se dan cuenta de que estábamos en medio de una batalla por las figus del mundial? ¡Tenemos que seguir!

—Ah, tenés razón, pero no veo tampoco la lógica de despreciar así nuestra buena voluntad —se vio ofendido su compañero, mientras que Milo, estaba ardiendo de ira… literalmente.

—Todos los que desprecian a los dulces deben morir… —gruñó el Escorpiano.

—Che… para un poco —le pidió Kanon.

—¡Yo seré tu oponente! —le gritó Milo.

—Ya se pudrió todo —dijo Shura, quien puso su radio y enseguida de canción épica salió la de: Manu Chao - Me Gustas Tu.

https://www.youtube.com/watch?v=rs6Y4kZ8qtw&ab_channel=ManuChao

Motivados por la rola que pusieron, tanto Radamanthys como Milo empezaron a hacer arder sus cosmos, y entonces, se prepararon con los tazos en mano para seguir hacia el siguiente desafío, el cual tenía que ver con derribar unas cuantas botellas de plástico que contenían un poco de agua para hacer más difícil el ejercicio.

—¿Listos? —preguntó Mu en tensión, a lo que vio que los otros dos asintieron—. Entonces… ¡fuera!

Los tazos volaron épicamente rodeados de sus cosmos, y en lugar de derribar las botellas, los objetos fueron cortados en varios trozos, dejando en algunas ocasiones, el contenido del agua en su base. A todo esto, ninguna de las botellas fue derribada, lo que dejó perplejos a todos los presentes.

—¡Es un empate! —señaló Minos.

—Ambos tienen unas habilidades asombrosas —señaló entre dientes Aioria.

—De seguir así… la última vuelta será la que defina nuestra derrota o nuestra victoria —explicó Aioros tan nervioso como el León.