Capítulo 4

Opening:

♫ Volvemos a empezar, la historia se escribirá de nuevo.

A poca velocidad, lo sabemos bien.

Teñirse tú veras de rojo las nalgas de Milo y Kanon,

Salvarlos todos debemos, con valor. ♫

♫ Paraíso nunca fue, los 12 templos ya debes conocer.

Llevamos adentro, un putazo dormido.

¡Disfrútalooooooo!

♫ Atravesemos con decisión,

Los anos de los Dioses,

Difícil será sin perder,

¡No nos tienen que coger!

Y los putazos en acción,

Deja que te conmuevan el corazón,

Aquel mañana que se olvidó,

Volvamos todos a recordar,

En la nueva temporada que va a iniciar. ♫

Narrador: En el anterior capítulo de Milo y Kanon XX… Nuestros héroes lograron escapar a salvo gracias a los poderes de un animal místico. Sin embargo, fueron a parar a otro universo, en el cual Milo fue salvado por un extraño logotipo. Ahora nuestros héroes estaban al tanto de que no podrían ganar la guerra contra los Dioses políticos si no buscaban ayuda de otros héroes de universos alternos. Fue entonces que las llamas los hicieron tomar la difícil decisión de a qué clase de portal deberían acceder, y allí terminaron siendo empujados. Lamentablemente para Kanon y Aioria, casi mueren en la caída sobre la ciudad Parisina, pero una pareja enmascarada les salvó la vida. ¿Podrá Aioria salir de su impresión? ¿Logrará Kanon regresarlos de nuevo a su mundo después de encontrar a los dichosos héroes? ¿Qué habrá pasado con Mu y Milo? ¡Todo esto y más en el nuevo capítulo de Milo y Kanon XX!

—Ahora se los repito de nuevo, ¿quiénes son ustedes? —preguntó Kanon.

—Ahora que lo dices, nunca antes los habíamos visto por aquí —dijo el que tenía el traje de látex.

—¡Oh, oh! —expresaba estúpidamente Aioria, quien saltaba como conejito alrededor del rubio y la peliazul.

—Jeje… Bueno, nosotros somos los héroes de Paris. Mi nombre es Ladybug, y él es Chat Noir —se presentó la chica que vestía de color rojo con puntos negros.

—Ah, bien, entonces no hubo necesidad de buscar…

—¡Son Ladybug y Chat Noir! —gritó Aioria por fin con euforia, y se inclinó frente a ellos, adorándolos como si fueran Dioses—. ¡Alabados sean los miracles! —Kanon, como era de esperarse, no entendía nada pero la parejita sí.

—¿Cómo sabes de los miracles? —exclamó Ladybug aterrada.

—Atrás, My Lady, quizás ellos también son parte del grupo de Hawk Moth —dijo el gato en lo que se ponía al frente de la chica.

—¡No, no! —levantó la cabeza del suelo el caballero de Leo, y se puso de pie—. ¡Somos sus mayores fans! —el castaño rodeó los hombros de Kanon con un brazo, y sonrió de forma amigable.

—Habla por ti, yo ni los conozco —dijo elevando una ceja Kanon.

—¿Pero qué dices? ¡Te recomendé que vieras la serie la semana pasada, hasta te regale un llavero de Ladybug! —lo hizo girar y en una parte de la armadura señaló con su mano el llavero pegado a la espalda del Geminiano.

—¡Pero qué mierda…! —Kanon al darse cuenta de esto, se trató de quitar el accesorio, pero no llegaba, ya que estaba pegado con cinta en medio de su espalda.

—¡Miren! —les gritó a los héroes el castaño, quienes enseguida le echaron un ojo, pero él único en sonreír fue Chat Noir, porque lo que le mostraba Aioria, era una camiseta que tenía puesta de los dos protagonistas de Ladybug besándose.

—Admito que está muy bien hecha, My Lady, pero al ser una foto falsa, eso le quita glamur. Así que… ¿por qué no hacer una de verdad? ¿Qué dices? —el gato le hizo un movimiento de cejas atrevido, pero como era de esperarse, la mariquita ignoró sus declaraciones amorosas, ya que no era momento para eso.

—¡Es maravilloso ver fanservice en vivo! —exclamó con los ojos llenos de brillo. Por otro lado, Kanon estaba restregándose contra un poste, para al fin lograr sacarse el muñequito. Al quitárselo, lo tomó y se lo lanzó a Aioria en la cabeza.

—¡No me vuelvas a poner estas cosas! —lo regañó.

Por el lado de Milo y Mu.

—¿Esto no es una cancha de fútbol? —preguntó Mu mirando a sus alrededores.

—Sí, y parece que es muy larga —mencionó agachado Milo, quien podía observar cómo la cancha se perdía en determinado punto—. Estos no van a terminar de jugar nunca —dijo en lo que masticaba una paleta.

—¿No sería mejor decirles? —le preguntó.

—Nahh, deja, seguro que luego se dan cuenta -w-

Luego de tres días…

Los dos caballeros tenían la cara chupada, ya que al parecer, no habían comido nada en lo que esperaban a los pibes detenerse en su partido.

—¡Y siguen corriendo!  —se desesperó Mu, pero casi se desmaya al haber gritado estando tan débil.

—Estos son peor que nosotros. Mejor vamos por unos taquitos y luego venimos —le rogó a Mu en lo que se escuchaba su estómago rugir.

Volviendo con Kanon y Aioria.

Los otros dos caballeros se encontraban comiendo toda clase de pelotudeces, es decir, empanaditas de jamón y queso, medialunas con dulce de leche, cañoncitos, etc.