-April...
Mi mamá entró de pronto a mi habitación. Me separé de James casi al instante y me volví hacia mi inoportuna madre.
- Perdón... no pensé que estuvieran ocupados - dijo ella como si midiera aquellas palabras. Sacudió levemente la cabeza como si no hubiera creído lo que acaba de ver y luego dijo- . La cena esta lista. Bajen cuando quieran.
- Claro - contesté yo un poco aturdida por todo.
Era como si mi mamá me hubiera despertado de golpe de un profundo sueño.
La puerta se cerró de nuevo y una vez más James y yo estuvimos solos. Lo miré por un momento sin decir nada, me sentía un poco extraña y a la vez un tanto molesta por la interrupción.
-¿Bajamos?... te quedarás a cenar, ¿verdad?
-Lo siento, April... le prometí a mi mamá que volvería a tiempo para ayudarle con la cena- dijo él mientras tanteaba con el bastón en el suelo en busca de su mochila.
-Bien - dije un poco decepcionada-, aquí tienes.
Le pasé su mochila y el se la colocó sobre el hombro. James sonrió mientras se ponía nuevamente las gafas y luego fue hasta la puerta, yo lo seguí y al estar a su lado él colocó su mano sobre mi hombro para que lo guiara.
- En verdad lamento no poderme quedar para la cena - decía una vez que empezábamos a bajar las escaleras lentamente.
-No te preocupes, James- le contesté con voz despreocupada -. Me dio gusto que hayas venido, me has alegrado la tarde.
-Me hace feliz escuchar eso - dijo él esbozando una amplia sonrisa que sacó a relucir los hoyuelos en sus mejillas.
Bajamos las escaleras por completo y fuimos hasta el vestíbulo para luego ir hasta la puerta de entrada. Fuera, el cielo estaba completamente oscuro, pero lleno de luminosas estrellas que lo cubrían casi por completo. El muchacho volvió a desdoblar su bastón al estar frente al exterior, pero se dio la vuelta hacía mí y como hace unos días lo había hecho ya, me di un beso en la mejilla.
-Hasta luego.
-Hasta luego- respondí yo con una sonrisa en mis labios que él no podía ver.
Empezó a caminar, pero al cabo de solo haber dado unos pasos hacía fuera se volvió una vez más.
-¿Quisieras ir a mi casa mañana? Es el cumpleaños de mi mamá y me gustaría que estuvieras ahí.
-Me encantaría- exclamé yo casi al instante.
-Bien- dijo él sonriendo ampliamente-, entonces hasta mañana.
James se dio vuelta por tercera vez y bajó los peldaños que había en la puerta de entrada, luego empezó a caminar entre la oscuridad hasta la acera y poco a poco vi como se fue haciendo cada vez más pequeño conforme se alejaba hasta que se perdió de vista por completo. Fue entonces que yo me volví hacía el interior de mi casa y cerré la puerta lentamente a mis espaldas. Justo en aquel momento mi papá bajaba las escaleras con Caitlin.
-¿Y James?- preguntó éste en cuanto me vio.
-Acaba de irse- respondí señalando la puerta tras de mí.
-Pensé que se quedaría a cenar... fue lo que dijo tu mamá.
-Sí, yo también lo pensaba, pero ha dicho que le prometió a su mamá que llegaría para la cena- dije yo mientras los seguía hasta la cocina.
-Me cae bien ese muchacho- comentó mi papá asintiendo energéticamente.
-Pues a April parece que le cae más que bien- dijo Caitlin de pronto con una sonrisa.
-¿Qué? ¿por que lo dices?- preguntó mi papá sin comprender las indirectas de la niña.
-Por nada, papá- exclamé yo mientras lanzaba una mirada matadora a la imprudente de mi hermana.
-¿Qué? si James es muy guapo- dijo ella con la misma sonrisa.
No dije nada ante su comentario, no podía negar que James fuera guapo, por que sí lo era, pero no era ese motivo por el que yo estuviera enamorada de él. Más que solo tracción física era admiración, cariño y confianza. A su lado me sentía de una manera que no podía explicar... protegida, feliz. Como una nueva April. Pero a la vez no quería hacerme falsas ilusiones.
Abrí la boca para responderle a mi molesta hermanita, pero sin saber que decir en verdad, no había objeción ante su comentario. Por suerte no tuve ocasión de hacerlo, pues mi mamá acababa de entrar en el comedor con un gran tazón de puré de papas que acompañariamos con algo de pollo y ensalada.
Todos nos sentamos a la vez y nadie volvió a decir nada por unos minutos.
-¿Y de qué hablaban?- preguntó mi mamá rompiendo el silencio que por un breve momento se había formado.
-De James- saltó Caitlin sin meditarlo dos veces.
-Oye, es verdad, ¿en donde está?
Mi mamá miró hacia los lados, como si esperara a que el muchacho saltara de pronto de algún rincón y gritara: ¡sorpresa!
- Pensé que nos acompañaría para cenar - completó con tono de decepción.
-Tuvo que irse- contesté yo sin levantar la mirada de mi plato.
-Ha ido a ayudar a su mamá con la cena o algo así- dijo mi papá uniéndose a la plática.
-Es tan buen muchacho, me cae muy bien- exclamó mi mamá con tono dulce.
-A mí también... ¿conoces a sus padres, April?- preguntó mi papá en el momento que volvía a levantar el tenedor para llevárselo a la boca.
-No.
Hasta el momento no lo había pensado, tenía casi un mes de conocer a James y aún no sabía de su familia, solo tenía entendido que era hijo único y que vivía a unas cuantas cuadras de mi casa, pero por lo demás no sabía nada de sus padres o algún otro miembro de la familia.
-Hablando de eso... me ha invitado a comer a su casa. Es el cumpleaños de su mamá- dije yo levantando la vista por primera vez desde que me había sentado a la mesa.
-Me parece bien- respondió mi mamá dando su consentimiento- ¿Elliot?
-¿Eh?, sí, sí me parecer buena idea - exclamó mi papá distraído.
-Gracias- dije yo sonriendo levemente al ver que mis papás me daban el permiso de ir a la casa de James.
El resto de la cena solo se escuchó los ruidos de los cubiertos contra los platos, y algunos comentarios de Caitlin sobre algo que había acontecido en su escuela aquella semana, pero mi mente no captaba mucho lo que decían, pues había viajado hasta el armario que se encontraba en mi habitación, haciendo memoria sobre cada prenda que ahí se encontraba y eligiendo en mi cabeza qué usaría al día siguiente.