Seis meses han pasado desde la derrota de Shadow Moth. París respira un aire de tranquilidad, pero la paz es un frágil velo. Marinette y Adrien, ahora más experimentados como Ladybug y Chat Noir, disfrutan de una aparente normalidad, aunque la sombra de la amenaza latente siempre está presente. Este capítulo marca el comienzo de una nueva serie de desafíos, donde antiguos enemigos resurgen y nuevas amenazas se ciernen sobre la ciudad del amor.
Contenido de Capítulos Anteriores (Ficticio): No hay capítulos anteriores. Este es el primer capítulo.
Capítulo 1: El Regreso del Guardián
El sol de la tarde bañaba París en una cálida luz dorada. Desde la azotea del edificio Agreste, Adrien admiraba el panorama. Su cabello rubio, iluminado por los rayos solares, parecía una corona. Llevaba una camiseta blanca sencilla y unos vaqueros, un atuendo que gritaba “adolescente normal”, un disfraz que llevaba con orgullo, aunque a veces se le escapaba una pequeña sonrisa irónica. Recordaba las batallas, los akuma, la adrenalina… pero por ahora, la paz reinaba.
Debajo, en el patio interior, Marinette se encontraba en su balcón, dibujando en su cuaderno. Su pelo negro, recogido en una coleta alta, dejaba ver la concentración en su rostro. Un suspiro ligero escapó de sus labios; un suspiro de tranquilidad, pero también de una cierta melancolía. La ausencia de las constantes batallas había creado un vacío, un vacío que, a pesar de la felicidad de la vida normal, se sentía inexplicablemente inquietante.
Ambos estaban conectados por un hilo invisible, una conexión más fuerte que la amistad, un lazo tejido con secretos, sacrificios y amor. Un amor que, por ahora, permanecía oculto bajo las máscaras de Ladybug y Chat Noir.
De repente, un brillo esmeralda intenso iluminó el cielo nocturno. Una estrella fugaz, pero inusualmente brillante y persistente. Adrien y Marinette miraron al cielo al mismo tiempo, una sensación de inquietud recorriéndoles la espalda.
Esa noche, mientras París dormía bajo el manto estrellado, un murmullo inquietante recorrió las alcantarillas. Una figura encapuchada, envuelta en sombras, emergió de las profundidades. Era un hombre delgado, con una larga capa oscura que ocultaba su rostro, pero sus ojos, brillantes y penetrantes, revelaban una inteligencia fría y calculadora.
Este era Maestro Fu, el antiguo Guardián de los Miraculous, regresaba. No como el sabio y sereno anciano que habían conocido, sino con una energía diferente, una aura oscura que lo envolvía como una segunda piel.
Su voz, grave y resonante, resonó en el silencio de la noche: "¡París! ¡Tu paz es solo una ilusión! El mal no ha desaparecido, solo se ha ocultado. Y yo, Maestro Fu, regresé para prevenir lo inevitable."
Sus palabras, cargadas de una profunda solemnidad, fueron captadas por las mariposas kwami de Ladybug y Chat Noir. Tikki y Plagg, sintieron una punzada de alarma, una sensación de amenaza inminente.
Al día siguiente, la vida en París siguió su curso. Pero para Marinette y Adrien, la tranquilidad se había roto. La imagen del Maestro Fu, su regreso misterioso, los perseguía. Ambos se reunieron en secreto en el Parque de las Tullerías, sus alter egos ya equipados.
"Vi el brillo anoche, Ladybug," dijo Chat Noir, su tono grave, inusualmente serio. "Algo se acerca… algo grande.”
Ladybug asintió, su mirada fija en el suelo. "También lo sentí, Chat Noir. Y el regreso de Maestro Fu… es algo que no entiendo."
Ambos estaban perplejos. Maestro Fu, el Guardián que había guiado sus pasos durante tanto tiempo, había regresado, pero con una energía oscura, una presencia que irradiaba peligro. ¿Qué había ocurrido? ¿Qué secretos ocultaba?
De repente, un grito desgarrador resonó desde el cercano Museo del Louvre. Una figura colosal, hecha de pura energía oscura, emergió entre las columnas del museo. Su forma era inestable, fluctuante, como un ente de pesadilla hecho realidad.
"¡El Guardián Oscuro!" exclamó Chat Noir, reconociendo la entidad oscura que ahora tenía ante sí. "Maestro Fu… se ha convertido en un villano".
Ladybug sintió un escalofrío recorrer su espalda. Era un poder mucho más allá de lo que habían enfrentado antes. El Guardián Oscuro era Maestro Fu, pero corrompido, poseído por una energía maléfica que lo había transformado en un ser monstruoso.
La batalla comenzó. Ladybug y Chat Noir se lanzaron al ataque, pero el poder del Guardián Oscuro era abrumador. Sus ataques de energía oscura eran devastadores, su velocidad sobrehumana. Los héroes se encontraron a la defensiva, tratando de sobrevivir ante un enemigo que conocían demasiado bien.
Mientras esquivaban los ataques de energía, Ladybug pensó en las palabras de Maestro Fu. "El mal no ha desaparecido, solo se ha ocultado." ¿Qué quería decir con eso? ¿Había otra amenaza, más allá del Guardián Oscuro?
La batalla parecía interminable. La energía oscura del Guardián Oscuro amenazaba con engullir París, con destruir todo lo que amaban. Ladybug y Chat Noir se enfrentaban no solo a un enemigo poderoso, sino también a la duda, al miedo de haber fracasado en su misión de proteger París. La lucha se convertía en una lucha por la supervivencia, por la esperanza. Y en ese instante, Ladybug se dio cuenta de que no bastaría con su fuerza y sus poderes. Necesitaban encontrar la debilidad del Guardián Oscuro, la clave para devolverle a Maestro Fu su antigua gloria y detener esta oscuridad que se cernía sobre París. La batalla recién comenzaba, y el destino de la ciudad, y quizás del mundo, dependía de ellos.