Mirada Cruel

Capítulo 61

5 DÍAS PARA LA ASAMBLEA

Ben, mi chofer siempre me suele dejar en la garita de entrada. Me gusta caminar por la mañana. Pero tengo que acelerar el paso cuando veo que en las puertas hay un equipo de seguridad, todos tienen armas y detector de metales. Frente a ellos hay una fila de estudiantes muy confundidos.

La escena de por sí es muy escandalosa.

Le hago una llamada rápida a Edmon, cuelgo al darme cuenta de que no es necesaria. Mis amigos están a un costado de la puerta. Edmon es el primero en notarme cuando me acerco.

—¿Qué está sucediendo? — le pregunto.

—¿Sabes que está pasando? — me pregunta.

Al darnos cuenta de que preguntamos lo mismo nos reímos.

—¿Algunos de ustedes tiene una mínima idea? — vuelvo a preguntar, esta vez hacia Claire y los Tedanni.

—No, pero tengo mis teorías — empieza Ted caminando alrededor —, un imbécil robó algo y ahora lo están buscando o alguien nos quiere asesinar poniendo una bomba.

—Apuesto por la primera — menciona Claire viendo al rubio con los ojos bien abiertos —, desde la mañana he sentido esa fea presión en el pecho, un mal presagio.

—Pues yo por la segunda — dice Edmon, en desacuerdo —, la seguridad aquí es primordial y más de la mitad de los estudiantes no tiene necesidad de robar, el resto solo somos honrados — me da una mirada orgullosa, le sonrió un poco forzada.

—Secundo a Edmon — digo nerviosa —, hay más probabilidad de un ataque armado.

Los cuatro volteamos a Anni, en busca de una respuesta.

—Pues yo ninguna — todos la miramos extrañados, ella suspira —, chicos dentro de nada es la gloriosa asamblea, está claro que necesitan reforzar la seguridad.

Todos nos quedamos en silencio.

—Si puede que tengas un punto, pero...— razono, tocándome la barbilla —. ¿Por qué pasarnos un detector de metales?

—Quizás sucedió algo que no sepamos — Edmon nos dice preocupado —, y temen por nuestra seguridad.

Claire y yo compartimos una mirada por una fracción de segundo. No hable con ella de lo sucedido el viernes. Así pase todo el fin de semana, supongo que la chica lo quiere ignorar o solo está aplazando la inevitable platica para cuando estemos a solas. En todo caso tendré que inventarme una buena historia para no que no se alarme.

—No lo sé, pero me emociona — nos dice Ted juntando ambas palmas.

—Que nos quieran atacar es lo que te emociona Ted — exclama Edmon ajustándose el saco.

Bienvenido seas invierno.

—¿En realidad te sorprende? — pregunta Claire alzando las cejas —, es el mismo Ted de siempre.

—Solo lo digo por el entretenimiento que generaría, ha estado aburrida la escuela — nos responde Ted haciendo una mueca.

—Eso no lo dirás cuando te estén siguiendo con una m16 — le digo entre risas —, te orinaras de la simple visión...

—¿Estás bromeando? — me dice Anni con mofa —, mi hermano adora esa sensación al límite, como en una película donde...

De repente ya no la oímos, porque un chico la agarra de la cintura y le da vueltas en el aire. Ese chico es su novio, Gonzalo. Está más que claro decir que le gusta hacer entradas inesperadas, algo que a mi amiga le encanta, pero que al resto nos pone incómodos. No por sus risas y mimos, a veces se les olvida que tienen público y deciden besuquearse frente a nosotros.

Y para nuestra mala suerte, eso está sucediendo ahora.

—¿De verdad cuando va a parar esto? — les pregunto por lo bajo —, cada día están más intensos.

—Un día sin darnos cuenta, la va a embarazar frente a todos y... — empieza una sonrojada Claire.

—¡Podrías callarte amiguita! — dice Ted sonando perturbado —, estás hablando de mi hermana.

—¿Y? — pregunta Edmon —, pensaba que querías ser tío — una sonrisa se forma en su rostro, una muy contagiosa.

—Edmon yo jamás te he faltado el respeto — contraataca Ted —, no me hagas hacerlo hoy.

—Tú no se lo faltes a tu hermana — le dice Claire entre dientes —, ayúdala.

—¿Ayudarla? — alza una ceja —. ¿Cómo?

—¡Pues obvio, comprarles un par de preservativos!

Eso es más que suficiente para que Edmon y yo estallemos de risa. Claire nos sigue segundos después.

—Malditos enfermos — nos dice sonando más como una broma —, y si mejor entramos, ya no quiero tener esa imagen en mi mente.

—Me parece buena idea — admito después de tomar aire, me toco el estómago sintiéndolo adolorido —, además se hace tarde.

A los cuatro se nos cae la quijada al ver la creciente fila que nos tocará hacer.

—Ted corre y guárdanos lugar — le pide Claire asombrada.

—Por supuesto — le responde obediente, corre hasta el final de la fila y nosotros le seguimos el paso.

Lo que aparentaba ser una larguísima espera, no resultó así. Es constante y el equipo de seguridad no se demora en revisar a los alumnos. Y con razón. ¿Qué esperaban encontrar? ¿Una bomba?

¡Por Dios, solo somos adolescentes!

Aunque sé cómo funciona esto, por eso siento extraño que vayamos de forma tan acelerada. Mi escuela anterior lo hacía seguido. ¿Tenían justificación? No lo sé, era una escuela pública. La mayoría de mis compañeros se retiraron, escuché que algunos terminaron en bandas criminales y otros muertos. Los conocía solo de vista, bueno exceptuando a Janis.

Dios mío Janis, espero que estés bien.

Alguien me toma del hombro casi sacudiéndome, es Edmon.

—¿Estás bien Nat? — me pregunta extrañado.

—Sí, es solo que tengo muchas cosas en la mente, pero ya pasará — agregó para tranquilizarlo.

—Ya veo — dice Claire viéndome de reojo. La estaba evitando, porque la chica no ha parado de verme en todo el rato y ya me tenía nerviosa.

—O tuviste un viaje astral — me menciona Ted sonriendo —, sé cómo funciona eso Nat, te puedo dar algunos tipos para mejorar la experiencia...

—No es necesario Ted — le digo, pensado en sus palabras —, me siento muy bien así.

—¿Estás segura? — pregunta mientras caminamos el último tramo, solo tenemos a cinco personas frente a nosotros.




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