Ministerio del Tiempo - cinco libros apocrifos

Tiempo de Perdida – 1813 – Perdida por mucho tiempo - parte 2 de 8

Parte 2 de 8 - Inicios II

Inicio 4. Ciudad de Lima, actual Perú

Yanay (“mi morenita” en quichua) se paseaba nerviosa por los pasillos de las oficinas del ministerio del tiempo en Lima. De esa oficina dependían todas las operaciones del ministerio en el hemisferio sur.

Su buen trabajo le había costado conseguir esa pasantía. Por su puesto haber sido el primer promedio de la carrera de Sociología en la Pontificia Universidad Católica del Perú había ayudado, pero eso no le quitaba nervios al asunto.

  • Bueno niña, ¿Qué le puedo decir? Ignoro como ha sucedido esto, pero es una orden real y una orden real es algo que no se puede ignorar—
  • Sí señor, lo sé, pero…es que no me siento preparada—
  • ¿Para qué? No me diga que tiene miedo a volar—
  • No, no es eso— enrojeció, la avergonzaba que el director pensaba eso
  • ¿Entonces?—
  • No sé, que la casa real me encargue una tarea a mí, que ni siquiera soy una agente plena. Solo soy una pasante – aclaro a modo de disculpa
  • Y muy buena señorita – la animo el director y ella volvió a enrojecer de vergüenza, pero esta vez bien.
  • Vamos, vamos— insistió el director— tampoco es la gran cosa lo que le encargan, una persona preparada como usted puede hacer el trabajo perfectamente bien en no más de una semana. A parte, sabe que hasta yo he de salir de misión por unos días, con esto de las vacaciones en el hemisferio norte estamos cortos de personal— la animo— Vamos niña—

No había nada que hacer, no podía decir que lo que la ponía mal era tener que trabajar para “la realeza”, que una cosa era trabajar para un ministerio del gobierno y otra trabajar para la reina. Apesadumbrada tomo los pasajes que le entregaban y se marcho a empacar, el vuelo salía esa misma tarde.

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Inicio 5. Ciudad del Guayra Actual estado de Paraná, Brasil.

Esa cálida y húmeda mañana parecía una igual a cualquier otra, pero no lo era, era su última mañana activa. Esa tarde tenía su entrevista de despedida en la casa real y luego lo esperaba la jubilación. En realidad el beneficio se adelantaba algo pues el comienzo de las vacaciones en Madrid hacia que no quedara nadie que pudiera realizar trámite alguno y la casa real había decidido adelantar la entrevista. Aunque él aclaro que no era necesario.

En fin, de nada valía condolerse, la decisión ya estaba tomada aunque no la hubiera tomado él.

Con tranquilidad termino de empacar y se dirigió a la puerta del tiempo que tenía en el corral de la casa. A decir verdad la misma había sido usada pocas veces, no pasaban muchas cosas en la ciudad. Es más, lo más importante que podía recordar era la misión esa de rescate de indios guaraníes que habían caído en manos de los bandeirantes durante el gobierno de Felipe III. (ir a tiempo de Navidad)

Nunca olvidaría la cara de Salvador, en vísperas de Navidad, al pasar del frio de Madrid al Calor de la Guayra….y sonrió recordando el momento.

Bueno, se animo a sí mismo, vamos. Tenía turno con la consulta Neurológica antes de ir a la casa real.

Cuando cruzo la puerta no se molesto en mirar atrás, a la vida que dejaba en los trópicos sudamericanos, no tenía sentido, de todos modos posiblemente el avance del Alzheimer lo dejaría sin recuerdos en poco tiempo más.

Cuando apareció en los pasillos del ministerio no le llamo la atención ver todo tan desierto. Las vacaciones son sagradas.

Saludo al portero y salió a la calle. Despacio camino por las veredas de Madrid disfrutando cada paso. Se tomo un café de camino a la consulta.

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Luego de revisarlo el médico le pidió unos estudios y le encargo que sacara un turno para la semana siguiente, ni bien los tuviera hechos.

Saludo al médico y se marcho, de nuevo a pie, hacia la Zarzuela. Una vez allí, contra lo usual, lo hicieron pasar inmediatamente.

  • Adelante amigo ¿Cómo está usted?— le saludo el edecán
  • Bien, bien señor, gracias por recibirme—
  • Por favor, venga por aquí, la reina lo espera—
  • ¿reina? – pregunto – hubiese jurado que teníamos un rey— la cara del edecán se ensombreció sin que se le notara
  • No, no señor, tenemos una reina, y muy guapa por cierto—
  • ¿Sí?, disculpe, debe ser la enfermedad de mierda esta que me está atacando el coco— dijo enojado con sí mismo, ignorando todo protocolo
  • No se preocupe, se entiende— lo disculpo en funcionario— pase, espere aquí un minuto, ya lo reciben — y salió por una puerta lateral

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  • Ya está aquí señora —
  • ¿y bien? ¿Qué le parece? —
  • Ha entrado preguntando por el rey…—
  • Nooo – dijo ella tapándose la boca con la mano derecha en gesto de temor.— tenemos que actuar rápido. Esperemos que lo que dicen los médicos sea cierto y podamos conjurar esto antes de que sea tarde —
  • El doctor que lo acaba de revisar en la consulta neurológica dice que el Alzheimer aun no está muy avanzado y que podrá llevar adelante cualquier misión que no sea muy complicada—
  • Bueno, esta misión es muy importante, pero complicada no es— dijo esperanzada
  • Roguemos a Dios que así sea y ese pretendiente no llegue nunca al trono—
  • Si, es lamentable que tengamos que intervenir para asegurarnos que se atragante comiendo esas almendras que tanto le gustan. No puedo olvidar que, al fin y al cabo es un antepasado—
  • Si querida, pero has tenidos cada antepasados— dijo el hombre que acaba de entrar a la habitación, mientras el edecán inclinaba la cabeza en señal de respeto ante el rey consorte.
  • Bueno, vamos, pronto sabremos si seguiremos en este mundo o no— sentencio Isabel mientras se persignaba.



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En el texto hay: fanfic, fan fic del ministerio del tiempo

Editado: 11.01.2025

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