Los días de vacaciones se iban sucediendo con tranquilidad y Mira Luna no podía haberse vuelto más aplicada. Estaba deseando ver a la professora Birdwishtle para comunicarle la buena noticia. Bryana le había reconocido que evolucionaba con muy buenos resultados y que no podría estar haciéndolo mejor. Seguía atascándose un poco con la geometría, pero nada que no tuviera solución. Llevaba treinta minutos atascada con un problema cuando Bryana se dio cuenta de que se habían pasado la hora de comer.
Qué fastidio- Se quejó Bryana- El comedor habrá cerrado ya.
No te preocupes no tenía demasiada hambre.
Pero no puedes quedarte sin comer Mira Luna- contestó la chica mientras una idea le rondaba la mente- Creo que lo mejor será que te vengas conmigo a casa.
Mira pestañeó un par de veces intentando decidir si había escuchado bien lo que su compañera proponía.
¿Me estás invitando a tu casa?
Si. Que menos podría hacer si te he dejado sin comer.
¿Yo puedo entrar a tu casa? - preguntó Mira provocando la risa de la chica.
Era la primera vez que escuchaba a Bryana reír. Hasta el momento se había mantenido siempre más seria de lo normal quizás intentando ser fiel a su papel como tutora de Mira. A veces podía notarse como se le escapaba alguna sonrisa fugaz que desaparecía al instante. Lo cierto es que Mira había conseguido despertar la simpatía de Bryana, aunque esta prefería disimularlo y no encariñarse con la chica. Habían pasado tanto tiempo juntas, aunque la mayoría del en silencio, que era imposible no se forjase un mínimo vínculo entre ambas. A Bryana, Mira le parecía un alma pura y transparente carente de toda maldad y sin un ápice de ambición. Se había tomado aquellas clases como una obligación insoslayable y desde que se sentaban hasta que se levantaban se mantenía concentrada y al doscientos por cien. Quizás su tía tuviera razón, después de todo, y la chica fuera alguien que merecía realmente la pena.
Con casa me refiero a la de mi familia. Yo no vivo en la residencia. – aclaró Bryana.
¿En serio tu casa está dentro de este paraíso? Ala…
Ventajas de que tu padre sea el director.
Es cierto… Lo había olvidado.
Bryana pensó que ese era un punto más a su favor. Demostraba no tener ningún interés por relacionarse con ella por quién era su padre, algo que desde que los Spinster llegaron a Fleming no había pasado, lo normal era que los demás se relacionaran con ella por interés. buscaban su amistad para relacionarse con su padre y poder sacar algún beneficio de ello. Llegar a la cúspide de FareWell te abría muchísimas puertas en el mundo real y eso movía a las masas.
Bryana cruzó la escuela para salir por una de las puertas laterales que daban al exterior, seguida por Mira a quien miles de pensamientos le rondaban la mente, para cruzar después la llanura espesa que rodeaba la Academia hacía una arboleda que no dejaba ver más allá de la copa de sus árboles. Mira nunca había cruzado esa zona de la escuela porque era un lugar que aparecía en rojo en el mapa que se podía encontrar en el folleto de su habitación o en la sala común de Fleming. Ese color estaba reservado para las zonas prohibidas a los estudiantes. Que te encuentren en uno de estos lugares puede acarrearte graves consecuencias entre las que se incluye el perder puntos de honor para tu casa. Las zonas que aparecían en naranja estaban destinadas al uso exclusivo de los Superiores, quienes no solían mezclarse con el resto de estudiante, y por ultimo las zonas lilas que eran las que podían utilizar los estudiantes como Mira. Maestres y proferssores, obviamente, podían transitar por todo el colegio sin ningún tipo de problema.
Mira no se esperaba lo que encontró al otro lado de los árboles. Como si estos funcionaran como los muros que anunciaban la entrada a un mundo nuevo. Un paisaje idílico, propios de los cuentos de hadas, se abría ante sus ojos. era tan llamativo que Mira creyó haberlo visto en algún libro o cuadro, no lo tenía claro, pero en algún lugar creyó haber visto un paisaje dibujado como aquel y coronado por aquella casa en su centro perfectamente colocada y guardando el equilibrio justo por todas sus partes. El césped era de un verde brillante que parecía pintado con ceras de las que se usan en prescolar. A diferencia del paisaje que rodeaba las zonas más cercanas a la Academia en este podían apreciarse flores de distintos colores, todos ellos igual de intensos, por doquier. A Mira le parecía un auténtico paraíso y se preguntó cómo sería amanecer cada mañana en un lugar como ese. Parecía increíble encontrar dos imágenes tan distintas una al lado de la otra. Bryana pareció percibir el efecto que aquello había causado en su compañera por lo que le dio unos minutos de más para que contemplara el paisa.
Es bonito, ¿verdad?
¿Bromeas? - preguntó Mira embriagada- Es más que eso. Un paraíso. No imagino cómo será vivir aquí.
Ya vives aquí- aclaró Bryana señalando la zona en la que se intuía la Academia.
Tienes razón, pero esto… esto es aún más bonito si cabe. Todas estas plantas, la verja de madera, la pared de piedra… es como sacado de un cuento.
A mi madre le encantará oírte decir eso, es quien cuida del jardín, supongo que se lo debemos a ella.
¿Tu madre también es professora? - preguntó Mira recordando que nunca había oído hablar de la madre de los Spinster.
No. Mi madre no tiene nada que ver con l academia. Ella es algo así como una científica. Pero trabaja desde casa la mayor parte del tiempo para poder estar con nosotros.
A Mira le parecía muy loable que la madre de Bryana fuera una mujer tan desarrollada en su carrera y, además, madre de cuatro hijos, pero no quiso decirlo en voz alta y prefirió guardarlo para ella. Su madre siempre se quejaba de que no había podido desarrollar plenamente su carrera por tener que dedicarle tiempo a su hoja, y eso que solo era una, y se lo echaba en cara siempre que tenía l oportunidad.