Ministerio del Tiempo - cinco libros apocrifos

Tiempo de Fundación – 1573 – Fundación para mucho Tiempo - parte 1 de 8

Parte 1 de 8 La misión

—¡Otra vez Argentina!— exclamo Salvador— ¿es que esa gente no piensa darnos respiro?—

—Parece que no— acoto Ernesto – por lo menos no parece vaya a cambiar mientras el escribiente siga siendo el mismo—

—¿y qué les pasa ahora?— pregunto Salvador con gesto de resignación.

—Pues, que parece que la ciudad de Córdoba de la Nueva Andalucía no está siendo fundada, por lo menos no por Don Jerónimo Luis de Cabrera—

—¿Cabrera, Cabrera?— volvió a preguntarse Salvador —¿El Andaluz?—

—El mismo señor— contesto Ernesto, lacónicamente.

—¡Un andaluz metido en líos! ¡Válgame Dios!— dijo al tiempo que se sentaba— ¿y qué ha pasado?—

—Pues que parece que ha cambiado de opinión y la ciudad de Córdoba no se funda ¿habrá decidido hacerle caso al gobernador?—

—Explíquese por favor— pidió Salvador

—Pues, según la historia— aclaro Ernesto – a don Jerónimo Luis de Cabrera le habían encargado fundar una ciudad en la provincia de Salta, pero este, presumiblemente siguiendo tras la ciudad de los cesares, no se detuvo allí si no que siguió más hacia el sur donde fundó, o debería estar fundando, la ciudad de Córdoba, a orillas del rio Suquia— concluyo— aunque, de acuerdo al último informe eso no estaría pasando, ¿cree que habrá cambiado de opinión?—

—¿Así como así, sin más?— pregunto extrañado— ¿un Andaluz?. Imposible, algo tendrá—

—Es lo que pensamos todos, por eso que sugiero mandemos una patrulla a ver que hay—

—Sí, tiene razón, algo ha de haber— Concluyo Salvador, y luego, con cierta angustia rogo más que pregunto— ¿No habrá vuelto a aparecer esa puerta nueva, cierto?—

—No, no señor, esta vez la información ha llegado por los canales normales—

—Bueno, por lo menos una buena noticia. En fin, fíjese a quienes puede enviar, con esto de la gripe y esas cosas el ministerio anda escaso de gente—

—Ya consulto con Angustias y lo vuelvo a ver—

—Argentina, Argentina…—repetía Salvador mientras tamborileaba con los dedos en el escritorio— menos mal que esos territorios formaron parte de España solo 300 años….que si no nos despanzurran el presupuesto—

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Al cabo de unos minutos aparecieron, junto a Ernesto, Amelia, Pacino y Alonso.

Amelia era la única que estaba de descanso, pero, siempre tan solicita, no había puesto inconvenientes al ser llamada.

En cuanto a Pacino, solo su fuerza de voluntad le había permitido levantarse de la cama, donde convalecía de un fuerte resfriado. La nariz aun le goteaba

Por último, Alonso, aun con traje de época, acaba de regresar de un viaje a China, acompañando una misión comercial que había partido de Manila, y necesitaba un buen baño y un descanso, pero, soldado al fin, siempre estaba dispuesto a cumplir con el deber.

—Buenos días, gracias por venir— les saludo Salvador desde atrás de su escritorio

Todos respondieron con frases más o menos de circunstancia y se interesaron por la nueva misión.

Ernesto los puso al tanto rápidamente, se suponía que sería solo una misión de reconocimiento, para ver que había de cierto en lo que informaba el agente que trabajaba en esa época.

—¿Y porque hay dudas de lo que informa el agente? ¿No es empleado del ministerio acaso?— Pregunto Pacino

—Bueno, es un caso “especial” – acoto Salvador – no es alguien que trabaje siempre para nosotros, si fuera periodista diría que es un “free lance”—

Todos se miraron intrigados, incluso Ernesto parecía no saber que decía Salvador; viendo las caras, este se explicó algo.

—Son esas cosas que se transmiten de un ministro a otro, de las cuales las explicaciones, a veces, se “desdibujan” con el tiempo. El sujeto en cuestión, un tal “Jacinto” parece ser un independiente que supo ayudar a don Pedro de Mendoza durante la fallida primera fundación de Buenos Aires, y que desde entonces, de cuando en cuando, nos da alguna ayuda—

—…Se hace unos duros— aventuro Alonso

—No, aunque está en la nomina y ya lleva unos cuantos Euros acumulados, nunca ha reclamado pago alguno. No lo conozco personalmente pero se me ocurre que debe ser un personaje.— acoto— Bueno, sea como sea, al no ser agente “oficial” hay cosas que nos dice, como estas, que debemos corroborar antes de tomar cualquier decisión—

—Bueno ¿Y a donde hay que ir ahora?— pregunto Alonso, que ya sabía de la escases de puertas que había en América y las distancias que había que recorrer hasta el lugar de los hechos, desde la puerta más cercana.

—No se preocupe— aclaro Salvador— esta vez tenemos una puerta ahí mismo, en la ciudad de Córdoba—

—Pero, ¿no dijo que aun no ha sido fundada?— interrogo Amelia, siempre atenta.

—Si….— suspiro—…eso es parte de lo que deben averiguar, ahí hay algo que parece no cuadrar. La puerta es válida, se encuentra correctamente catalogada— e indico con el puntero en la pantalla gigante donde aparecía claramente indicada la puerta en cuestión:



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En el texto hay: fanfic, fan fic del ministerio del tiempo

Editado: 11.01.2025

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