La ciudad de Atena, localizada en Grecia…
Una bastante común, se diría así, si no fuera por el simple y sencillo hecho de que posee una peculiaridad, que la diferencia de las otras cercanas.
¿Qué podría ser?
-Kathonios, deja de estar jugando y ayúdame- Un joven héroe de cabellos peli celeste, que portaba un atuendo ajustado de color rosa en la parte superior, de manga larga abiertas de cada lado de los brazos, el símbolo de la constelación de Piscis en su pecho y blanco con azul en la parte inferior, con aberturas en ambas piernas. Su identidad se ocultaba detrás de una máscara de color magenta con unos adornos laterales asemejando aleta de pez y unos ojos azul casi turquesa, adornado todo con un lunarcito en el lado izquierdo de su cara debajo del ojo.
-Cálmate mi Fyla, que lo tengo controlado- De igual manera otro joven, vestido con un traje ajustado de parte superior rojo en la inferior negro con detalles azul eléctricos alrededor de su piernas, los brazos desnudos, un antifaz rojizo que parecía desprender unas tenazas de ambos lados y el signo de Cáncer en su espalda.
-¡¡¡CÁLLATE!!! Lanza tus ondas infernales que no podre detenerlo con…- No pudo terminar la frase, cuando su arma compuesta por una empuñadura con forma de una rosa roja, debajo de esta una larga cadena que enredaba al enemigo en turno, se aflojaba y mandaba al peli celeste a volar.
Esto provocó que el joven de cabellos morados se enfureció, y no perdonaría a este sujeto por dañar a su Fyla como llama al otro.
-¡¡¡TE VOY HACER PAGAR, ESTÚPIDO TITIRITERO!!!- Como lo declaro, su guadaña saco, proporcionando con esta el reflejo de miles de ondas infernales directas al corazón de este villano.
-Ja, no lo harás si rompo primero tu brazo- De esta manera aquellos hilos que habían cubierto la ciudad, volviendo a todos quienes tuvieran contacto en unos títeres sin razón, solo movidos por él, determinado en hacer que este súper héroes cayera.
¿Qué sería más rápido?
¿Las ondas infernales?
O
¿Los hilos de un marionetista?
Pues ninguno, ya que el peli celeste obteniendo la ventaja de no ser el centro de atención en esa batalla que ambos hombres de daban, para ver que ataque es más veloz.
Moviendo aquella arma que se alargaba a su voluntad, y utilizando el gancho al final, rasgo esa parte del pecho del enemigo, provocando que el objetó encarnado en su cuerpo saliera.
-¡¡¡¿QUÉ?!!! ¡¡¡NO!!! ¡¡¡¿COMO TE ATREVES?!!!- Re direccionando sus hilos, para contener a Trianfyla, mientras que este trataba de atrapar la moneda que salió del hombre de traje como de una armadura negra, grande tosca, con unas alas raras detrás a figurando un tipo de espectro, sus cabellos blancos desordenados.
Sin embargo, Kathonios se interpuso entre él y su compañero, recibiendo de lleno los hilos en todo su cuerpo sujetado.
Sonriendo de una manera arrogante –No te permitiré que le pongas ni una sola mano encima-
Atrapo la moneda rápidamente con la empuñadura de rosa roja, para que ese brillo oscuro desapareciera y volverla de nuevo dorada. Lazándola al cielo sonriente.
El villano perdió todo su poder, provocando que aquella armadura oscura desapareciera y los hilos que deteniendo al otro se fueran.
-¿Dónde estoy?- Confundido por lo que paso, miro a los héroes.
-¿Haces los honores Fyla?- De nuevo esa sonrisa arrogante, acompañados de unos ojos que perturban a cualquiera.
-Claro- Esa dulce sonrisa, dedicada al de cabellos morados desordenados.
Lanzo hacia arriba el artefacto que convoco para detener al marionetista (Titiritero solo lo llamo Kathonios, como burla), y con este simple hecho, la ciudad entera regreso a su normalidad, los hilos blancos y negros desaparecieron, las personas capturadas recuperaron su conciencia.
Otro día más salvado por los ya conocidos protectores de la ciudad de Atena.
Trianfyla el peli celeste que con el miraculous de Piscis, podría lograr vencer a los villanos creados por alguna fuerza maligna que conocían solo el nombre.
Y su fiel compañero, y coqueto amigo Kathonios, que de igual posee el miraculous de Cáncer, este con sus ondas infernales paralizaba a cualquiera con pesadillas sin fin.
-Otra día más, un villano menos- Sonrió ampliamente, cruzando sus brazos detrás de la nuca.
Pero el portador de Piscis, en vez de estar contento, su semblante se volvió tan serio, mirando a su alrededor.
-¿Qué pasa mi Fyla? ¡¡¡GANAMOS!!!- Le quiso dar un abrazo de “Triunfo” y de seguro tratar de robarle un beso, pero…
Poniendo de barrera su mano delante de la cara del otro –Esto sigue pasando Kathonios…- Suspiro, mirando de nuevo al hombre vuelto a su realidad, ayudado de por algunas personas –Tendría que volver a estar bien, al quitarle esa infestación, pero…- Apretó su labio inferior –No sucede así-
Sujetando la suave mano blanca del peli celeste, dándole una descarada lamida, por no dejarlo abrazarlo -¿Qué podemos hacer mi Fyla?- Coqueteando como siempre.
-¡¡¡DEJA DE ESTAR LAMIÉNDOME, DESCARADO!!!- Le dio una fuerte cachetada, que dejo roja la zona de la cara que recibió el impacto.
-Qué carácter te cargas- Sobo su rostro maltratado, pero no dejaba esa sonrisa arrogante de lado -¿Qué quieres que hagamos?- Cambio de tema, antes de que siguiera molestando el pisciano.
-Tenemos que hablar con el viejo maestro de esto- Le dijo esto, con una preocupación en su rostro, en verdad tenía ya tres enemigos que no volvían a la normalidad después de sacar la infestación.
Sin embargo un sonido como un beep, se dejó escuchar, situación que los ponía en jaque, solo significaba una cosa.
-Sería bueno ir con ese anciano, pero…- Señalo su cuello que existía algo que brillaba en el –Te vas a destransforma pronto-
Suspiro derrotado, posando sus manos sobre las caderas –Bien, mañana nos vemos en el coliseo, a las cinco de la tarde- Dio media vuelta, para dar un rápido salto, y perderse en la distancia.