Minutos Infinitos

Capitulo 4

—Entonces le dije que no me importaba ir rápido y ¡me beso! —chillo Sade mientras caminábamos por el pasillo de la universidad. Ella había tenido una romántica cita con unos de mis amigos que conocí hace tiempo en una cosa de carreras ilegales. Me llevaron a casa luego de que mi estúpida cita se largó con otra, desde ahí a veces voy a ver algunas de la carreras que hacen, además que le tengo mucho cariño a la madre de uno: Alex, con el cual ahora mi rubia favorita está saliendo. Estoy muy emocionada por los dos, espero y sigan con su relación, ya con todo esto me siento la doctora amor por ser quien los presentó. Se que van comenzando, pero ya me veo siendo  la madrina de sus hijos, aveces puedo ser muy optimista, pero me gusta. 

 

—Pero mira nada más. —Le di una sonrisita pícara, provocando una risa de su parte. —Yo seré la madrina que no se te olvide —bromeo, y sólo eso bastó para que Sade se sonrojara lo cual me causó mucha risa, si sólo hablar de él la sonroja no quiero imaginarme cuando esté con Alex. Abrió la boca para replicar cuando la voz de Alice la interrumpió. 

 

—¡Chicasss! —grito acercándose a nosotras laorena  con grandes zancadas —necesito ayuda —dijo antes de poder saludarla. Su palabras me dejaron con una gran duda la cual fue resuelta de inmediato por la castaña. —Estaba coqueteando toda esta semana con un chico, es muy lindo y todo pero—. Tomó aire y por segunda vez en el día ví a alguien más sonrojarse. —Descubrí que es menor y ahora no se como rechazarlo —concluyó e hizo un dramático gesto de derrota, así era Alice un poco distraída, pero nosotras somos como sus madres además que la ayudamos en todos sus problemas. Sade y yo nos reímos sonoramente mientras que los dramáticos gestos de Alice no cambiaban. Desde que la conocí en la escuela siempre hemos sido así y puedo asegurar que por más adulta que seamos siempre seremos así. 

 

—¿Qué tal si nos sentamos y hablamos con más calma?, parece que te desmayaras Ali—. Ella asintió con una pequeña sonrisa y nos dirigimos a una banca que se encontraba en el jardín. —¿Qué tan menor es? —cuestione. Alice abrió sus grandes ojos castaños a más poder, antes de soltar un  suspiro y responder con un poco de vergüenza 

 

—Está en el último años de secundaria—. Y otra vez Sade y yo estallamos en carcajadas. Era inevitable no hacerlo. 

 

—Irás a la cárcel 

 

—No es gracioso —Replicó. —Bueno tal vez un poco, pero para mi no lo es —reflexionó dejando escapar una pequeña sonrisa. Su cara de estúpida Era  de seguro al recordarlo, era inconfundible, Diana ponía la misma cara al mirar a Devon, desgraciadamente yo también ponía esa misma cara al mirar a Luke 

 

—Tomemos el tema en serio —intervino Sade y todas les dimos nuestra atención —Alice es fácil lo que tienes que hacer. 

 

—Ah sí, ¿qué? —cuestionó la morena arqueado una ceja para demostrar lo confundida que estaba. 

 

—Déjame terminar, sólo tienes que decir que lo quieres como amigo, eso siempre funciona—. Sade tenía mucha razón, mandarlo a la zona de amigos es lo más efectivo si no quieres ser directa, pero yo tenía otros consejos y estaba lista para darlos. 

 

—Tienes razón le digo eso y ya no pasa nada, gracias chicas —exclamó Alice con una enorme sonrisa en su rostro, por su lado Sade estaba orgullosa de sí misma. 

 

—¡Espera! —chille y la mirada de las chicas se concentró en mi —¿te gusta? —ante mi pregunta la cara de Alice y hasta de Sade se llenó de sorpresa.  

 

—¿¡QUE!?

 

—Como dije. —Alice  se lo pensó un momento y volvió a sonrojarse. Eso ya dice mucho. Ya lo decía todo en realidad. 

 

—Bueno si, el chico es muy lindo conmigo y además gracioso. —Soltó un suspiro y volvió a sentarse en su lugar sujetando su melena castaña entre sus dedos. —Pero es dos años menor y no puede ser —agregó dándole toda su atención al suelo. 

 

—No es que sea una experta en el amor ni nada—. Alice levantó la vista —Pero si te gusta estar con él, la edad no te debe de importar. —La castaña quedó pensativa ante mis palabras, mientras Sade me miraba con una sonrisa torcida en sus labios. La rubia se levantantl de su asiento negando levemente con su cabeza 

 

—A veces debería seguir tus consejos —susurro mirándome fijamente, Alice sin embargo no entendí una palabra de lo que Sade decía: —¿sabes? tal vez haya un pelirrojo sexi, jugador  esperando que tomes en cuenta esas palabras. 

 

*** 

 




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