Mira Luna y la Academia Farewell

CAPITULO 36

CAPITULO 36

 

El día de Alain Fleming amaneció nublado. Algunos supersticiosos afirmaban que aquello no presagiaba buenos augurios. Pero los escépticos, como Mira Luna, solo deseaban que toda aquella parafernalia pasara lo más rápido posible. 

 

En la Academia se respiraba aire de celebración. El desayuno había sido un autentico banquete aunque Mira había tomado lo mismo de cada día. Sus compañeros de casa estaban eufóricos. Se sentían auténticos protagonistas aunque no todos Ivana a tener la suerte de viajar hasta la capital del reino mágico y desfilar en el mismísimo desfile anual. Las malas lenguas habían comenzado a esparcir rumores que apuntaban a que Mira Luna había tenido un auténtico trato de favor al ser una de las elegidas. La historia de Mira se había corrido tan rápido como la pólvora, algo que la hacía sentir aun más incómoda de lo que ya venía siendo normal. 

 

Malfalda la ayudó a vestirse con el uniforme inicial de la Casa Fleming. Túnicas largas y mallas amarillas engalardonadas con un sombrero de estilo francés. Mira se sentía estúpida. Disfrazada. Pero de nada habría valido quejarse más. Intentaba consolarse con la idea de que Antia Woods hubiera corrido la misma suerte que ella. Antia se había sentido tan disgustada, al mirarse al espejo , que ni si quiera desayunó. Se quejó ante la profesora Birdwhsitle pero esta hizo oídos sordos. Incluso lo había intentado con Elijah , ante un gesto desesperado, pero este le había recordado que la necesitaba cerca de Mira Luna durante el desfile. Antia maldijo una y otra vez, no le quedaba otra manera de desahogarse, pero después de eso tuvo que vestirse y reunirse con el resto de sus compañeros.   

 

  • Chicos haced una fila ordenada para subir al tren- exclamó Alysson al grupo de estudiantes antes de fijarse en Mira- Tú podías haberte esmerado un poco más con el pelo.

 

  • ¿Qué le ocurre a mi pelo?- preguntó Mira a sus compañera una vez que Alysson se había alejado- ¡Por todos los demonios!

 

  • No blasmefies usando el nombre de tu padre en vano…- bromeó Antia- Y no hagas caso a esa arpía estirada.  Solo busca ponerse medallas. Aunque no las necesita, ya lleva el apellido.

 

  • Alysson es muy maja- la defendió Mafalda- Y bastante avanzada en magia.

 

  • Es una inútil- sentenció Antia-  Como su hermana.

 

La Academia Fiewell disponía de su propio tren hacía Centralia. Mira ocupó un asiento junto a la ventanilla, para no marearse, y Miranda se sentó en el contiguo con un libro de historia de la magia entre las manos. Mira admiraba su fuerza de voluntad y su perseverancia. Era raro el momento del día que no tuviera su cabeza metida entre unos libros y , de seguir así, terminaría el curso con las mejores calificaciones entre todos los nuevos alumnos elementales. Mira hubiera querido destacar académicamente, como solía hacer en su antiguo instituto, y no por el moreno que despertaba la historia de su vida. Detestaba a los corrillos de chicas que cuchicheaban a su paso. O a los idiotas que iban de marchitos en busca de ganar alguna escabrosa apuesta sobre quien conseguía una cita con ella. Pero lo que menos le interesaba a la joven Mira, eran los chicos. Nunca le habían interesado pero ahora mucho menos. Su cabeza estaba demasiado ocupada con todo lo que tenía que ver con Abaddon y las clases en FireWell.  Pero las cosa cambiaba si se trataba de Bemus Spinster a quien , por cierto, no había visto subir al tren.

 

  • ¿No vendrá Bemus con nosotros?- preguntó a Mafalda. 
  • ¿El Maestre? Claro que no. A las excursiones suelen ir los Prefectos. Quizás algún profesor. 
  • Sabes mucho sobre la escuela- advirtió Mira- ¿Por qué no empezaste tus estudios antes?
  • Mi padre prefirió que permaneciera en casa a ti que mi madre estuviera de vuelta. Para no sentirse tan solo entiendo. 
  • ¿Y dónde estaba tú madre?- preguntó Mira curiosa.
  • De misión , claro. Con el SAM.
  • ¿SAM?¿Quién es SAM?
  • No es quién , sino qué- apuntó Antia que caminaba por el pasillo en dirección a su asiento tras atacar las reservas del servicio de comida a bordo- Servicio Alfa Mágico. El grupo de élite mejor preparado del mundo mágico. Solo aquellos que destacan en alguna disciplina forman parte de un grupo así. Chao, me voy a mi sitio.
  • ¿Es eso verdad?- preguntó Mira fascinada- ¿Tú madre pertenece a ese grupo tan exclusivo?

Mafalda asintió orgullosa. Tener a su madre lejos, durante tanto tiempo, no era plato de buen gusto para nadie. Se hacía muy duro, especialmente cuando eres una adolescente que comienza a desarrollar sus poderes. Pero poder admitir que tu madre es una de las personas mejor entrenadas del mundo es algo superior. Los miembros del SAM , están muy bien valorados entre la comunidad. Son lo equivalente a un veterano de guerra. 

  • Dices que no empezaste la escuela hasta que ella volvió . ¿Estuvo fuera mucho tiempo?
  • Quince años.

 

Mira abrió los ojos sorprendida. Quince años era mucho tiempo para que una madre estuviera lejos de su hija. Aunque en su caso había sido toda una vida. Se pasó la siguiente hora de viaje cavilando sobre el tema de su madre. Imaginando mil y un rostros para su progenitora. Cómo ella le habría arropado por las noches o la canción de cuna que le habría dedicado en los momentos en los que conciliar el sueño se hubiera convertido en toda una aventura.  Perdido estuvo en sus pensamientos hasta que atisbó por el rabillo del ojo que se aproximaban a la ciudad. 

 

Centralia era de lo más normal ante los ojos del forastero que la contemplara en la distancia. Se dividía en dos zonas claramente diferenciadas. Una, repleta de altos y modernos edificios que nada tenían que envidiar a los de una gran metrópolis. Por el otro, grandes urbanizaciones de casas unifamiliares de estilo victoriano. Mira sonrió ante la idea de que aquellas casas eran muy apropiadas para familias de magos y brujas. Se las imaginó con amplios desvanes repletos de secretos almacenados por años. De antiquísimos grimorios custodias de generación en generación. Nada que ver con la casa de los Spinter¡, en la academia, pero imaginó que ellos serían alguna excepción. De repente pensó en si la casa de su amiga sería como aquella. Y la palabra amiga resonó con fuerza en su mente. Mafalda era la primera amiga que Mira había tenido en su vida y quería saber más sobre ella. Mucho más. Cuando estaba con Mafalda sentía alguna conexión invisible que las unía. Algo mas que una simple simpatía hacia la joven. 




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