Miradas del corazón

Capítulo 9 - Una visita inesperada

Entramos en el parque. El rocío de las hojas de los árboles había desaparecido por completo, pero estas ahora estaban brillantes a pesar de su tonalidad algo amarillenta. Cruzamos el lugar hasta llegar a la banca, pero no nos detuvimos, seguimos nuestro camino envueltos en ese silencio ya típico, y me sentí un poco incomoda, pues con Christie nunca se prolongaban tanto aquellos silencios. Talvez era por eso que James se llevaba tan bien con ella.
 

-¿Tienes algo que hacer esta tarde?- pregunté yo interrumpiendo aquel silencio.

-¿Me estas pidiendo que salga contigo? - exclamó James con una sonrisa un poco pícara.
 

-No, yo no… solo preguntaba- dije al instante sintiendo como mis mejillas se encendían un poco.

-Le dije a Christie que la ayudaría a ponerse al corriente con las materias- comentó él poniéndose un tanto serio.

-¿Por qué es que falta tanto?- pregunté curiosa.

-Ella esta enferma- dijo James con el mismo tono de seriedad.


No pregunté más sobre la enfermedad de Christie, al parecer era un tema que James no quería tocar en aquel momento, aunque no entendía el motivo de ello. Salimos del parque y cruzamos la calle hasta la acera y luego continuamos nuestro camino.


-Este… ya he llegado- dije deteniéndome frente a mi casa.

James se detuvo a mi lado, guardamos silencio por un momento, su mano aún estaba sobre mi hombro.


-Bueno… hasta mañana- exclamó quitando su mano y sacando su bastón de la mochila. Lo desdobló y lo apoyó en el suelo.

-Hasta mañana- dije yo con un hilo de voz.


James se dispuso a emprender su camino por la acera, pero antes de hacerlo hizo algo que me tomó completamente por sorpresa. Colocó nuevamente su mano sobre mi hombro, pero esta vez se acercó a mí y beso mi mejilla. Me quedé casi de piedra al sentirlo tan cerca de mí, y noté como mi corazón latió con fuerza dentro de mi pecho.
 

-Adiós- dijo él con una sonrisa para después alejarse  poco a poco.
 

Me quedé ahí plantada, observándolo avanzar lentamente. Tenía una mano en mi mejilla, justo en donde él me había besado. Parpadee varias veces al notar que había estado ahí por lo menos cinco minutos y luego, sin evitar sonreír me dirigí a mi casa.

-Hola, ¿cómo estuvo tu día?- preguntó mi mamá desde la cocina en cuanto entré en la casa.

-Bien- dije yo sin pensarlo dos veces.


La verdad era que no me había ido tan bien: había sido objeto de burla de unas chicas tontas que no hacían más que reírse de los estúpidos comentarios de la reina de las tontas, había estado celosa la mayor parte del día de una chica que apenas conocía y aparte de todo la escuela no era mi fuerte. Pero por otro lado, la compañía de James parecía calmar todas aquellas malas experiencias.


-Me alegra- dijo ella saliendo de la cocina y yendo al comedor con un enorme plato de pasta-. ¿Quieres comer?

-Sí - respondí al instante sintiendo que ahora si tenía mucha hambre.
 

Después de comer ayudé a mi mamá a lavar los trastes sucios y limpiar un poco la cocina, estaba de tan buen humor que hice lo que casi nunca en mi vida había hecho. Luego de recibir las gracias departe de mi mamá por la ayuda subí a mi habitación. No  había mucho que hacer, mi habitación estaba limpia, y parecía que no había nada más que se pudiera limpiar solo por distracción, así que me dediqué el resto del día a probarme algunas mascarillas que hacía mucho que no usaba mientras escuchaba un poco de música.

-¡Bájale a eso, April!- gritaba Caitlin desde su habitación.


Me dispuse a no prestar atención a sus reclamos y comencé a cantar en voz muy alta para molestarla aún más.

-April... April, ¡April!- gritó alguien de pronto a mi lado.

Volví la vista hacía la puerta de mi habitación y ahogué un grito al ver a mi mamá de pie junto a un chico de cabello oscuro, gafas y un bastón en las manos. Tuve el impulso de ir corriendo al baño, pero comprendí de inmediato que James no me podía ver.


-Hola- saludó él con una sonrisa.

-Bueno, yo los dejo. Tú papá no debe tardar en llegar con mucha hambre de su trabajo - dijo mi mamá amablemente y luego se alejó escaleras abajo.

-Cantas bien, April- comentó James con la misma sonrisa.

-Sí, claro- exclamé yo riendo.

-Enserio…

-Sí bueno... no vamos a discutir por mi talento vocal ahora- dije yo llevándolo hasta una silla para que se sentara-. Pensé que estarías con Christie.

-Vengo de su casa- aclaró él mientras se sentaba-. Pasaba por aquí y pensé que podía venir a saludar.

-Sí… - dije pasando una mano por mi cara, con exactitud la mejilla que James había besado y me di cuenta de que aún llevaba la mascarilla- James, siéntete como en tu casa… vuelvo en un momento.

-Gracias…

Fui rápidamente hacía el baño y lavé mi cara lo más rápido que me fue posible. Cuando volví a mi habitación sorprendí a James paseando por esta. Había llegado hasta en pequeño librero, que más que libros contenía algunos álbumes de fotografías y revistas de famosos.


-¿Fotografías?- preguntó él pasando su mano por el lomo de uno de los álbumes cuando sintió mi presencia.

-Sí - contesté yo caminando hacía él.

-¿Podemos verlos?, bueno tú… y lo puedes describir para mí- dijo él tomándolo entre sus manos.

-Claro- dije yo tomándolo del brazo y llevándolo hasta la cama en donde nos sentamos juntos.

James colocó el álbum en su regazo y luego lo abrió por la primera página. Guardó silencio esperando a que yo hablara.

-Bien, veamos…- dije yo mirando las cuatro fotografías que ahí se encontraban-. Aquí…- tomé su mano y la coloqué en la primera-, aparecen mis papás en la fiesta de navidad en casa de mis abuelos. Recuerdo que esa noche mi papá golpeó al tío Ralph cuando entró en la casa a media noche vestido de Santa.

James sonrió mientras recorría su mano por la fotografía.




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