Mirada Cruel

Capítulo 12

 Nos dirigimos a la cafetería, que por desgracia ya se encontraba con mucha gente. No gastaba en comida, Fabiola se encargaba de hacernos una refacción saludable con galletas y hasta gofres con chocolate, es un amor cuando se lo propone.

— Y bien, a ustedes dos que mosco les pico — dice Ted mirando de mí hacía su hermana.

— ¿Por qué lo dices? — le pregunto confusa.

—Será porque ambas lucen pálidas, por Dios parece que acaban de ver a Edmon sin camisa.

—¡Oye! — le dice Ed, tomándose esa broma con diversión.

—¿De qué hablan? — dice Claire que con dificultad se sienta en la mesa, la razón es la enorme cantidad de comida que lleva en las manos —. Ni me miren, más de la mitad de comida que llevo es para Ted.

—Grazie mi amor, te debo una.

—¿Me pueden explicar por qué lucen así? — nos pregunta Claire, Anni le responde con un encogimiento de hombros —, si se sienten mal tengo unos amuletos para... – se interrumpe así misma —, diablos, en todo caso no creo que funcione.

— ¿Por qué? — le pregunto frunciendo el ceño.

—Creo que es evidente, es necesario que te recuerde que el engendro del demonio ahora se sienta muy cerca de nosotros en biología.

Ugh, estaba intentando olvidarme de eso.

Un ruido de un equipo de sonido se oyó en la cafetería, todos volteamos y Lily, la chica del sur, se sube a una de las mesas con un micrófono en su mano.

Volteo hacia mis amigos, ninguno luce extrañado, obvio, ya saben lo que sucederá

—Alguien me podría explicar que está pasando...  — les pido sin entender nada.

—Espera y verás, Lily Prescott es miembro del comité extracurricular, ella junto a otro grupo son los que organizan actividades festivas. De hecho, Ted, tú eres parte de ese comité. ¿No deberías estar con ellos? — le pregunta Edmon.

— Tú mismo lo has dicho, debería — le contesta devorándose una hamburguesa, es probable que sea la quinta hamburguesa que comía.

—Ted va solo a las reuniones porque así no entra a clases — me comenta Claire —, aún no sé cómo no ha perdido el año.

— Eso mismo le dice mi madre, pero es una incógnita — dice Anni irónica.

El ruido de los altavoces nos distrae y aunque no todos en la cafetería guardan silencio, si se nota como la mayoría le presta atención a Lily.

—Buenos días, como muchos saben, ya casi se acercan las semanas de la indulgencia y con ello la gran asamblea  — todos comienzan a susurrar, pero Pitts hombre, con un pitido los manda a callar —. Y como presidenta del comité les invito a que comiencen a confesarse y perdonar. Además de anotarse en las actividades de su preferencia, esto se sabe que es para la liberación de cargas...

— Oh, otra vez esa pendejada — susurra Claire para sí misma, alzó una ceja extrañada.

— ¿Quién va a tener el honor de explicarme que es son las semanas de la indulgencia? — les preguntó a los de mi mesa, todos miramos a Edmon, como si la respuesta fuese obvia.

— La semana de la indulgencia se celebra para conmemorar el día en que Bianca Cacciatore llegó a un acuerdo con sus hijos, y unió a los lados sur y norte. Fundando esta maravillosa institución.

— La próxima vez que digas unir has comillas con tus manos Edmon — le dice Anni sínica —, por sus expresiones apuesto a que ninguno de ustedes se enteró lo del sábado — nos dice alzando una ceja.

— No, no lo hicimos — le dice Claire, los demás negamos con la cabeza.

—Estoy extrañada Edmon, por fin existe algo que no sabes — le dice Anni.

—Hey, no es como que vengo todos los días preguntando por la vida de los demás o por los últimos chismorreos del momento.

—No, pero siempre hay algo que sabes, hoy estás en blanco — le digo en acuerdo con Anni.

— Bueno Anni, este es el momento en donde nos cuentas qué pasó el sábado  — menciona Claire impaciente  —, y dejémonos de antelaciones rubia, ve al grano.

Anni lanza una mirada cautelosa por todo al rededor, notaba que siempre hacía eso es demasiado paranoica, casi me supera. Pero dudaba que alguien nos pudiera escuchar. Lily seguía hablando y respondiendo preguntas de muchos alumnos desesperados.

—Hubo una fiesta en el Lutazio 23  — nos susurra, a lo que todos excepto yo, asistieron sorprendidos.

—Antes que preguntes Nataly, dejaremos que nuestra enciclopedia parlante te responda  — me dice Ted adelantándose.

Todos miramos a Edmon expectantes.

— El Lutazio 23 es una enorme extensión de terreno con estructuras a medio construir abandonadas. Ahí hacen la mayoría de fiestas, bueno tú sabes creo que bailan toman alcohol y esas cosas — me responde Edmon sonando inseguro.

—Oh por Dios  — exclama Claire carcajeándose  —, apuesto a que nunca han ido a una fiesta ustedes dos  — dice señalándome a mí y a Edmon.

Me sonrojo al instante, no es que odie las fiestas, es que en muy pocas ocasiones me han invitado a una. Tenía un reducido grupo de amigos en Los Ángeles. En conclusión, las únicas fiestas a la que había ido era a las bodas de plata de mis abuelos y a la de un vecino del barrio.

¡Lo sé, que vida tan loca la que he llevado!

Edmon es el primero en responder —. Sí, claro que he ido, la de Edgar ustedes la tienen que recordar fue hace un año — puedo notar un repentino temblor en su voz.

— Edmon, estuviste solo media hora en esa fiesta, te fuiste a las ocho de la noche — le recuerda Anni sonriente, casi parece que se está burlando de él  —, ni siquiera había comenzado lo bueno.

—Olvidas lo más importante, se quedó dormido en una silla quince minutos — le recuerda Ted —. En todo caso la fiesta tampoco estuvo tan buena.

—¿Cómo qué no? Te embriagaste más rápido que Edmon en hacer una flexión  — le dice Claire.

—Pensé que dirías más rápido que Nataly esquivando una pelota — contesta Ted.

—Muchas gracias por el apoyo, son muy buenos amigos — respondo, recordando mi doloroso accidente, por suerte había comenzado a tomarlo como broma.




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