Cierta mañana una pareja de tórtolas decidieron construir su nido en la rama de un árbol, juntaron toda clase de hojas y juncos para hacer su hogar, luego con el pasar del tiempo acomodaron allí sus muchos huevos.
Cierto día fueron por los alrededores del bosque y cuando regresaron no hallaron el nido, después de buscar lo encontraron en el piso boca abajo y con todos los huevos destruidos, comprendiendo que por la acción del viento había pasado tal cosa, muy molestos le gritaron al viento lo siguiente:
-¡viento desgraciado y maldito!, te aborrecemos grandemente, por tu culpa nuestro hogar e hijos perecieron.
Entonces el viento que está presente casi siempre en todo lugar, respondió con gran asombro:
-¿Por qué me maldicen? Si yo solo hago lo de siempre: dar vida con mi oxígeno a todo ser viviente, además todos saben que forzosamente tengo que cambiar mi fuerza para mover las nubes continuamente, de esta manera las nubes traen la lluvia y sombra, con mi fuerza también muevo las pesadas olas del mar e incluso quito las hojas secas de los árboles, y gracias a mí las alas de ustedes las aves se impulsan por el cielo. Ahora yo les pregunto, si ya saben cómo soy ¿por qué no son más vigilantes con sus nidos?
-Las tórtolas entraron en razón y guardando silencio se fueron de ahí.