Tomó una merecida bocanada de aire y me vuelvo a recostar en el suelo, esperando que todo deje de dar vueltas. Me siento para seguir viendo la batalla, Jeremy intenta de nuevo acercarse a Skandar con sus flácidos brazos, pero se tropieza. Eso le da ventaja a Skandar de darle un puñetazo a la cara ya ensangrentada de Jeremy.
Me intento poner de pie, mis movimientos son tan torpes que me demoro recogiendo el vuelo de mi vestido. Mi pie casi se resbala por el piso húmedo, pero me logró apoyar con mis brazos. Flexiono las piernas y por fin me enderezo, debido al mareo me vuelvo a recostar contra la pared.
No sé cómo, pero Jeremy todavía logra deshacerse de Skandar y ponerse de pie. Ahora no solo se están pegando, Jeremy no se reserva los insultos y amenazas.
—¿Qué me puede hacer el niño de papi? — aúlla Jeremy, a pesar de estar herido, el tipo aún tiene fuerzas para contestar —, regrésate a tu guardería o te prometo que te arrepentirás.
—Debes tener el ego inflado o solo eres estúpido — le responde Skandar tranquilo —, pero para que te des cuenta de que soy misericordioso, te doy un minuto para que te largues.
Jeremy se burla de las palabras de Skandar.
—Que optimista eres imbécil — le grita. — Cuando acabe contigo voy a alzar tu trasero en una asta para que todos lo vean, la caída del desalmado causada por mí — se ríe de sus propias palabras, pero, aun así, el tipo luce esperanzado.
—Debes ser todo un soñador — le dice Skandar sin inmutarse por la amenaza.
—¡Ya comprobarás mis palabras! — le dice antes de correr hacia él.
Skandar prevé ese movimiento, y justo antes de chocar con Jeremy se hace a un lado, confundiéndolo. Skandar usa la herida que le hice a su favor, en lo que Jeremy busca la manera de derribarlo, Skandar le arranca el cuchillo del muslo.
Estoy segura de que ese grito se escuchó hasta en Canada.
Jeremy intenta darle una patada con la pierna sana, solo lo logra empujar, eso provoca que Skandar de un traspié y caiga de rodillas al suelo. Pero el chico es ágil, siente cuando Jeremy va a intentar derribarlo, rápido se voltea y presionando la zona lastimada lo tira al suelo. Skandar no pierde el tiempo, lo inmoviliza poniendo su rodilla encima de la herida y con un brazo lo aprisiona del cuello.
—¿Decías? — le cuestiona arrogante. Ambos se quedan viendo mientras Skandar sigue presionando el cuello del tipo, ignorando sus quejas —, ahora no pareces tan seguro.
Por fin salgo de mi trance de la escena que tengo frente a mí. Me acerco con cautela delante de Skandar. Tengo que entrecerrar los ojos para poder verlo mejor, la oscuridad me impide tener una mejor visión de toda esta situación.
—Ya suéltalo — logró decir viendo como Jeremy está por perder el conocimiento —, voy a llamar a la policía, se lo tendrán que llevar.
—No vas a hacer eso — me dice sonando más como una orden —, voy a terminar con esto ahorita.
—¿Cómo? — pregunto con los ojos muy abiertos —, sería peor dejarlo aquí, cuando se recupere nos podría ir a buscar y...
—¿Quién dijo que lo vamos a dejar aquí? — alza la mirada al decirme eso, se le ve muy entretenido cortándole la respiración a este tipo, que pienso lo peor —. Esto lo haremos a mi manera.
—Ya déjalo ahí, lo podrías matar, ¿eso de que serviría? — intentó intervenir, pero él alza la mano en señal que me detenga. — ¡Por favor, solo vámonos ya! — le suplico en un ataque de desesperación. Tengo tanto en la cabeza desde el ataque hasta la búsqueda de mi hermano.
Vuelve a alzar la mirada, pero esta vez se toma su tiempo en lo que me da una escaneada de mi estado. Cuando nos miramos a los ojos lo suelta, Jeremy intenta inhalar, pero solo se escucha como intenta tragar aire.
—Tienes razón, de nada me serviría muerto — su vista se demora unos segundos de más en mi cuello lastimado —, pero es aún más peligroso vivo — escupe antes de dictar sentencia.
Con un movimiento del brazo, pasa el cuchillo por el cuello de Jeremy y lo rebana como mantequilla. La piel del chico pasa de estar blanca a color carmesí en cuestión de segundos. Aunque debido a la posición en la que estamos, lejos del farol me cuesta verlo.
Todo se detiene a excepción de mi corazón.
Me tapo la boca del asombro.
—¿Por qué lo hiciste? — suelto aún estupefacta viendo el cadáver de Jeremy convertirse en una fuente de sangre —, pudimos llamar a la policía — intentó gritar en un intento de descargarme, pero es imposible. Estoy sin palabras.
—Te dije que sería a mi manera — se encarga de recordármelo antes de ponerse de pie. Se está sacudiendo las manos y los zapatos, cuando lo vi hace rato me di cuenta de que se encontraba muy sucio, aunque yo misma me hice una idea. Intente relacionar su suciedad con la pelea de hace rato.
Resultó que estaba equivocada.
Como si se tratara de una situación de película, el farol del callejón se enciende al mismo tiempo en que Skandar se vuelve hacia mí. Casi me voy para atrás cuando lo veo de arriba para abajo.
No es suciedad, joder ojalá lo fuera, porque Skandar está lleno de sangre. Sangre seca que tiene impregnada en su ahora camisa roja y hasta en sus manos. Parece salido de una película de horror de los ochenta.
Camina como si estuviera impecable, y con sus uñas se está arrancando de la piel un poco de sangre seca. Todos sus movimientos son seguros, no se le ve incómodo para nada. Pero esa no es la peor parte. Parece que no se da cuenta de lo siniestro de su aspecto, como sí... como si ya estuviera acostumbrado a eso.
—¿Qué demonios te sucedió? — le pregunto ahogando un sollozo, el estómago se me revuelve, que evito a toda costa ver al difunto Jeremy —, por favor dime que esa sangre es de él — le pido viendo al cadáver entre nosotros.
—¿Acaso está fresca? — me pregunta de nuevo enseñando su camisa y sus manos.
—¿Qué hiciste? — preguntó bajando la voz. Escenas parecidas a las de hace un rato pasan sin cesar en mi cabeza.