Miradas del corazón

Capítulo 15 - El padre de James

Christie me miró con incomodidad por un momento, tal parecía que se daba cuenta de que me preocupaba por ella, y en cierta manera que sospechaba que algo estaba pasando.


-Bueno, tengo que irme… no quiero faltar a otra clase- exclamó ella pasados unos segundos en el que el silencio reinó a nuestro alrededor.

-Sí - dije yo con un hilo de voz-. Nos vemos más tarde.

-Sí, adiós.


Y dicho esto me dio la espalda y se alejó rápidamente por el pasillo. La contemplé por un momento mientras se perdía de vista, pero de inmediato me di cuenta de que yo tampoco podía volver a falta a otra clase y me apresuré a llegar al salón.

Durante las clases siguientes todo fue de maravilla, no tuve molestias de parte de Brittany y sus amigas, y la emoción de saber que estaba con James parecía como un enorme escudo contra todo lo malo que me pudiera pasar.


-Hola, James- saludé una vez que las clases se terminaron.

El muchacho se encontraba recargado contra su casillero como hacía siempre que me esperaba para irnos.

-Hola- contestó él sonriendo en cuanto escuchó mi voz-. ¿Nos vamos?

-No… ¿que hay de Christie?- pregunté de inmediato al notar que la muchacha no estaba ahí.

-Ha venido antes y me dijo que tenía que irse.

-Bien- exclamé sintiendo esa punzada de preocupación en el estómago.


Nos echamos a andar por el pasillo hasta la puerta de la escuela. Fuera hacía un día frío e indeciso, el sol aparecía por momento y minutos más tarde se ocultaba tras unas nubes espesas que cubrían gran parte de cielo que en ese momento tenía un peculiar tono azul grisáceo.


-James…- dije al fin decidiéndome a hablar con el muchacho.

-¿Sí?- exclamó él mientras caminaba tomado de mi mano por la acera.

-¿Le pasa algo a Christie?- pregunté yo evaluando mi propia pregunta.

-¿De qué? ¿Qué te ha dicho?

-Pues no me ha dicho nada, pero en la mañana pasó algo que me dejo un poco preocupada- comenté recordando el mareo de la muchacha.

-¿Qué le ocurrió?- preguntó James al instante.

Sentí como su cuerpo se quedaba rígido ante el comentario.

-Solo fue un mareo, pero ella… su comportamiento me resultó un poco extraño, como si quisiera evitar a toda costa el tema. Ni siquiera quiso ir a revisarse a la enfermería. Dijo que había sido por levantarse tan rápido de la banca- expliqué yo.

-Bueno, si ella dice que no es nada no creo que debas preocuparte- contestó James relajándose cuando le expliqué todo.

-Bien- dije yo pensativa.


Por algún motivo sentía que James sabía algo que yo ignoraba por completo, pero no dije nada ante su comentario. Seguimos caminando bajo aquel cielo gris que amenazaba por  momentos con llover; cruzamos el parque y pasamos junto a aquella banca central que ya sentía como nuestra, pero no nos detuvimos. Continuamos nuestro camino en casi completo silencio hasta que estuvimos frente a mi casa.


-¿Tienes algo que hacer hoy?- preguntó James en cuanto sintió que me detenía.

-No- respondí yo mirándolo con curiosidad.

-¿Te gustaría ir a tomar algo a la cafetería?- propuso él con aquella linda sonrisa que lo caracterizaba.

-Sí, claro- contesté yo devolviendo la sonrisa, aunque sabía que no podría verla.

-Bien- dijo acentuando aún más su sonrisa haciendo aparecer sus hoyuelos- . Dejo mi mochila en casa y vamos.

-Bien, vamos… solo dejo rápido la mía- exclamé soltando su mano y yendo rápidamente hacía la entrada de la casa que se encontraba frente a nosotros.


Crucé como un rayo el jardín delantero de la casa, abrí la puerta y pasé por el vestíbulo rápidamente rumbo a las escaleras. Un rechinido tras de mi me indicó que mi mamá salía de la cocina al notar mi fugaz aparición en la casa, pero no me detuve a averiguar y fui directo a mi habitación.

Dejé mi bolsa sobre la cama, me miré de paso en el espejo para evaluar mi aspecto y luego volví hacía la puerta.


-April, ¿a donde vas?- mi mamá se había situado justo en medio camino para bloquearme el paso.

-Saldré con James- dije parándome casi en seco frente a ella.

-Pero…

-Llegaré a tiempo para la cena, mamá- dije yo colándome por un extremo y corriendo hacía la puerta.

-¡April…!- escuché tras de mí, pero seguí mi camino y no volví a mirar hacía atrás.

-Listo- exclamé al llegar de nuevo al lado de James, que había estado esperando pacientemente junto a la acera.

-¿Tú mamá se ha molestado?

-No, no te preocupes- dije yo mientras caminábamos de nuevo ahora dirigiéndonos hacía su casa.


No caminamos mucho para llegar a la casa de James que se situaba solo a unas cuantas cuadras de la mía. Anduvimos por el bien cuidado jardín y fuimos hacía la puerta de la entrada. Muy hábilmente colocó la llave en el cerrojo y la abrió como si nada.


-¡Mamá!- llamó este en cuanto entramos en la casa, pero nadie contestó-. Parece que no se encuentra.

-Bueno, talvez la encontremos en el centro- comenté mientras examinaba la casa en busca de alguna señal de la madre de James.

-Sí … iré a dejar mi mochila, no tardo.


El muchacho subió cuidadosamente las escaleras que se encontraban a un costado de la sala de la casa y se perdió de vista tras unos segundos. Fui hacía la sala mirando a mi alrededor. Había algunas fotos sobre un estante en la sala, la mayoría de ellas mostraban a un niño de rostro risueño y ojos oscuros. Estaba completamente entretenida en ello cuando un movimiento a mis espaldas me hizo saltar.


-Lo siento, ¿te asusté?- preguntó el hombre que acababa de irrumpir en la habitación.

Tenía el cabello entrecano y mirada cansada, como si llevara días sin poder dormir bien.

-No se preocupe, estoy bien- dije yo mirándolo atentamente, pero con el corazón aún latiendo fuertemente en mi pecho.

-¿Bienes a buscar a mi esposa?

-No, yo… vengo con James- contesté mirando instintivamente las escaleras que minutos antes el muchacho había subido.




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