Miraculous:las aventuras de Ladybug y chat noir.

Miraculous Ladybug capítulo 2

El Regreso del Akumatizado París respira aliviada tras la derrota de Hawk Moth en la temporada anterior, pero la tranquilidad es efímera. Un nuevo villano emerge, aprovechando las cicatrices emocionales que la batalla final dejó en Ladybug y Chat Noir. Este capítulo se centra en el regreso de un akumatizado conocido, pero con una transformación radical en sus poderes y motivaciones, desafiando a nuestros héroes de una manera completamente inesperada. El misterio se profundiza con la aparición de un nuevo objeto misterioso, que parece estar conectado con el pasado de Hawk Moth. El sol de la primavera parisina se filtraba a través de las hojas de los plátanos, pintando el suelo de un ajedrezado de luz y sombra. Marinette Dupain-Cheng, con su delantal manchado de pintura y una sonrisa tímida, miraba su último diseño: un vestido inspirado en los colores del crepúsculo, un homenaje silencioso a las noches que había pasado luchando contra el mal como Ladybug. El recuerdo de la batalla final contra Hawk Moth aún latía en su pecho, un eco resonante de adrenalina y alivio. Chat Noir, o Adrien Agreste en su forma civil, se acercaba, su sonrisa radiante y un poco traviesa como siempre. Llevaba un ramo de lirios blancos, su detalle habitual para animar a su amiga. "Marinette, estás radiante," dijo Adrien, entregándole las flores. "Como siempre, tu talento es simplemente asombroso." Marinette sonrió, un rubor pintando sus mejillas. "Gracias, Adrien. Es… es un diseño especial," respondió, sintiendo la presión del secreto que compartían. El peso de ser Ladybug, la responsabilidad de proteger a París, aún era un lastre, aunque ahora, con Hawk Moth aparentemente derrotado, se permitía un respiro. De repente, el aire se tornó pesado, la alegría del momento se disipó como el humo. Un grito desgarrador resonó en la distancia, seguido por el sonido de cristales rotos. El cielo, antes sereno, se oscureció, un velo gris cubriendo el sol. "¡Un Akumatización!" exclamó Chat Noir, su tono cambiando instantáneamente. Sus ojos, normalmente llenos de coquetería, se volvieron serios y penetrantes. Antes de que Marinette pudiera reaccionar, un viento helado azotó la plaza, arrastrando consigo hojas y papeles. Una figura sombría se materializó en el centro del torbellino: El coleccionista, un akumatizado que habían enfrentado meses atrás. Pero este no era el mismo coleccionista de antes. Su apariencia había cambiado radicalmente. En lugar de su habitual traje elegante y sobrio, lucía una armadura oscura y puntiaguda, con cuernos retorcidos que se elevaban desde su casco. Sus ojos, antes llenos de obsesión, ahora brillaban con una maligna inteligencia, irradiando una fría determinación. En su mano, en vez de su habitual caja de recuerdos, sostenía un cetro de obsidiana que pulsaba con una energía oscura y aterradora. "Ladybug, Chat Noir," siseó el coleccionista, su voz profunda y resonante. "Esta vez, no recolectaré recuerdos… ¡recolectaré almas!" El nuevo poder del coleccionista era aterrador. Podía manipular las emociones de las personas, amplificando sus miedos, dudas y remordimientos hasta el punto de congelarlos en estatuas de obsidiana negra. Con cada víctima petrificada, el cetro de obsidiana brillaba con mayor intensidad. Ladybug y Chat Noir se miraron con preocupación. Este akumatizado era diferente. Más poderoso, más astuto. Su ataque era directo a sus debilidades, a las heridas emocionales que aún no habían cicatrizado completamente. Ladybug, ágil como siempre, se lanzó al ataque, su yoyo cortando el aire. Chat Noir la seguía, sus bastones brillando con la luz verde de su poder. Pero el coleccionista era esquivo, sus movimientos rápidos y impredecibles. Con un solo gesto, petrifica a varios transeúntes, sus rostros congelados en expresiones de terror. El enfrentamiento se prolongó, una danza de luz y oscuridad, de coraje y desesperación. Ladybug y Chat Noir lucharon valientemente, pero el coleccionista parecía anticipar cada uno de sus movimientos. El poder del coleccionista se centraba en las dudas de Ladybug, proyectando imágenes de sus errores pasados, sus fallos, sus miedos a no ser suficiente. Chat Noir, al ver a Ladybug vacilar, se interpuso, protegiéndola de un ataque directo. "¡Ladybug, no te rindas!" gritó, su voz llena de preocupación. "Tenemos que superar esto juntos!" En medio del caos, Ladybug observa algo que antes no había notado: un extraño símbolo grabado en el cetro del coleccionista. Era una marca similar a la que había visto en una vieja fotografía perteneciente al padre de Adrien, un símbolo que hasta ahora había sido un enigma, un misterio sin resolver relacionado con el pasado de Hawk Moth. Con ese pensamiento en mente, Ladybug se sintió con una nueva fuerza. No era solo una batalla contra un supervillano, sino una lucha contra un pasado que amenazaba con destruir su presente. Había llegado el momento de enfrentar no solo al coleccionista, sino también los fantasmas del pasado, incluyendo el pasado de Gabriel Agreste, Hawk Moth. El capítulo concluye con Ladybug, inspirándose en ese nuevo entendimiento, ideando una estrategia que se enfoca en la vulnerabilidad del coleccionista, no a través de la fuerza bruta, sino mediante la manipulación de sus propios recuerdos y obsesiones. La batalla no ha terminado, y el misterio alrededor del símbolo del cetro se cierne como una oscura promesa de lo que vendrá. El futuro de París, y el de nuestros héroes, pende de un hilo.



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En el texto hay: ladybug y cat noir

Editado: 24.12.2024

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