Salí a la calle y vi como se disparaba una luz del cielo, seguido de eso un estruendoso ruido me recorrió todo el cuerpo, me conmociono. Fue la primera vez que vi fuegos artificiales, o los renombrados “cohetes”.
En mi infancia nunca me permitieron jugar con ellos, decían que era peligroso y me veía obligado a estar sentado y callado en la mesa de los adultos mientras ellos a la vez que, se quejaban de este mundo y las personas, bebían vino y sidra como si no hubiera un mañana. Mientras tanto yo estaba añorando unirme con los pibes del barrio y divertirme junto con ellos y los hermosos cohetes.
Para un niño de diez años que no pudo experimentar ese tipo de diversión, que solo sucedía dos veces al año, fue algo doloroso. Cuando al fin pude poner mis manos sobre aquel objeto prohibido, tenía alrededor de veinticuatro años. Pese a lo maduro, reservado y elocuente que podía parecer a esa edad, me sentí como un niño de seis años a quien Papa Noel había ido a visitar en persona.
Tiempo después, para la desgracia de muchos, me vi envuelto en una relación de codependencia que requirió de mucho esfuerzo para finalizarla. Ella tenía una perspectiva un tanto masoquista de lo que era el amor, y para un sádico como yo eso era algo perfecto. Todo el tiempo solía decir que moriría por mí, lo cual me hacia feliz, pero cuando realmente lo hizo no sabía cómo sentirme ¿Debía estar triste? ¿Sentir culpa? No tuve tiempo de sentirme así. Se suicido explotando el auto, que se había comprado recientemente, estando dentro de él. Yo lo vi todo, vale aclarar que ella tenía un gusto particular en hacer salidas dramáticas por lo que su muerte no fue una excepción. Junto con la explosión salieron esos destellos de luz que de niño me encantaban y que al fin había podido experimentar de primera mano. Lastimosamente, por más que me alegrara verlos, la muerte de mi novia era algo aun más significativa para mi, por lo que aquella experiencia quedo dividida en sentimientos contrariados.
Después de aquello tenía mis dudas sobre si el sádico era yo o ella.