Una vid producía bellos racimos de uvas rojas, no eran muchas uvas; pero sí las suficientes para alimentar a una pareja de aves, las cuales comían bajo el cielo azul y radiante.
Cierta noche cayó una fuerte tormenta donde el agua, el viento y los rayos cayeron en abundancia, todo eso produjo un durísimo golpe en la vid, la cual quedó con pocas hojas, el tronco retorcido y sus raíces fuera de la tierra, parecía que era su fin; sin embargo, con el tiempo recuperó hojas, su tronco se enderezó lo suficiente para vivir, sus raíces alcanzaron mayor profundidad, así sobrevivió aquella tortura, y sorprendentemente ... ¡ahora produce abundantes cosechas como nunca antes!, después de aquel mal momento sus uvas son tantas que miles de aves y de toda clase, viajan desde lejos cada año para saciar su enorme apetito.