Mineland

Capitulo 1: Toda gran historia tiene un Inicio Simple

Capitulo 1: Toda gran historia tiene un Inicio Simple:

Oscuridad... Silencio... Quietud... Eso era todo lo que se percibía en este lugar. Entre el vacío aparentemente infinito, una figura se volvió cada vez más evidente: Un chico joven con el cabello castaño, una camisa blanca, pantalones y zapatos negros. Sus ojos, rojos desde que tenía memoria, miraban todo a su alrededor, curioso –Vaya...– dijo directo al vacío, que le respondió con un eco de su propia frase en cuestión de segundos. –Esto es un sueño, supongo.– dijo él, sin una pizca de miedo –Mientras no aparezca un monstruo horrible o alguien que quiera robarme mi café, todo estará bien.– sonrió, intrigado –Se supone que si dices "Sé que esto es un sueño" o algo similar, todo se transforma en una pesadilla... Me alegra que sea solo un mito.– de pronto, un murmullo inentendible se escuchó a su alrededor. Red –Porque así se llamaba el adolescente– abrió mucho los ojos, ahora completamente quieto –Ay, no... ¿Para qué hablé?–. Poco a poco, la voz se hacía más clara, más entendible... Pero también extraña, como un sonido humano pero claramente modificado. De pronto, una figura envuelta en sombras profundas se materializó frente a él, compartiendo altura y complexión física, pero con unos ojos igual de rojos, pero más brillantes. Red se acercó, inseguro pero curioso –Eh... Hola... ¿"sombra rara"? ¿Cómo debería llamarte, pesadilla?– la sombra respondió con un tono neutral –Inferno.– su tono fue seco, directo. Red levantó una ceja, pero no perdió la oportunidad de burlarse –¿"Inferno" de infierno? ¿"Inferno" de demonio? ¿O "Inferno" de "soy tan feo que parezco obra de satanás"?– Inferno se quedó callado, como si procesará la broma –... No voy a responder a esa estupidez, Williams.– Red dió un paso atrás, pero no pudo evitar una sonrisa leve –De acuerdo, Inferno. Dime, sombra con nombre Edgy... ¿Eres algo así como una visión profética o algo así de estereotipico?– Inferno se rió, pero su risa era... Extraña. Sonaba cómo una mezcla antinatural de una risa normal y una pieza de metal siendo frotada contra otro metal, pero dando como resultado una sensación más inquietante que irritante –... Eres inteligente. Pero... Hay que hacer esto más divertido, ¿no?– Red entrecerró los ojos –... ¿Eso que implica?– Inferno sonrió, y sus ojos brillaron más fuerte, como si fueran linternaa encendidas –No voy a decirte si soy una visión o un sueño raro. Esa es la gracia.– Red, confundido y ligeramente asustado, asintió con la cabeza –Ajá... Si no te molesta, voy a abrir y cerrar los ojos sin parar hasta despertarme. Con algo de suerte, mi siguiente sueño no incluirá a seres que intentan asustarme como tú.– Inferno asintió con la cabeza, con una inclinación tan idéntica a la de Red que parecía una imitación hecha para desconcertarlo –Solo voy a decirte una cosa más, rojito...: No hay nada más dolorosa en este mundo que ver a los que amas morir... y no poder hacer absolutamente nada para salvarlos.– Red seguía abriendo y cerrando sus ojos sin parar y, al séptimo intento de despertar, cuando abrió los ojos, estaba a salvo, en su habitación.–Ugh... Esto es lo más cercano que me ha pasado a un anime cliché. ¿Por qué soñé con una entidad extraña con intenciones claramente turbias que da mensajes ominosos y tiene ojos que brillan? ¡Los ojos ni siquiera brillan en la vida real! Ni que fuéramos robots... ¿A qué ha llegado mi vida?– bostezó, aunque seguía frustrado. Después de unos segundos, sacó su celular con un movimiento lento y vió que eran las 2 AM –Bueno... Aún tengo sueño... Así que voy a INTENTAR dormir...– se acostó de nuevo, cerró los ojos y decidió tratar de volver a descansar mientras dejaba su teléfono en el cajón de al lado. Parecía que tendría su descanso... pero la vida claramente tenía otros planes. –Red...– Red abrió los ojos al escuchar la llamada y luego apretó los dientes –¿Sí, Alan?– Alan, su hermano gemelo, se acercó con pasos pesados, molesto –... ¿Puedo saber por qué me despertaste hablando solo como si no hubiera nadie más en la habitación? Responde ahora... O te voy a dar café.– Red, inocente, sonrió genuinamente –¿En serio vas a hacerme una taza a estás horas? ¡Que considerado!– Alan respondió con tono seco –¿Eres idiota, no? Red, era sarcasmo, hermano. SARCASMO. Con darte café me refería tirarte una taza hirviendo encima.– Red simplemente se rió –¿Por qué me tocó un hermano que usa la violencia para todo? Salí perdiendo al tener un gemelo...– rodó los ojos, aunque claramente captaba que era un chiste –Bueno, soy eficiente con mi violencia, soy directo y te quiero mucho... Así que es un empate entre desgracia y fortuna, supongo.– Red se levantó de pronto –Supongo que tienes razón.– agarró su celular –¿Quieres ver un par de películas?– Alan se llevó la mano al mentón, fingiendo pensar demasiado en una respuesta que ya tenía clara –No lo sé... Mamá y papá se pueden molestar... Perderíamos horas de sueño... Nos pueden regañar si nos ven... Ok, si quiero ver una peli.– Red sacó unos audífonos, se puso uno, le pasó el otro a Alan y, entre risitas, ambos hermanos se dispusieron a ver una película. Mañana tendrían escuela, y seguramente llegarían con mucho sueño por la estupidez de desvelarse... Pero su mañana en la escuela no es nada comparado con el problema que se avecinaba.

Fin del Prólogo de la Historia.



#2833 en Fantasía

En el texto hay: aventura epica

Editado: 11.12.2025

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