Vos no viste nada, yo tampoco

Mi mochila no daba más de lo llena y pesada que estaba por los libros de la facultad, estudio en la universidad de Morón.

  Estaba exhausta, solo quería llegar a mi casa para relajarme y dormir un poco para después seguir estudiando.

  El camino por donde yo transitaba para dirigirme a mi casa estaba bloqueado por una construcción, podía haberlo cruzado, pero las miradas de los albañiles me produjeron una sensación de inquietud y desconfianza, por ende, decidí tomar un atajo. Era la forma más rapida de llegar; solo habia pasado por estos lugares un par de veces, la razón de esto era porque muy poca gente pasaba por allí, creí que era la mejor opción teniendo en cuenta las circunstancias.

  Como lo habia pensado, estaba todo totalmente vacío. Sentí que me observaban, así que empecé a caminar más rápido. Ya pasado ese sentimiento bajé la velocidad.

  A lo lejos oí una voz desconocida que me gritaba junto con un tono desagrasable "¡Eh, flaca!... No te hagas la tonta, linda ¿Por qué no venis a pasar conmigo un rato?". Lo ignoré y seguí caminando, pero el siguió y siguió. Volvió a gritarme y dijo "Veni conmigo, así vas a poder sentir el placer de tenerme dentro", las últimas palabras sonaron de cerca. Me agarro del brazo y me acerco a el. Pude sentir el olor a cerveza en su aliento al decirme "Puta", con un gesto de asco intenté apartarme, pero no podía, él era más fuerte. Me golpeo en el rostro cuando voltee mi cara para esquivar sus labios que estaban por besarme. Siguió golpeandome mientras me insultaba...

- Bueno, bueno... Si no te violó no podemos hacer nada.- dijo el policía del cruze Castelar.

-Pero, ¿Va a dejar que siga suelto ese loco?- dije llorando.

-Mire señorita, si va a hacer tanto escandalo mejor retirece.