Miraculous:las aventuras de Ladybug y chat noir.

Miraculous Ladybug capítulo 3

Tres meses han pasado desde la derrota de Hawk Moth, o eso creían Ladybug y Chat Noir. París respira un aire de tranquilidad engañosa, un silencio antes de la tormenta. Mientras Marinette y Adrien navegan las complejidades de la vida adolescente, un nuevo peligro acecha desde las sombras, más astuto y potente que cualquier villano anterior. Un antiguo cuadro, recuperado de un museo olvidado, libera una energía oscura que amenaza con sumir a la ciudad en una oscuridad eterna.

Contenido de Capítulos Anteriores (No aplica, es el Capítulo 1): Ninguno.

El sol parisino se filtraba a través de las cortinas de tul, pintando polvorientos rayos de luz sobre la habitación de Marinette. Un suave aroma a pan recién horneado flotaba en el aire, un tentador recordatorio del desayuno que su madre, Sabine, le preparaba cada mañana. Marinette, sin embargo, estaba demasiado ocupada admirando un nuevo diseño de vestido en su cuaderno de bocetos para darse cuenta. Los trazos de lápiz danzaban en el papel, creando una obra maestra de seda y encaje, un diseño que tenía un toque… mágico.

Un leve golpe en la puerta la sobresaltó.

—"Marinette, ¿estás despierta, querida?" La voz cálida de su madre la llamaba desde el otro lado.

—"¡Sí, mamá!" respondió Marinette, guardando rápidamente su cuaderno bajo un montón de telas.

Abrió la puerta y se encontró con su madre, llevando una bandeja con un desayuno que haría palidecer a cualquier rey. Cruasanes recién horneados, una taza humeante de chocolate caliente y una generosa porción de miel.

—"¡Qué maravilla, mamá!" exclamó Marinette, abrazándola con fuerza. La tranquilidad de la mañana la reconfortaba, un contraste con la adrenalina que aún palpitaba en su memoria, un eco lejano de las batallas contra Hawk Moth. Tres meses de calma… una calma que sabía, en el fondo de su corazón, que era demasiado buena para ser verdad.

Mientras disfrutaba del desayuno, la radio anunció una noticia que la dejó helada: "Un cuadro misterioso, recuperado del Museo de Arte de Montmartre, ha sido declarado ‘anómalo’ por expertos. Se desconocen los detalles, pero el cuadro muestra extraños efectos en los que se acercaban a él…"

El cuadro. La palabra resonó en su mente. Un escalofrío recorrió su columna vertebral. Ella sabía, instintivamente, que esto era más que una simple noticia.

Más tarde, en el Collège Françoise Dupont, Adrien estaba trabajando en un nuevo proyecto de escultura. Su padre, Gabriel Agreste, era un diseñador de moda renombrada, y él, a pesar de su vida estructurada y recluida, siempre había encontrado consuelo en el arte. Su esculturas eran la prueba de una creatividad desatada, aunque silenciosa. Sin embargo, la noticia de la radio lo inquietó también. La tensión de los últimos meses había vuelto a asomarse. La derrota de Hawk Moth había traído paz, pero también una cierta inquietud. ¿Qué otros secretos podría tener la ciudad?

Durante el almuerzo, Marinette y Alya estaban comentando la noticia.

—"¿Anómalo? ¿Qué significa eso?" preguntó Alya, con los ojos brillando de curiosidad.

—"No lo sé," respondió Marinette, su tono serio, "pero tengo una mala sensación al respecto. Algo en esa noticia… me recuerda a los akumas."

Alya, consciente de la doble vida de Marinette, asintió con la cabeza. "Tal vez deberíamos investigar."

Esa tarde, después de clases, Marinette y Adrien se encontraron, casi como si la ciudad misma los hubiera empujado el uno hacia el otro. El destino, o tal vez algo más, los había llevado al Museo de Arte de Montmartre. La entrada estaba rodeada por una cinta policial, el aire estaba tenso, lleno de una energía extraña, palpable.

"Según los rumores, sólo un empleado logró ver el cuadro antes de quedar inconsciente. Los expertos se niegan a hablar de lo que vieron", dijo Adrien en un susurro, sus ojos verdes reflejando la inquietud del momento.

Decididos a descubrir la verdad, Ladybug y Chat Noir, sin que ninguno lo supiera, empezaron a investigar por separado. Ladybug, con su astucia y su don para la infiltración, se las arregló para entrar al museo, deslizándose entre las sombras. La atmósfera era opresiva, silenciosa, solo interrumpida por el tic-tac de un reloj viejo en la pared.

El cuadro, colgado en una sala oscura y solitaria, era impactante. Pintado en tonos oscuros y sombríos, representaba una ciudad sumergida en una oscuridad eterna, dominada por una figura oscura e imponente. Al acercarse, sintió un escalofrío que recorrió su cuerpo. Una fuerza oscura emanaba de la pintura, una fuerza que la empujaba hacia atrás.

Mientras tanto, Chat Noir, con su carisma y encanto, lograba convencer a un guardia de seguridad para que le contara más sobre el cuadro. El guardia, todavía visiblemente afectado por el incidente, relató cómo el cuadro parecía absorber la luz a su alrededor, cómo un aura oscura envolvía a cualquiera que se acercaba demasiado.

De repente, una fuerte ráfaga de viento apagó las luces del museo. Ladybug, atrapada en la oscuridad, sintió una fuerza que la empujaba hacia el cuadro. Una figura sombría se materializó en la habitación, sus ojos brillando con una luz maligna. El villano, alimentándose de la energía oscura del cuadro, había llegado. La lucha había comenzado. Ladybug y Chat Noir, por separado, debían enfrentarse a una amenaza que superaba con mucho las habilidades de un simple akuma. El cuadro maldito había despertado, y la batalla por París acababa de comenzar.



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En el texto hay: ladybug y cat noir

Editado: 20.06.2025

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